Con optimismo y mucha valentía: Los últimos meses de Álex Lequio luchando contra el cáncer

Hoy hemos conocido la peor de las noticias. Álex Lequio ha muerto a los 27 años a causa del cáncer con el que luchaba desde hace más de dos años. A pesar de su afán de superación, su contagioso optimismo y su espíritu insaciable, finalmente la enfermedad le ha ganado el pulso y su conmovedora historia ha terminado con un triste desenlace.

Estos últimos ocho meses habrían sido especialmente duros para la familia, pues ya en el mes de septiembre el joven volvía a recaer en la enfermedad. Era entonces cuando iniciaba un nuevo y esperanzador tratamiento con el objetivo de vencer, de una vez por todas, a lo que él llamaba “un resfriado puñetero”.

Así mismo nos lo contaba Obregón en exclusiva, que no se ha separado de su hijo en ningún momento desde que se conociese la noticia. “Mi hijo está con tratamiento (…) me da una lección de vida cada día. Es increíble que una madre empiece a conocer a su hijo con 26 años, pero es que es la verdad. Es un ejemplo para mí y para muchísima gente”, confesaba la actriz, que ha tenido una actitud ejemplar durante todo el proceso, convirtiéndose en todo un ejemplo de superación -igual que su hijo-.

En el mes de diciembre, Álex se veía obligado a cancelar un evento organizado por la fundación Caíco, que anunciaba su ausencia con el siguiente mensaje: “Lamentamos comunicar que, por motivos de salud, Álex Lequio no podrá asistir hoy al photocall del evento solidario”. Conociendo estos datos, varios medios de comunicación comenzaron a informar del ingreso hospitalario del empresario tras haber pasado la noche “muy pachucho”.

Sin embargo, no era hasta el mes de febrero cuando se conocía de manera oficial que el hijo del colaborador de Telecinco había ingresado en la clínica Ruber Internacional de Madrid. Sus padres, una vez más, permanecían a su lado de manera incondicional, haciendo gala de su buenrollismo a pesar de las circunstancias adversas y apoyándose el uno en el otro en estos momentos tan complicados.

“No hay mucho que decir. El cáncer es una enfermedad larga y dura. Él está esperanzado y nosotros también. Todo sigue, esto es lardo y duro y no se puede decir nada más (…) Todo con mucha tranquilidad. No se sabe cuándo podría recibir el alta”, explicaba el conde Lequio para aclarar la nueva situación a la que se enfrentaba su hijo.

Era en marzo de este año cuando Álex ponía rumbo a Barcelona junto a su inseparable madre, que había cancelado toda su agenda profesional para permanecer al lado de su hijo. Durante las últimas semanas, el joven se estaba sometiendo a una nueva ronda de quimioterapia, tal y como publicaba la revista 'Lecturas'.

Hace precisamente unas semanas hablábamos de este ingreso a raíz de la publicación de unas imágenes, donde veíamos a Ana descansando y tomando el aire a las puertas de las instalaciones. Lo cierto es que la actriz, en este último periodo de ingreso hospitalario, se había ganado el cariño de todos los trabajadores del centro médico. Tanto es así, que la citada cabecera se hacía eco del bonito detalle que había tenido con los especialistas, regalando bombones a todo el personal que velaba por la salud de su hijo.

La triste noticia de su fallecimiento no ha pillado por sorpresa a sus seres queridos, que ya se habían puesto en la peor de las situaciones, pues eran conscientes de que "la situación era muy complicada", tal y como ha contado la periodista Laura Fa en un directo de 'Sálvame'. Finalmente, la luz de Álex Lequio se ha apagado el 13 de mayo dejando tras de sí una historia de superación digna de admirar.

La familia Lequio-Obregón se ha convertido en todo un ejemplo a seguir, permaneciendo fuertes e infranqueables en los momentos más complicados y siempre con una sonrisa. El exmatrimonio ha sabido dejar a un lado sus problemas para remar juntos en un mismo sentido y convertirse en los pilares de apoyo que su hijo necesitaba.

Pese a todos los esfuerzos, la batalla de Álex Lequio ha terminado de la peor de las maneras. Sin embargo, su entrega, su valentía, su energía y, sobre todo, el optimismo con el que decidió hacer frente a esta lucha, permanecerán siempre en el recuerdo de todos los que le conocieron.