Gabriel agonizó durante una hora: la sangre fría de Ana Julia en el terrible alegato de la acusación

  • El abogado de los padres de Gabriel argumenta que el niño pudo haberse salvado y que Ana Julia pretendió descuartizarlo

  • Ana Julia no ha dejado de fruncir el ceño, incluso haciendo gestos de dolor cuando se han relatado las salvajadas cometidas sobre Gabriel

  • El relato de la fiscalía habla de asesinato a sangre fía

Ana Julia llegó al juicio entre una enorme expectación. Con un nuevo look, más dulce, pelo liso, más delgada. Todo un intento de humanizar a la asesina confesa de Gabriel, la mujer que puso los pelos de punta a media España se sentaba en el banquillo. Con esa fingida templanza con la que intentó engañar a todos, incluido el padre de Gabriel, durante las trágicas jornadas de búsqueda del pequeño.

Siete mujeres y dos hombres de un jurado popular determinarán su culpabilidad y un juez dictará sentencia. Puede ser Ana Julia la primera mujer a la que se condene a cadena perpetua revisable. En el primer día de juicio, Ana Julia se sentó en la sala con los grilletes que luego le quitaron bajo el compromiso de comportarse. Empezó calmada, pero no pudo evitar llorar. No era para menos escuchando el alegato de la acusación y de la fiscal. Un alegato que la abuela del pequeño Gabriel, pese a la dureza a la que se exponía, quiso escuchar. Porque la abuela durante los días de búsqueda también se culpó de no haber controlado la pequeño. Ninguna culpa tuvo, visto lo ocurrido.

Maldad, ensañamiento y falta de escrúpulos

Francisco Torres, abogado que ejerce la acusación particular en el juicio contra Ana Julia Quezada se encargó de volver a cambiar el rictus de Ana Julia que negaba con la cabeza y ponía gestos compungidos ante sus palabras. Durísimo, atroz, su alegato. La acusada no dejaba de fruncir el ceño, incluso incluso negaba con la cabeza cuando se han relatado las salvajadas presuntamente cometidas sobre Gabriel. Torres ha reconocido que ni siquiera ha mirado a la acusada y ha destacado su maldad, ensañamiento y falta de escrúpulos. No solo con el pequeño Gabriel Cruz, de ocho años, como con el resto de la familia.

La defensa de Ana Julia lo apuesta todo a un accidente, pero Torres ha insistido en lo contrario. En su narración de los hechos ha dejado claro que Ana Julia golpeó al niño y después lo asfixió. "Lo apalea, lo golpea, y aun así sigue respirando y ahí es cuando lo asfixia. Si tu pretensión es asfixiarlo no le des la manta de palos antes", ha esgrimido un indignado Torres. El relato de la fiscalía habla de "golpes en la espada, en la cara y cabeza que le causaron un derrame y un edema cerebral.

"Gabriel agonizó una hora podría haber sobrevivido"

Y lo más duro de todo. Si en algún momento Ana Julia hubiera recapacitado, Gabriel podría haber sobrevivido. Pero no lo hizo, según el relato de la acusación particular. Y por ello no cree que, como defiende la defensa, la muerte fuera accidental. "Ella se subió sobre él, le golpeó y asfixió y pasaron entre 45 y 90 minutos hasta que falleció". Entre medias, “mientras él agonizaba en el suelo, ella cavó un agujero”. “Gabriel estuvo casi una hora con posibilidad de salvarse si la acusada hubiera hecho una mera llamada. Y mientras todo esto ocurre Ana Julia fuma y después de enterrar al pequeño pinta una puerta o una lavadora. ¿Ustedes se imaginan ponerse a pintar después de enterrar a alguien?. No cabe tanta maldad, hacer tanto daño a un niño y ahora venir con la tesis de un accidente" ha asegurado Torres.

“Lo primero que quiso seguramente fue descuartizarle de ahí esa grabación en la que se le escucha: “Os voy a dar yo pescaíto por mis cojones. Eso no lo dice alguien que está arrepentido. La sensación que tenemos es que lo quiso descuartizar pero no pudo y no podremos demostrarlo, pero ¿por qué lo desnudó?", ha señalado la acusación particular.

Además Francisco Torres ha argumentado las razones para pedir también pena de prisión por un delito contra la integridad moral. Ana Julia "dormía a diario con el padre de Gabriel, al que mató, y a diario animaba a todo el mundo, a la madre, a la abuela con una falta de escrúpulos brutal"."Llevo miles de juicios y nunca he visto tantas escenas de maldad", ha concluido Francisco Torres. Ana Julia, mientras hacía gestos y, a veces, lloraba.

La fiscalía habla de asesinato a sangre fría

La fiscal, Elena Fernández, ha asegurado ante el tribunal de jurado que enjuicia a Ana Julia Quezada por la muerte violenta de Gabriel Cruz que el niño, de tan solo ocho años, "no tuvo opción alguna de salir con vida de aquella finca" de Rodalquilar, en Níjar (Almería), a la que fue en coche con su presunta asesina.

"Yo tengo una convicción subjetiva y personal que no sirve de nada, pero tengo la convicción jurídica de que Ana Julia Quezada cometió un delito de asesinato y otro de lesiones sobre los padres del menor", ha trasladado no sin advertir a los integrantes del jurado que van a oír un "audio que les va a impactar por las expresiones usadas por la acusada" cuando trasladaba el cuerpo sin vida de Gabriel en maletero del coche en el que fue detenida.

La fiscal Elena Fernández ha subrayado el "destrozo moral" y "la total desolación" que sembró Ana Julia Quezada en los once días en los que se prolongó la búsqueda del pequeño y ha tildado de "incuestionable" que "le causó la muerte" de forma independiente a las circunstancias que hacen que sea un asesinato o un homicidio.

"Actuó con claro ánimo de ocasionar la muerte a Gabriel, de modo deliberado y consciente, a sangre fría, con desprecio de la vida del menor, de forma impredecible y que anuló por completo la capacidad de reacción de Gabriel, quien no podía esperar de ninguna manera que el ataque fuera a proceder de la pareja de su padre, una persona que le generaba confianza por formar parte de su entorno", ha afirmado.

En esta línea, ha remarcado que Ana Julia Quezada "aprovechó la situación de desamparo, de ese desequilibrio de fuerzas" que le daba una "mayor facilidad" para cometer el delito y "asegurar el resultado de la muerte" aquel 27 de febrero de 2018.

Sobre su comportamiento en los días posteriores a la desaparición y a la postre muerte del niño, la fiscal ha reprochado la "sobreactuación en los medios" en los que mostró un "estado de aflicción compungida y falsario" en manifestaciones, "alentando los ánimos de los padres".

"Pensamos que el impacto emocional de ese comportamiento en el estado de conmoción emocional, de angustia e incertidumbre de Ángel Cruz y Patricia Ramírez, permite acusarla de dos delitos de lesiones psíquicas por su absoluto desprecio a su estado".

La fiscal ha demandado a los miembros del jurado popular que, frente a la tesis de la defensa de Ana Julia Quezada que sostiene que su criterio está "contaminado por influencia previa" derivada de la difusión mediática del caso, se "abstraigan" y demuestren que "eso no es así y que van a ejercer con responsabilidad su función".

Ante los siete mujeres y dos hombres que deben dirimir la culpabilidad o no culpabilidad de la única procesada por la muerte violenta de Gabriel Cruz, les ha solicitado que abandonen "cualquier idea preestablecida" sobre los hechos y se centren en las pruebas que se van a practicar a lo largo de las ocho sesiones de la vista.

"El juicio oral contra la acusada se va a celebrar realmente aquí", ha remarcado con énfasis la fiscal Elena Fernández bajo la atenta mirada de Ana Julia Quezada, quien se ha derrumbado con las manos en la cara y ha roto a llorar a la entrada de los miembros del jurado popular en la sala.