El confinamiento se alarga y los niños pueden sufrir problemas como ansiedad, obesidad y estrés. Los más pequeños no llegan a entender los motivos por los que tienen que estar en casa y no están acostumbrados a estar encerrados 24 horas al día.
Los expertos empiezan a alertar de que puede haber consecuencias emocionales porque tienen que gestionar preocupaciones que les vienen grandes y que ni tan si quiera saben cómo expresar.
Javier Urra, exdefensor del menor de la Comunidad de Madrid, ha intervenido en ‘Ya es mediodía’ y propone que los niños de cero a doce años puedan salir un tatito cada día con su padre o con su madre: “Necesitan cognitiva y emocionalmente desfogarse”.
Y es que asegura que cualquier experto mantendrá que hay un tiempo en el que los niños empezarán a manifestar algún tipo de secuela o trastorno.