María Ángeles perdió a su marido Miguel, ahogado en el sótano de su casa en Paiporta: "Pienso que va a aparecer, pero ya no está"
Una gigantesca ola llegada desde el barranco del Poyo se coló en el garaje de su urbanización y entró como un tsunami dejando atrapado en el sótano a Miguel
Patricio se reencuentra con Baquir 363 días después de que le salvara la vida en la DANA: "Fue muy valiente y arriesgado"
ValenciaCada tarde, cuando sale de su trabajo, María Ángeles sigue mirando al otro lado de la calle para ver si ya ha llegado su marido Miguel con el coche para recogerla. "Pienso que va a aparecer, pero ya no está", recuerda emocionada.
Sin apenas darse cuenta, ya ha pasado casi un año de la horrible tarde del 29 de octubre, en la que ella perdió a su compañero de vida. "Era un buen padre, un buen marido y un buen amigo. Siempre estaba dispuesto para ayudar a los demás. Miguel ha dejado un gran vacío en todos los que lo conocíamos".
El apoyo de su familia y su carácter optimista, le ayuda a seguir adelante. "Lo bonito es acordarte de lo que fue. Lo llevo siempre dentro de mí. A él le gustaría ver que yo estoy viva y eso me ayuda".
Una ola inundó el sótano y los garajes
A la puerta de su casa, donde cuelga un cartel "20:11. Ni olvido Ni perdón", en referencia al ES Alert, María Ángeles se encuentra a solo unos metros con el barranco del Poyo, que ella siempre ha conocido como el barranco de Chiva. "Ahora me da mucha pena verlo como está, porque era un sitio muy bonito", asegura.
Pero ese paraje, se convirtió en unas horas en un escenario de muerte, a su paso por decenas de localidades. En su calle de Paiporta, comenzó a desbordarse, y María Ángeles y Miguel bajaron, como ya era costumbre, al sótano de su casa a poner en alto algunos objetos para que no se mojaran. "Entraba solo una lámina de agua. Yo subí las escaleras a dejar unas cosas arriba y cuando estaba en el último escalón, escucho un estruendo. "Yo pensé que era un trueno muy fuerte, pero cuando me giré el agua llegaba a mitad de la escalera".
Una enorme ola se había colado por el garaje que une por debajo los adosados de la urbanización en la que viven, destrozando todas las paredes. Ella había salvado su vida por segundos, pero en el sótano se había quedado Miguel, sumergido en el agua. "Me quedé en shock, sin saber qué hacer", asegura.
Cuando todavía estaba paralizada por lo que acaba de pasar, llegó el ES Alert. "Estaba con mi cuñado y le dije para que me envían esto si mi marido está muerto".
Una certeza que pudo comprobar cuando empezó a bajar el agua y unos vecinos vieron lo que parecía una persona en el garaje. "Entraron unos militares de la UME que acababan de llegar y encontraron su cuerpo. "Lo malo es que no me pude acercar a darle un beso y despedirme, pero por lo menos lo vi", afirma.
Un año después, aún se siente culpable de no haber reaccionado a tiempo. "Siempre me digo porque no me metí si sé bucear. La Guardia Civil me dice que habría muerto, pero aún así te queda la duda, no haber sido valiente y entrar", se repite una y otra vez, mientras se pregunta: "¿Cómo ellos no se sienten culpables?". María Ángeles, como muchos de los afectados, dan por seguro que si hubieran sido avisados antes, muchas personas, como su marido, habrían sobrevivido a la tragedia.