Vicente Ferrio, el ingeniero de caminos que lo dejó todo para empezar de cero: "Sufría el síndrome del buscador"
El síndrome del buscador lo padecen aquellas personas que siempre tienen la sensación de que les falta algo
El método para vivir en calma de Miguel Navarro: "Todo pasa por saber responder cuatro preguntas"
Seguro que conoces a alguien que siempre está buscando nuevas experiencias en la vida, que no se siente satisfecho nunca con lo que tiene o hace, que cambia constantemente de dirección... Quizá esa personas eres tú mismo. En cualquier caso, esto tiene un nombre y es el "síndrome del buscador", y es esa sensación de insatisfacción constante que nos acompaña en la vida. Vivir en una búsqueda constante de algo mejor: experiencias, relaciones, trabajos, éxito o reconocimiento... Un ciclo perpetuo que acaba generando estrés, ansiedad e insatisfacción.
Vicente Ferrio sabe bien de lo que habla. De hecho, ha escrito un libro sobre ello, 'El síndrome del buscador' (editorial Urano, 2025), donde habla precisamente de su propia experiencia. Tras dedicarse como directivo durante dos décadas a la gestión de proyectos y equipos por el mundo, decidió reconducir su vida. Este ingeniero de caminos que ha vivido en diferentes países del mundo es también coach certificado ACC por la IFC y se ha formado en liderazgo, emprendimiento y gestión en las escuelas de negocios de Columbia y Harvard. Además es mentor, emprendedor, coach de carrera y fundador de sincronizatutalento.com, cuyo blog cuenta con una comunidad de miles de lectores.
En su libro nos invita a cambiar el eje de referencia de nuestra vida: dejar la búsqueda infinita y convertirnos en unos exploradores de las oportunidades que nos rodean. Esta es la entrevista que ha concedido a la web de Informativos Telecinco.
Pregunta: ¿Qué es el síndrome del buscador? ¿Por qué se le conoce por este nombre?
Respuesta: Es vivir persiguiendo un ideal que nunca llega: el trabajo perfecto, la pareja ideal, la vida soñada, la experiencia o el viaje memorable. Se llama así porque nos convierte en buscadores compulsivos, siempre mirando lo que falta y nunca disfrutando lo que ya tenemos. En el fondo es una trampa mental: pensamos que la felicidad está en lo siguiente, en lo que no tenemos cuando en realidad está en aprender a disfrutar del presente.
Es una especie de bucle o una rueda de la que es difícil escapar: primero estamos sobre estimulados, intoxicados de información y de opciones, eso hace que nos comparemos con los demás y nos generemos expectativas irreales, que a su vez nos hace perder el sentido de la realidad, y eso genera frustración, insatisfacción, ansiedad, estrés y agotamiento emocional, y como consecuencia, volvemos al punto de partida, a buscar sin control atrapados en la búsqueda inconsciente.
P: Cuentas que tú mismo has experimentado ese síndrome. ¿Cómo fue todo ese proceso? ¿Era insatisfacción con la vida? ¿Cómo lo viviste tú?
R: No sólo era insatisfacción, era vacío. Tenía lo que se supone que debía hacerme feliz en lo personal y lo profesional, pero no me sentía pleno. En realidad estaba buscando fuera lo que solo podía encontrar dentro. Ese vacío fue el detonante para parar y preguntarme qué sentido tenía seguir corriendo detrás de lo imposible. Es como pasarse horas eligiendo qué serie ver en Netflix y al final no ver nada.
P: Después de un tiempo indagando, me imagino, que diste con las respuestas necesarias. ¿Qué preguntas te ayudaron en todo este proceso? ¿Has dejado ya de buscar?
R: La gran pregunta fue: ¿Qué estoy dejando de vivir por seguir buscando? y, ¿qué tengo ya que no estoy valorando? No he dejado de buscar del todo —soy humano—, pero ahora descubro más, observo más, acepto más y corro menos. Hoy mi búsqueda es más ligera: no corro por cosas absurdas, trato de descubrir lo que la vida me ofrece en el presente. Y ese cambio de ritmo me permite vivir con más calma, disfrutando el proceso en lugar de obsesionarme con el resultado.
P: ¿Por qué siempre estamos buscando más en la vida? ¿Cómo se para la rueda?
R: Porque nos educaron en la idea de que “nunca es suficiente”. La rueda se para con algo muy simple: decir “ya tengo bastante” y empezar a saborearlo. Es un cambio de chip: dejar de pensar en lo que falta y empezar a valorar lo que ya tenemos. Esa simple gratitud desactiva la rueda. No es magia, es práctica: cuanto más agradeces lo que tienes, menos esclavo eres de lo que te falta.
"Si no resuelves dentro, tu vacío viaja contigo"
P: Hay personas en nuestro entorno que siempre están viajando, cambiando de ciudad o país, de vivienda, siempre diciendo que ya es la última vez o que realmente han encontrado su lugar; o personas que cambian de un trabajo a otro o hasta incluso de pareja… ¿Qué pasa en estos casos según tu experiencia?
R: Cambiar no es malo. El problema es huir de uno mismo. Si no resuelves dentro, tu vacío viaja contigo. El lugar cambia, la pareja cambia, el trabajo cambia… pero tu equipaje emocional siempre va contigo. Hasta que no haces las paces con lo que llevas dentro, ningún destino será suficiente para sentirte bien contigo mismo.
P: ¿En qué etapas de la vida es más común tener ese síndrome del buscador? ¿Hay alguna explicación?
R: En momentos de transición: puede ser al independizarte, al salir al mercado laboral, en la crisis de los 40, o cerca de la jubilación. Son fases en las que nos preguntamos “¿y ahora qué hago con mi vida?”. Son momentos en los que se caen las certezas, y ahí es fácil caer en la tentación de pensar que la respuesta está fuera en lugar de dentro. La incertidumbre es normal en esos puntos de inflexión, pero si la confundimos con carencia, alimentamos el síndrome del buscador.
P: ¿Debemos conformarnos más con lo que tenemos para empezar a valorarlo/nos? ¿Qué opinas?
R: No se trata de conformarse, sino de aceptación. Aceptar es reconciliarte con tu vida y crear desde ahí. Mientras conformarse es resignarse, aceptar es reconciliarse y desde ahí crecer. Es como regar las plantas que ya tienes en lugar de soñar con un jardín imposible. La aceptación no te paraliza: al contrario, te da la serenidad necesaria para crear nuevas oportunidades con lo que tienes hoy.