Así ha sido el momento en el que Jesús Calleja ha conocido a los hermanos a los que va a cambiar la vida: "Es un santo"

Así ha sido el momento en el que Jesús Calleja ha conocido a los dos hermanos a los iba a cambiar la vida: "Es un santo"
Los hermanos Félix y Martín, dos humildes ganaderos de Huerta de Arriba'Volando voy, volando vengo'
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El helicóptero de Jesús Calleja sobrevuela en esta ocasión la Sierra de la Demanda, en Burgos, donde se encuentra su siguiente destino: Huerta de Arriba. Allí viven dos hermanos que apostaron por su vida rural aún teniendo que vivir en una situación límite.

Jesús Calleja se acerca a un grupo de personas reunidas en la plaza de la catedral en la que se encuentran Félix y Martín, los hombres a los que cambiará la vida en este programa de 'Volando voy, volando vengo'.

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No pueden creer que hayan pasado de verlo en la televisión, a tenerlo frente de sus ojos. "Fíjate si seréis famosos que me ha llegado la copla y he venido a conoceros", les comenta el presentador.

Acompañados de sus vecinas del pueblo, todas ellas ponen al día de su estado civil a Jesús Calleja: viudas o divorciadas. Por lo que el presentador decide bromear proponiéndoles una idea: "¿Por qué no os cuidáis un poco entre vosotros y os arrejuntáis un poco?". Una propuesta similar hizo una de las vecinas durante su etapa como concejala pues quería traer un "camión lleno de mujeres": "Un sacrilegio. Menos mal que me ha perdonado la Iglesia. Yo soy muy moderna".

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La difícil historia de Félix y Martín

Tras tener una divertida conversación, Jesús Calleja les confiesa qué es a lo que ha venido: "Tramamos algo y tiene que ver con estos dos que tienen cara de muy buenas personas". Y es que ambos han "pasado muchas calamidades", aseguran.

"Mi padre no vivía nada más que del poco sueldo que tenía. Éramos ocho hermanos", confiesa Martín. Una situación que les llevó a tener que tocar las puertas de sus vecinos para pedirles comida. Aún en estas condiciones, nunca quisieron abandonar el pueblo: "Estamos a gusto y desde pequeños hemos estado".

Félix lleva seis años sin trabajar pues trabajaba en Filomena tuvo una lesión grave: "Me dio un tirón en la espalda y me quedé clavado. Me tuvieron que operar de urgencias". Ahí tuvo que tirar para adelante por los dos pues ambos viven juntos para cuidarse mutuamente.

Que los hermanos son buena gente es un factor que corroboran sus vecinas: "Esto es un santo. Me ha ayudado mucho con las vacas. Le tengo que agradecer porque es un hijo más". Para Ana, Martín y Félix lo son todo: "Cuando yo nací ellos tenían entre 17 y 18. Son mis tíos pero, como si son hermanos. Estamos todo el día juntos".