Marcelo, sobre Lydia: "Qué cerda, no se puede ser más cerda"

telecinco.es 07/03/2011 10:27

Tenía previsto poner en la balanza de lo bueno y lo malo a los tres finalistas que dentro de tres días se disputarán el botín, pero se me han quitado las ganas al escuchar estas palabras de Marcelo sobre quien fue una de sus compañeras en la casa, la divina Lydia. El vídeo anduvo ayer circulando por la red con gran viralidad, lo cual no ha de extrañar. Las imágenes muestran a Marcelo sentado al lado de Laura mientras esta ojea uno de los álbumes de fotos que les ha regalado Gran Hermano. En una de sus páginas una foto de Lydia con aspecto de colegiala.

Marcelo mira la foto y dice: "¿Y esto? ¿Tú te crees que esto es normal? Lo de esta chica. Todo el día ahí... como si estuviera... tú ya me entiendes tía". Laura sonríe y le aconseja que no lo diga, entonces Marcelo se sigue animando: "Qué cerda, tío", mientras Laura ya ríe abiertamente. "De verdad, eh, todo el día igual. No se puede ser más cerda, de verdad". Este individuo es un finalista de Gran Hermano, lo cual mancha la trayectoria de este programa y provoca vergüenza ajena en este humilde comentarista.

Me da vergüenza que este tipo haya llegado a la final de este programa, alguien que habló bien de poca gente, tal vez ninguna. El mismo que ataca con dureza a la chica con la que aún mantiene una relación, de quien opina que no merece ganar este programa con un discurso despectivo hacia ella, como lo ha sido con casi todos cuantos fueron sus compañeros de concurso. La palabra "repugnancia" aflora a sus labios con frecuencia sobre Terry o algún otro antiguo compañero. Pues bien, eso es justo lo que este gato siente por Marcelo.

Lo más indignante del caso es que se carguen las tintas contra el malagueño y su amiga de Parla quede inmune, protegida por el manto de quien tiene todas las papeletas de llevarse el maletín. ¿Qué pretendía anoche en el debate Marta? Tal vez provocar el aplauso del público, lo cual me pareció en un par de ocasiones que era su objetivo. ¿De qué vale un aplauso? Es una minucia al lado de perder la coherencia y ser tan injusto como lo fue ayer esta cuarta clasificada para la que Laura debe ganar este concurso. Después de asegurar que defendería a Yago, ese regalo de los dioses para ella, ahora se decanta por la señora de 'ketepés', la misma que ríe abiertamente mostrando su aprobación ante las palabras de Marcelo.

A Laura parece hacerle mucha gracia que su novio llame "cerda" a Lydia. Ya veríamos lo que le parecía si el improperio estuviera dirigido a ella. Pero una bula de origen incierto parece que le exime de cualquier culpa. Tan responsable es el que aprieta el gatillo de las palabras como aquel que las jalea. En este caso, Laura jalea a Marcelo y le anima a seguir lanzando su inquina y su veneno destructor hacia alguien que nunca tuvo una mala palabra hacia ellos, ni tan siquiera un mal gesto. Y aunque lo hubiera tenido, porque a una mujer no se le llama "cerda". El día que Marcelo aprenda esto se convertirá un poco en mejor persona.

No valen las excusas de la edad, una coartada ridícula y absurda que nadie cree a estas alturas. Con veinte años uno es una persona adulta, en muchos casos con altas responsabilidades familiares o en la empresa. ¿Qué tontería es esa de la edad? Algo a lo que sigue apelando la tía de este concursante, quien le defiende en plató. Hace unas semanas me preguntaba una amiga por qué caía tan mal Marcelo y estaba provocando tal nivel de agresividad verbal. Recordemos que fue entonces cuando se empezó a llamarle maltratador, en una clara confusión de conceptos. De tratar mal a maltratar hay un abismo, razón por la cual es intolerable utilizar una expresión en lugar de la otra.

Mi explicación se basó entonces en los modales de Marcelo, que le hacían antipático ante parte de la audiencia. Su propia defensora en plató contribuye a ello, con esa permanente actitud desafiante de quien muchas veces no defiende lo que piensa, prefiriendo poner un mal gesto, hacer una mueca o un mohín de desaprobación. Flaco favor le ha hecho su tía a Marcelo, por esto y porque cualquier amigo o familiar que defienda a un concursante de Gran Hermano debería tomar nota sobre la oportunidad de ser, en ocasiones, el más duro crítico con su defendido. Somos humanos y nos equivocamos en ocasiones, lo cual se disculpa con más facilidad si su propio entorno lo reconoce en lugar de enrocarse en lo indefendible. Esta era una ocasión de oro para hacerlo.

También era una ocasión inmejorable para que la buscadora de aplausos añadiera a Laura en su censura de este hecho. Marta dijo anoche: "A mí una persona que le habla así a otras personas, para mí... no se merece ni una palabra. Así que paso". Paso por alto que la vi nerviosa todo el rato, sobre todo cuando reprodujo de memoria unas frases preparadas y ensayadas en lengua galega, y por eso disculpo su torpe explicación (nadie le habla a nadie sino que se está refiriendo a una tercera persona). Pero no soy tan generoso con la laxitud de la gallega con las risas cómplices de Laura cuando su 'totito' la llama "guarra" haciendo insinuaciones muy lamentables.

No recuerdo si en ediciones anteriores les proponían a los finalistas el juego de destacar lo peor de sus competidores, pero en caso afirmativo estoy seguro de que no hubo unas respuestas tan duras de unos hacia otros como anoche vimos en el debate, especialmente de parte de Marcelo y Yago. Veamos cómo queda así plasmado, poniendo lo dicho en negro sobre blanco.

Sobre Yago dicen sus compañeros lo que sigue:

Marcelo cree que ha sabido concursar y ganarse a la gente. "Creo que no ha sido sincero en este concurso, no ha sido siempre sincero", dice el 'malaguita', y añade: "Ha peleado en pocas guerras". Otra objeción importante que pone este concursante sobre quien ha sido su colega y protector es la condición de repescado de este: "Él ha estado viviendo las navidades fuera, ha venido con las pilas diez veces más recargadas que nosotros, con mucha información del exterior, sabiendo dónde podía entrar, dónde podía salir, dónde podía atacar y dónde podía quedarse al margen". "Le gusta un poco quedar por encima de la gente, lo suyo es lo mejor. Si no se le lleva la razón se pone de muy mala leche", sigue diciendo Marcelo en su campaña contra el gallego, la cual remata así: "La estrategia de Yago era clara, 'súper', llevarse bien con todo el mundo aquí. Ganarse a todos para llegar lo más lejos, y así lo ha conseguido".

Laura le ve una persona sincera "pero tampoco le veo muy de cara", dice. "A lo mejor ha visto cosas que no le han gustado de una persona y no ha ido y se lo ha dicho, ha esperado a que esa persona viniera hacia él y ya se las ha comentado", cree la parleña. También ella habla de estrategia: "No sé si será que lleva algún tipo de estrategia o es que él es así".

Le toca a Marcelo, que tiene la ventaja de contar con una aliada entre sus competidores. Laura no quiere hablar mal de él, todo lo contrario de lo sucedido en el caso contrario, como veremos en seguida:

Yago cree que Marcelo no es una persona simpática, ni que "tenga algo especial que digas... buah, este chico me encanta para ganar el programa. Es que es una persona que ha pasado sin pena ni gloria, que ha llegado a la final... no sabe ni cómo. Le faltó el carisma ese especial para hacer reír a la gente y ha pasado desapercibido hasta el final". Sigue el gallego con su análisis crítico de su colega: "Se ha arrimado a quien más le convenía para seguir avanzando. Y cuando llegó a la recta final del programa se unió a Laura que la vio como una persona fuerte en el programa. Nunca pensé que llegaría a la final, la verdad".

Para Laura su 'totito' es una persona muy "rencorosa": "Le cuesta mucho perdonar, rectificar y pedir perdón". Aparte de esto y reconocer que ambos se han dicho cosas que no pensaban pero ella siempre le ha perdonado porque le quiere muchísimo, no fue capaz de reparar en otro defecto de Marcelo. Eso sí, destaca que ya tuvo un premio (el viaje a Camboya), quizá un impedimento para arrebatarle a ella este otro bastante más sustancioso, si bien añade un voluntarioso: "Él se merece ganar también".

Sin embargo, llama especialmente la atención lo duro que es Marcelo con Laura. Así ven sus dos compañeros a la parleña:

Marcelo cree que no debería ganar porque "muchas veces ha llevado pequeñas minucias hasta el extremo". "Ha discutido en exceso y de unas formas bastante malas. Ella cree que siempre tiene la razón y no es así", dice Marcelo. Y añade: "Ha pasado las líneas, todas las líneas en ese sentido, en el sentido de discusión y de... de gritos y de malas formas". El 'malaguita' sigue insistiendo en la dura crítica a la chica con la que mantiene una relación: "Le gusta quedar muy bien con la gente, de cara al público. Tampoco es algo que me guste de ella. Su parte negativa, que nosotros vemos aquí dentro, el público la ve positiva. El público se ríe con sus formas y nosotros las sufrimos".

Y Yago es contundente: "Esto es un programa de convivencia y ella no ha sabido convivir con sus compañeros". "Se ha llevado mal con la mayoría de sus compañeros, le ha faltado al respeto a muchos de ellos, incluso me faltó al respeto a mí", dice ofendido el 'modelo internacional'. Y aún va más allá: "Aporta falta de educación a la hora de gritar, tratar mal a las personas, incluso a veces casi a agredir, como fue el caso de Terry. Y, para mí, ese no es un ganador de un reality como este. El noventa por ciento de los compañeros no la pueden ni ver. Explota muy bien el tema de los tacos y las palabras esas que dice ella. Yo pienso que sí puede hacer gracia y ella lo explota bastante bien porque sabe que eso gusta".

No pongo ni quito nada. Solo digo que esta frase de Marcelo decepcionará mucho a Laura y seguro que se la ponen en su entrevista el jueves: "El público se ríe con sus formas y nosotros las sufrimos".

Por ciertos

Un solo por cierto esta vez, y dirigido a ese Rubén ávido de notoriedad. Seguro que está encantado con que le haga este poquito de publicidad. Modesta publicidad la que puedo hacer en este blog al lado del poderío enorme de la televisión. Verás, querido Rubén, yo entiendo que quieras seguir colgándote del carro de la fama para seguir arrastrando tu cuerpo por los programas. Estoy seguro de que preveías más y mejor negocio, pero es que los tiempos cambian mucho, y esto ya no es lo que era. Créeme, la cosa está muy mal ahora. Menuda envidia te deben dar los de unas cuantas ediciones atrás, rellenando sus arcas con el dinero que salía de los programas.

De veras que te entiendo, has de creerme. Ahora bien, excuso decir que no puedes considerarnos tan tontos de baba como para que creamos historias tontas y mal guionizadas como lo de esa chica con quien tonteaste a través de mensajitos al móvil. Si creías que nos la ibas a dar voy a empezar a pensar en ti como alguien mucho más torpe y poco espabilado. Y hasta ahora no tuve un mal concepto de tu persona, te lo digo en serio. Ya sé que te dará igual porque vas buscando no desengancharte de este carro, a pesar del riesgo de esas heridas que debe producir tanto arrastrarte por el pavimento. Como dicen las madres: tú sabrás lo que haces.

Ah, y los porcentajes ciegos para ganar Gran Hermano 12. Según el debate de anoche, las cosas andan así: 64'0, 24'2 y 11'8 por ciento. Está claro que la unión hace la fuerza y votando mucho se consigue hacer ganador a un concursante. Y ahora, prescindiendo de las obviedades, diré que está todo el pescado vendido. Como decían aquellos locos romanos: Alea jacta est. La suerte está echada, amigos.

El Gato responde

¿Por qué 3,2,1 en los teléfonos? Ya, otra tontería... ¡Pero siempre está Laura la primera! En todas las tonterías, oye...

Creo que este/a amable (y susceptible) comunicante se refiere a una de las imágenes que ilustraban mi escrito del viernes pasado, en el que aparecían los tres finalistas mostrando sus números de teléfono para las votaciones. El orden en el que aparecían las tres instantáneas era el que dice, primero Laura (el número terminado en 3), luego Marcelo (el número terminado en 2) y finalmente Yago (número terminado en 1). La razón es porque aparecen en orden alfabético.

Sobre esto no me atrevo a pronosticar pero diría que hay muchas posibilidades de que ninguno de los tres quede en la posición que marca la terminación de su número. Con más seguridad diría que no se cumplirá esta vez la tendencia observada por algunos de nuestros amigos, sobre que el concursante cuyo número termina en dos es el que más veces ha ganado el concurso.