La renuncia de un obispo investigado por pederasta sacude la Baviera natal del Papa

AGENCIA EFE 08/05/2010 09:24

La respuesta del Vaticano hoy, sábado, a la carta enviada por Mixa el 21 de abril poniendo sus cargos a disposición del Papa tras admitir los malos tratos, activaron lo que la Conferencia Episcopal y la diócesis de Augsburgo calificaron hoy de "nuevo comienzo".

"Lo ocurrido en los últimos tiempos en Augsburgo y en el conjunto de la Iglesia católica alemana es muy grave, como lo es la pérdida de credibilidad derivada de ello", afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Robert Zollitsch, tras conocerse la decisión del Vaticano.

El objetivo ahora es acelerar la "renovación" interna de esa diócesis de Augsburgo, que hace apenas unos días tramitó la denuncia ante la fiscalía de Ingolstadt contra Mixa por sospecha de abusos sexuales a un muchacho, en sus tiempos de obispo en la asimismo diócesis bávara de Eichstätt, cargo que ejerció entre 1996 y 2005.

El caso trascendió ayer por un diario local, pero era conocido por las autoridades eclesiásticas, según medios alemanes, y precipitó días atrás la visita a Roma de Zollitsch junto al obispo de Múnich, Reinhard Marx, para abordar la cuestión con el Papa.

Mixa, quien tras semanas negando las acusaciones de malos tratos acabó admitiéndolos y enviando su renuncia al Papa, negó ahora, a través de su abogado, toda implicación en un caso de pederastia.

De levantar la fiscalía acusación formal, Mixa, representante del ala más conservadora y hasta recalcitrante de la Iglesia católica, se convertiría en el primer obispo alemán confrontado con la justicia de su país por presunta pederastia.

El revuelo entorno a Mixa se desató con las primeras acusaciones de haber propinado palizas brutales a menores en un hospicio de Schrobenhausen, de donde fue párroco entre 1975 y 1996.

A estas informaciones siguieron otras, relativas a malversación de fondos de una fundación local y, finalmente, la apertura de sumario por abusos sexuales a un muchacho, en Eichstätt.

El denunciante no es la propia víctima, sino alguien de su entorno. El semanario "Der Spiegel" informa que en esos tiempos en Eichstätt, el obispo solía invitar a seminaristas a sus estancias privadas, a los que proponía compartir una sesión de sauna.

Por entonces se ganó el apodo de Monsi -por "Monsignore"- y en círculos eclesiásticos se le atribuían tendencias homosexuales, sigue dicha publicación, que confronta tales informaciones con conocidas críticas de Mixa a los desfiles del Día del Orgullo Gay.

El hasta hoy obispo de Augsburgo y obispo militar del Ejército Federal se había permitido asimismo, al inicio del escándalo por pederastia en instituciones católicas, atribuir los abusos por párrocos católicos a la revolución sexual de los años 70 y 80.

Más controvertidas aún fueron unas declaraciones en que trazaba un paralelismo entre el aborto y el Holocausto, cuestión que provocó una protesta del Consejo Central de los Judíos de Alemania.

Las progresivas sospechas sobre Mixa -de malos tratos, primero, de malversación, después, y ahora de pederastia- han sacudido la Iglesia de Baviera, el estado más católico y tradicionalista de Alemania, además de región natal del papa Joseph Ratzinger.

Las primeras sospechas de pederastia en centros católicos alemanas surgieron de una escuela de elite jesuita de Berlín, en enero, y se extendieron en semanas a las 27 diócesis del país.

Especial revuelo levantó el caso de un cura reincidente, al que acogió la archidiócesis de Múnich en los años 80 siendo su arzobispo el ahora Papa Benedicto XVI, pese a tener antecedentes por abusos.

Asimismo, se vio relacionado con casos similares el nombre de Georg Ratzinger, hermano del Papa, al conocerse presuntos abusos sexuales en la escuela del Coro de la Catedral de Ratisbona (Baviera), de la que durante décadas fue director musical.

Tales revelaciones han generado abandonos masivos de la Iglesia por parte de feligreses, especialmente en Baviera, que se han dado de baja del impuesto religioso, voluntario en Alemania.

La cuestión planeará sobre el Congreso Ecuménico que se abre la próxima semana en Múnich. A la cita en la capital bávara se espera la asistencia de la canciller alemana y presidenta de la Unión Cristianodemócrata, Angela Merkel.