Miguel Frigenti se harta de Laura Fa: "Mi novio no trabaja aquí, no me toques las narices"

  • Miguel Frigenti cuestionaba que su pareja hubiera pronunciado cinco insultos durante una llamada con 'Sálvame'

  • Laura Fa, a Miguel Frigenti: “Justificar los insultos, depende de lo que te han hecho, va en tu línea”

  • Miguel Frigenti se rebela en 'Sálvame': “¡¿Quién te crees que eres?! ¡No me ofendes!”

Tarde de encontronazos entre Miguel Frigenti y Laura Fa en 'Sálvame'. El periodista se queja de estar siempre en la diana de su compañera y estalla ante las menciones a su pareja primero y a Belén Esteban después...

La tarde ha empezado mal para los colaboradores y es que, debatiendo sobre la identidad del nuevo colaborador, Adela González anunciaba que el novio de Miguel Frigenti había protagonizado una llamada telefónica en la que pronuncia cinco insultos, dos de ellos imposibles de emitir.

“Me extraña mucho”, decía el colaborador de ‘Sálvame’ y Laura Fa le atacaba: “No hay justificación para los insultos”. Miguel devolvía el golpe llamando a su compañera “defensora oficial” de Rafa Mora, la acusaba de agarrarse “a la mínima” para atacarle y Laura respondía: “Justificar los insultos, depende de lo que te han hecho, va en tu línea”.

“Tienes el currículum lleno de insultos, mi novio no trabaja aquí, no me toques las narices, chica ¡Qué pesada eres!”, se hartaba Miguel Frigenti.

La defensa de Miguel Frigenti a Belén Esteban, cuestionada

A lo largo de la tarde, ‘Sálvame’ recordaba la defensa que Miguel Frigenti hizo de Belén Esteban cuando aún no era colaborador. En mitad del debate, Laura Fa recordaba que en aquellos tiempos Miguel tenía muy pocos seguidores en redes sociales y él, sintiéndose cuestionado, se rebelaba.

“¡¿Quién te crees que eres?! ¡No me ofendes!”, gritaba él mientras ella le respondía que también hubo un tiempo en que no tenía ni redes. Sin embargo, sí lanzaba un reproche a su compañero diciéndole que ella no va de “peloteo”; “estoy harto de esta chica, está siempre por lo bajini atacándome”, se quejaba él.

“¡Déjame en paz! Yo paso de ti, me tienes harto ¡Eres un pan sin sal!”, concluía él.