Marieta Díaz: Destellos de su chispa caótica
Marieta ha mostrado diferente actitud que en realities anteriores, lo cual habrá decepcionado a quienes esperaban ver su carácter impulsivo y caótico
Alex Ghita está seguro de que será el próximo expulsado debido a sus numerosos errores y su actitud negativa en el concurso
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MadridContinuamos hoy los daguerrotipos de finalistas con el correspondiente a Marieta Díaz (creo que escribo su apellido por primera vez, hasta ahora ha sido siempre para mí Marieta sin apellido). Me da la impresión de que Marieta ha sido distinta en cada reality en el que ha participado, pero muy especialmente en este. Sobre esa evolución voy a tener el gusto de reflexionar, pero eso será más adelante. Voy antes con alguna cosa del día de ayer, por otra parte bastante poco memorable, y otros anteriores.
Alex Ghita está tan seguro de que está fuera como tenía claro que no era su momento en ocasiones anteriores. No es extraño porque debe ser consciente de lo mal que lo ha hecho. Es posible que haya cometido todos los errores que se pueden cometer en este concurso y alguno más. Según propia confesión su objetivo era darse a conocer, promocionar su negocio de preparador físico y divertirse un poco. Dudo de si ahora se arrepiente de no haber planeado mejor las cosas para poder llegar hasta la final. Tampoco tengo claro si ha hecho más o menos méritos para ello que José María Almoguera o Sergio Aguilera.
El precio que ha pagado Alex por disparar a todos lados sin medir las consecuencias ha sido pasar buena parte del día solo, por mucho que algunos de sus compañeros sean conscientes de que no le van a dar de lado, lo merezca o no. Es cuestión de humanidad. También por evitar el reproche de haber dejado solo a un compañero. Pero por mucho que se propongan estar con él y hacer cómo si no hubiera pasado nada, es inevitable que Alex pase algunos momentos solo.
Alex siempre ha pasado solo parte del día, entre otras cosas porque duerme antes que los demás y se pasa entrenando la parte del día que no está comiendo. Antes entrenaban con él, ahora no. Creo que es más porque resulta difícil seguir su ritmo que por no estar a su lado, aunque puede haber un poco de todo. No dice que se quiera ir, como la otra vez, pero tampoco le veo con ánimo de seguir. A buen seguro su actitud provoque cierta sensación de frustración en aquellos que votaron su repesca, aunque dadas las (pocas) opciones yo no estaría arrepentido.
Alex Ghita está seguro de que se es el último expulsado con votaciones en negativo casi tanto como Romina Malaspina de que la expulsión es esta misma noche. Lo explica de manera convincente, además de que nosotros sabemos que acierta. Dice Romina que todo se ha adelantado un día. La misma noche del jueves se salvó a un nominado y el domingo quedó la cosa en un duelo. Ergo… esta noche se expulsa. Esto significa que se completará la proclamación de finalistas y comenzarán las votaciones en positivo. Lo que pase después es otra historia que se empezará a escribir (y analizar) mañana mismo.
Daguerrotipo de Marieta Díaz
Nos equivocábamos si esperábamos encontrar en este GH Dúo a la Marieta impulsiva, intensa y espontánea de La isla de las tentaciones o la competitiva y estratega de Supervivientes. Entonces Sandra Barneda, que bien la conoce, la describió como “guerrera”, pero ahora no hemos visto mucho ese carácter. En realidad, apenas hemos visto destellos de esa chispa caótica que esperábamos encontrar. El error es nuestro, por no entender que Marieta está en otro momento vital. Ha crecido y ahora es más madura y responsable. Seguro que eso es positivo para ella, pero malo para su perfil de concursante.
Ver a una Marieta contenida, que evita el conflicto salvo cuando la afecta de manera muy directa, ha sido una decepción para una parte de los espectadores. El atractivo de su autenticidad se ve quebrado por lo que interpretamos como contención y posiblemente responda a sus nuevas necesidades. Que como concursante haya evolucionado hacia un perfil más introspectivo no la ha beneficiado. Esperábamos encontrar aquella personalidad vibrante y multifacética que hemos conocido y nos encontramos con alguien vulnerable, lo cual no está exento de atractivo. El problema es que no esperábamos este cambio.
Como concursante de reality le venía bien la competitividad, ser un torbellino de emociones y que hablase siempre desde el instinto, sin que hubiera muchos filtros entre ella y el espectador. Eso la convertía en un imán para la atención. Pero la concursante icónica de esos otros realities anteriores ha virado en otra mucho más cauta, que no se atreve ni siquiera a ser estratega y hasta afea el gesto a quienes deciden serlo. El gran problema de Marieta no ha sido su evolución natural, sino que no haya sido capaz de adaptar esa nueva realidad a un concurso que necesita de esos elementos que ella derrochaba. Y esto me hace lamentar no haber visto en la casa de Guadalix de la Sierra esa otra Marieta que había conocido. No porque me parezca mejor o peor, sino porque le venía a este concurso como anillo al dedo.
No creo que su caso haya sido como el de José María Almoguera, Sergio Aguilera o Manuel Cortés, más interesados en dejar pasar el tiempo e ir viendo multiplicar sus ingresos. Marieta censuró incluso que hablasen de eso sus amigos, aunque estuviesen solo los de su grupo delante. Me puedo equivocar, pero sospecho que a Marieta también le hubiera gustado ser esa otra Marieta que hemos conocido. Puede incluso que lo intentase, pero no le haya salido. Este reality le ha venido en mal momento, más necesitada de la compañía de su pareja que de permanecer encerrada y aislada por un tiempo más o menos prolongado.
Ha llevado mal estar lejos de Suso y eso ha derribado su fachada de seguridad, dejando traslucir una vulnerabilidad inesperada. Su imagen de mujer guerrera, como dijo Sandra Barneda, ha caído desplomada como esos edificios demolidos con explosivos. Solo la he visto dispuesta a recuperar ese carácter muy al principio, cuando Alex Ghita le recordó de dónde viene televisivamente. Me pareció que intentaba borrar ese origen del que por un lado dice sentirse orgullosa y por otro no parece particularmente satisfecha. También ha recuperado su inveterada impulsividad en alguna discusión durante las galas. Confieso que esa ha sido la Marieta que más me ha gustado.
Con todo, Marieta me ha parecido un cóctel de contradicciones. Extrovertida, pero vulnerable. Competitiva, pero emocional. Directa, pero contenida a un tiempo. Aunque, esencialmente, he visto una Marieta incómoda, deseosa de que esto acabase. Y eso se transmite al espectador. Cuando ha reprochado que el otro grupo usase en el juego la estrategia lo ha contrapuesto a la capacidad para convivir. ¡Cómo si fueran cosas incompatibles! “Vosotros hacéis estrategia y nosotros convivimos”, llegó a decir. Supongo que revela su necesidad de sentirse protegida en un momento en que la ansiedad por la ausencia de su media naranja la hacía especialmente débil. De alguna manera, la buena convivencia, evitar los conflictos y moderar su carácter explosivo de otras épocas compensaba esa debilidad.
Solo al final se decidió Marieta a empezar a jugar, y fue entonces cuando la vi recuperar su carisma desenfadado, un humor que mezcla ironía y ese toque “flamenco” que determina su origen. En esos momentos, la mezcla de madurez e inseguridad le ha devuelto un atractivo que no ha perdido nunca, en realidad. Solo que durante la primera fase del concurso estuvo más bien perdida y tensionada en exceso. Es posible que en ello influyera la elección de quiénes debían ser sus amistades, los que la acompañarían durante el resto de la aventura, decisión no del todo suya y muy condicionada por el trío que le vino impuesto. Como dijo el domingo Miguel Frigenti en su despedida, se lo hubiera pasado mejor y hubiera sido más auténtica si se alía con él y su grupo.
Marieta acaba su concurso mejor de lo que empezó, aunque no dejo de tener la desagradable impresión de que hemos perdido la oportunidad de disfrutar más de ella. Nos hemos perdido lo que podría haber sido una gran concursante. Lo cual es compatible con que su esencia permanezca en parte inalterable. Esa mezcla de pasión, vulnerabilidad y caos la hace única. Solamente lamento que no haya aprovechado su paso por GH Dúo para dar el salto definitivo a una versión más completa de sí misma como concursante. Creo que ha sido una oportunidad perdida, lo cual no sé si lamentaremos más los espectadores o ella misma.
Moleskine del gato
En el vídeo de hoy fantaseo con que Miguel Frigenti y María Sánchez volvieran por unos días a la casa, al hilo de una pregunta que hizo Ion Aramendi el domingo.
