Gran Hermano, en directo: Desirée no cree a Jonay

Raúl, Rocío y Desirée charlan en su nuevo dormitorio. Comentan que ni Jonay, ni Edurne salieron nominados nunca. Opinan que hay que exponerse y ni a Rocío ni a Raúl les gustaría llegar a la final sin haberse expuesto antes. "El cariño que sentí yo ayer al ganar a la Patri y al Joon, no lo paga nadie", Raúl se siente agradecido.

Rocío y Desirée le enseñan a Raúl sus fotos de entrada. Rocío se ve más delgada. También a Desirée, pero Desirée dice que lo que perdió al principio, lo ha recuperado ya.

Desirée comenta que le da pena que Edurne no haya llegado a la final. Y también Joon. Entonces hablan de Joon. Raúl dice que no se dio a conocer. "A mí se acercó a hacerme 4 preguntas que le interesaban, dijo ah, muy bien y se fue con la respuesta". Desirée sí conoció más de Joon. Dice ella. "Pues eso, lo habéis conocido los tres con lo que se ha relacionado", insiste Raúl. Rocío se apunta a la banda de Raúl, los que no le han conocido.

Raúl ha caído dormido. Rocío deambula por la casa con Desirée colgada de su hombro. Llegan así al baño, donde Aquilino sigue pegando brillantitos en los zapatos. Cristian le hace compañía y le habla de la relación con su ex y madre de su hija. Dice que tienen buena relación, que ante todo son padres y tienen que buscar llegar a acuerdos por la niña. "Menos mal", dice Aquilino.

Rocío y Desirée han hecho aparición, Rocío gemía más que Desirée (que es la que tiene el dolor) y como han venido, se han ido. "¡No ves que no puede ni andar!", defendía Rocío. Se han ido a pedirle un masaje a Raúl.

Aquilino se queda con Cristian y los zapatos.

A Desirée le duele la espalda y se tumba bocabajo en la cama muy protestona y llorona. Rocío está junto a ella y prueba de todo. Le da un masaje con el secador. Pero Desirée llora porque está frío. Rocío prueba con el canto del secador, pero tampoco, que está duro. "¿A quién se le ocurre dar un masaje con un secador?", protesta Desirée. Ella quiere un masaje con las manos y Rocío le dice que vale, que ya se lo hace, pero que deje de llorar. Pero tampoco. Así no, eso tampoco, con las manos así no, que se me mete el pijama y eso tampoco. Desirée pide a Aquilino, "que es más cariñoso", pero Aquilino está poniendo brillantitos a sus zapatos. Y al final Desirée se tiene que conformar con el canto del secador.

Lo de conformar es un decir.

Cristian interrumpe con un susto a las dos amigas. La conversación ahora es "si tú ganas" y la continuación es a qué invitan a todos. Cristian querría dar la entrada para un piso en la ciudad y que el día de mañana su hija tenga esa casa. A parte, tendría que invitar a todos a Punta Cana porque Rocío y Desirée no aceptan menos. Pero Cristian, una vez reparta para su hija y sus padres, dice que le van a quedar 5 euros.

Llega Raúl y le preguntan qué ofrece él. "Yo ya os dije que os invitaba a todos a cenar", dice él. Pero Rocío se lo rechaza y le llama agarrado: "a cenar me invito yo". Entonces Raúl especifica: "yo os dije que os invitaba a cenar ganara o no".

Turno del recién llegado Aquilino, que también ofrece comida, pero: "un viaje, hermano, un viaje a París", piden las amigas ahora. "¿Un viaje? Pues un viaje", que remedio le queda. Desirée y Roció insisten en que trescientos mil es mucho dinero y da de sobra para llevarles a todos de viaje. Raúl las trae a tierra: impuestos.

Desirée está sola en el vestidor hablando en voz alta cuando llega Rocío y le dice que ha visto una foto de ellas dos con JJ en medio y de la mano. "Hermana, entonces ya hemos ganado", dice Desirée y las dos se lo imaginan y gritan locamente en el vestidor. Después se sientan frente a un espejo y dan un discurso frente a sí mismas en el que ensalzan lo a la cara que lo han dicho todo y lo bien que ha salido todo. "La fuerza de la amistad nos ha traído hasta aquí", asegura Rocío.

Se acuerdan de Aroa. Le reconocen que era muy intensa y también muy divertida. Raúl está seguro de que cuando salga no van a parar de mandarse cosas por teléfono. Dice que se reía muchísimo con ella.

El Super irrumpe para comunicarles que a partir de ahora se van a quedar todos en la habitación langosta. Les da permiso para ir a la tropical y coger todas sus cosas. Toca mudanza.

Todos en la habitación langosta. Hablan de ediciones pasadas y concursantes pasados. Comentan que Oriana se hace seis meses en un reality y pasa al siguiente de seis meses más. Pero que en España, abandona.

Pasan a hablar de Jonay. Cuenta Cristian que Joon le decía que si se quedaba solo, se juntara con Jonay. Y Cristian no lo veía. Desirée interviene para decir que Jonay le hacía el vacío a Cristian "y a mí la gente que te omite, no me gusta". Hablan también de un desacuerdo que hubo entre Cristian y Jonay. Cristian le contó que había conocido el amor verdadero a raíz de ver nacer a su hija y cogerla en brazos. Y Jonay le rebatía que ese amor era igual que el que tiene él por la hija de una ex. No se pusieron de acuerdo. Desirée señala que ella no ha vivido ninguno de los dos casos, pero siente que el amor de sangre cala más hondo.

Los cinco finalistas se acercan a la cámara a la que Joon saludaba cada mañana y, esta vez, Raúl recita el saludo con los cambios necesarios: "viernes 12 de diciembre, Joon no ha llegado a la final de Gran Hermano porque Dios no ha querido y Raúl se lo ha cargado".

"Que eres el chino más gracioso que he conocido", dice Desirée. "Que no es chino, que es coreano", corrige Raúl.

Rocío confiesa que el Super le ha preguntado si cambiaría a algún finalista y Rocío le ha dicho que ni hablar: "estamos los que estamos". Así que no ha confesado tanto. Sin embargo, ha dado lugar a que sea Desirée la que confiesa. Resulta que a ella también le ha preguntado el Super si cambiaría a alguien y ella primero ha dicho que no. Como el Super le ha insistido, ella ha contestado: "yo le he dicho que no cambiaría a ninguno. Pero si me tengo que mojar, me mojo. Y le he dicho que te quitaría a ti y pondría al Joon (le dice a Cristian) y quitaría al Quili y pondría a Edurne".

Cristian hace como que no le afecta, pero tarda menos de un minuto en preguntar "si me votaste a mí en 'Uno de GH'. "Eso era sin conoceros", dice Desirée. "Ah, que ahora que nos conoces prefieres a Joon", dice Cristian. "Pues claro. Si tú no me quisiste dar un pico de mierda", rebate Desirée con brío. "No, si va a ser por eso. Rencorosa", se ríe Rocío.

Desayunan sin prisas. Hablan de los que se han ido. Desirée opina que a Patricia, Almudena la hizo buena. Pasan a hablar de cómo llevar el pelo y qué ropa les apetece para la gala final.

Rocío informa que hoy habrá prueba y Raúl lo confirma. "Esa prueba no está diseñada para cinco", dice Cristian. Rocío no ve cómo hacerla sin repetir alguien y repetir es fallo de prueba. Raúl le da la solución: "la tienen que modificar". Mientras esperan, Desirée y Rocío proponen limpiar.

Raúl sigue echando cuentas. Ahora sobre la final. "Si viene un peluquero antes del domingo, la final es el domingo", calcula ante el dato que le ha dado Cristian de que en 'Uno de GH' fue un peluquero dos días antes de la final.

"Tenemos que hacer el saludo de Joon", dice Raúl. Y al momento se vanagloria de sí mismo: "viernes 12 de diciembre, Joon no ha llegado a la final de Gran Hermano porque Dios no ha querido y Raúl se lo ha cargado". Raúl ríe brujamente y sigue el desayuno.

Aquilino etsá contento. Siente el respaldo del público al haber sido elegido frente a Edurne. Y de alguna manera esto le resarce de comentarios que dice que escuchaba: "siempre decían, se va a ir Aquilino". Aquilino especifica que se refiere a los que no eran de su grupo, y va Rocío y le dice: "no, la Aroa también decía ayer: se va a ir Aquilino o el Cristian". Aquilino lo ha obviado.

Rocío y Aquilino se alegran de estar ellos de finalistas. Por comparación a otras personas más discutonas, dicen de sí mismos que son capaces de sacar una sonrisa a la gente. "Ser payaso es un halago, no es un insulto", concluye Aquilino.

Rocío explica poco después que ella quería medirse con Aroa o con Patricia, para demostrar (eso depende del resultado y suponiendo que demuestre nada) que las discusiones no ganan.

Raúl quiere ver la cara de Patricia cuando le ganó ayer el duelo. Y si gana él el concurso, también quisiera ver la cara de Patricia. Rocío está convencida que una vez fuera, lo que quieres es ver a los tuyos y te da lo mismo lo que ha quedado dentro. Pero a Raúl no se lo parece y asegura que a Patricia le dolió perder y le dolería doble si Raúl gana la partida completa. "Como gane yo GH, la cara de ella va a ser un poema", augura. "Sí, hombre, en el momento. Pero luego no", Rocío no cede.

Con cierta calma van circulando hacia el baño. Rocío abraza a Cristian, que ha desayunado, ha puesto una lavadora, se ha duchado y ahora se recorta la barba. No podía dormir de los nervios, ha dicho. Desirée ha soñado con su exnovio. "Claro, tanto hablar de él ayer con Jonay", Raúl busca una causa.

Rocío está contando algo muy surrealista que no creo que haya entendido ni pueda contar. Dice algo de que estaba ella con las bragas pegadas al cinturón llamando lacio a alguien. Voy a pensar que también era un sueño.

Música y luz para los cuatro que quedan en las camas. El Super les da los buenos días y la enhorabuena por ser finalistas. "El tiempo de agua caliente es limitado", les recuerda. En el baño, Cristian les lleva mucha ventaja.

Cristian se ha despertado y parece que tiene intención de levantarse. Aunque la imagen nos da el dormitorio a oscuras, el audio es Cristian en la cocina. Se escucha el cambio de pilas, "buenos días Super, buenos días familia". Después pone la cafetera en funcionamiento y se acuerda de Joon. "Viernes 12 de septiembre, Joon no está aquí", se diría el diario de un astronauta muy solitario.

Seguimos en blanco y negro desde el episodio de Raúl y la rueda.