Turismo

La isla de Tabarca, sucia y con deficiencias a causa del turismo masivo: "Hay que poner límites"

Los vecinos de Tabarca denuncian la falta de infraestructuras de la isla en verano por la avalancha de turistas
Los vecinos de Tabarca denuncian la falta de infraestructuras de la isla en verano por la avalancha de turistas. ATLAS
  • No hay suficientes recursos para todos los visitantes diarios, no hay médico y no hay transporte público para los habitantes

  • En temporada alta de verano reciben entre 3.000 y 5.000 visitantes diarios

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AlicanteCon 30 hectáreas de extensión, la isla de Tabarca (Alicante) es la única habitada de la Comunidad Valenciana. Allí están empadronadas unas cincuenta personas. Eso sí, estos últimos años ha recibido en temporada alta de verano entre 3.000 y 5.000 visitantes diarios.

Cada día, entre las 10h y las 21h llegan y salen embarcaciones. Allí encontramos servicios como restaurantes, el principal negocio de la isla, y pequeñas tiendecitas en las calles, que acaban abarrotadas con la llegada de los barcos.

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Tabarca, abarrotada entre abril y septiembre

Semana Santa marca la llegada de los jubilados del Imserso. Las playas son tomadas en mayo y junio por los grupos escolares, pese a la ausencia de socorristas. También es época de cría de gaviotas, muy agresivas con los que se acercan demasiado a sus crías.

Desde julio hasta septiembre, un turismo masivo llega para visitar las calles amuralladas, el agua cristalina del mediterráneo con su reserva marina; declarada la primera de España en 1986, y probar el caldero, el plato estrella de arroz de pescado.

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No hay recursos para todos

Sin embargo, la isla ha llegado a un punto insostenible para la relación y adaptación entre habitantes y visitantes. La isla está sufriendo la falta de limpieza y deficiencias en sus instalaciones y servicios públicos. "La isla está saturada", afirma Rafa Mas, portavoz de Compromís en Alicante.

"No hay suficientes recursos para todos los visitantes diarios que pasan por la isla, no hay médico y no hay transporte público ni para los habitantes", cuenta, "incluso a veces los habitantes han tenido que pagar más que los turistas por el mismo trayecto".

La realidad es que al turista las distintas compañías le hacen ofertas para competir entre ellas, pero los trabajadores que van y vienen se gastan unos 300 euros mensuales solo en barcos. Los vecinos llevan un tiempo demandando que se aplique la insularidad, para abaratar sus billetes y que, con un servicio público, se controle mejor el turismo.

El grupo político Compromís ha sugerido limitar la llegada de turistas, sin eso, dicen, no se puede llegar a declarar Reserva de la Biosfera.

Pocos atractivos turísticos y poco mantenimiento

Los vecinos se quejan de la falta de aseos públicos, la falta de zonas de sombra, atractivos turísticos como la iglesia o las bóvedas de la muralla que están cerrados. Y sobre todo, la necesidad de una regulación del transporte, la creación de un servicio de transporte público. Al parecer, se aprobó en Cortes Valencianas en 2018 pero nunca se puso en marcha.

Administrativamente, Tabarca pertenece a la ciudad de Alicante. No hay alcalde pedáneo y los funcionarios municipales se jubilaron hace años, sin cubrirse sus puestos. Entre sus obligaciones estaban el mantenimiento general, la jardinería y hasta los entierros.

Un nuevo contrato que podría adecentar la isla

Por su parte, Manuel Villar, vicealcalde de Alicante, habla del lanzamiento de un borrador de plan de protección y conservación urbanística de la isla que desde la concejalía de Urbanismo aseguran que contempla tanto las viviendas contemporáneas como las construidas en la época de Carlos III.

Con la puesta en marcha del nuevo contrato, hace dos años, se equipara el servicio de limpieza de la isla al del resto de barrios de la ciudad de Alicante. Con el contrato, la limpieza será atendida por la empresa concesionaria y se han reforzado los operarios en los distintos turnos.

"Además, se ha generado un centro de gestión de residuos, se han implementado servicios de recogida puerta a puerta en los establecimientos hosteleros, se han colocado cajones decorativos para evitar el impacto de los contenedores para los residuos domésticos", expone. Eso sí, niega que haya más problemas y lo atribuye a un conflicto político.