Colocan un paso de cebra en medio de la terraza de un bar en Catarroja

  • La sorprendente medida supone al propietario del bar Iniesta la pérdida de cuatro mesas con el consiguiente descalabro económico

  • Según el ayuntamiento, el paso se ha pintado a escasos metros de otro para que los niños de la zona puedan acceder con mayor seguridad a un parque

El pasado día 13, Adrián recibió una preocupante notificación del Ayuntamiento de Catarroja (Valencia), en la que le informaban de la inminente colocación de un paso de cebra justo en el lugar donde tiene instalada la terraza de su bar en la plaza del Fumeral.

Al día siguiente, sin tiempo para presentar alegaciones, el joven propietario del establecimiento hostelero amaneció con el paso de peatones ya pintado delante de su fachada. “Antes de abrir algunos vecinos ya me escribieron que lo habían colocado. Es indignante, nos comunicaron que teníamos un mes para reclamar y no hemos tenido tiempo”, asegura Adrián Iniesta.

Un paso de cebra situado a tan solo unos metros de otro en la misma calle. Desde el consistorio justifican la decisión argumentando que por la zona transitan muchos niños y el otro paso está rodeado de contenedores, con el consiguiente riesgo para los menores que quieren acceder a un parque ubicado en la misma calle.

Una explicación que no convence a Adrián, ya que, al lado de su bar, se podría haber colocado el paso de peatones en otro punto donde no afecta a ningún establecimiento comercial.

La medida, de momento, le supone la pérdida de hasta cuatro mesas, con el consiguiente perjuicio económico. “El daño es muy grande, pero cuando deje de estar en vigor la normativa covid el próximo 31 de diciembre para la ampliación de terrazas va a ser peor y me voy a quedar con tan solo dos mesas, una ruina”, asegura Adrián.

Una situación que, de no solucionarse, le aboca a traspasar el local, si alguien lo quiere comprar, después de abrirlo el 1 de marzo de 2020, días antes del establecimiento del estado de alarma, con los ahorros de tres años y en el que también trabajan sus padres. “Es muy injusto, tengo la sensación de que van a por mí”.

Una indignación que comparten con Adrián sus vecinos y clientes, que también critican la inexplicable colocación de este paso de cebra.

A expensas del ayuntamiento

Una llamada del alcalde de la localidad al dueño del local donde se encuentra el bar, explicando que todo se debía a una confusión y que se iba a solucionar en breve, permitió a Adrián albergar la esperanza de que su pesadilla había terminado.

Sin embargo, tras mantener una conversación con los responsables del área del ayuntamiento, la incertidumbre continúa. “Parece que la decisión se tomará en una reunión prevista para este viernes”, explica un Adrián agobiado por su futuro y el de su familia.