Sofía, al límite, se plantea el abandono

telecinco.es 14/12/2015 09:13

Voy a empezar el relato de este fin de semana con lo sucedido anoche. Los cuatro concursantes que siguen en la casa se prepararon para el programa nocturno. Vestidos y maquillados como auténticos profesionales esperaron pacientes la llegada del prime time. No tendrían noticias del programa hasta pasadas unas tres horas y media. ¡Tres horas y media, oiga! Eso son casi dos películas. O sin casi. Si algo se aprende en este programa es a esperar. En otros tiempos había una gala a la semana. El resto de los días vivían su vida, sin estar pendientes de la tele. Si acaso, los más espabilados podían prever que algo hecho en domingo noche tendría un eco más inmediato. Aunque todavía recuerdo cuando el debate iba pasada la medianoche y duraba apenas un par de horas.

Ahora los concursantes viven pendientes de la conexión tres noches a la semana. Cada vez es más complicado observar como siguen su vida sin más preocupaciones que la cita con las nominaciones cada jueves. Nunca han estado sus vidas tan condicionadas por el ritmo que les impone el programa. Tres galas a la semana necesitan de dos o tres fiestas también. En definitiva, cada día están condicionados por una actividad que impone el propio programa. Y todavía hay quien tiene dificultades para entender que a algunos concursantes no les apetezca a veces la fiesta. Normal que se les quiten las ganas con tantos días y, a menudo, tan tarde.

Anoche esperaban pacientes alguna conexión, que no llegaría en horas. Cuando llegó fue solo para que vieran los porcentajes ciegos que desde el pasado GH VIP conocen en la casa igual que los espectadores. Demasiada información. Una de las claves de este juego, como he contado varias veces, es que los concursantes no conocen la jugada ganadora. En cierto aspecto, es como una partida de dados. Hay una jugada que les permitirá seguir en la partida y para conseguirlo interviene el azar. Pero no solamente el azar. El jugador lanza los dados con fuerza si desea sacar números altos y con mayor delicadeza si necesita números bajos. Creemos que podemos domeñar al azar con la forma de tirar los dados y el sentimiento que se ponga en ello.

El concursante nominando hace cada semana su más importante tirada de dados, esperando que la suerte le acompañe. Ahora bien, la gran diferencia es que en la partida de dados el jugador sabe que gana con dos seises. Sin embargo, el concursante de Gran Hermano nunca sabe nada. La información de los porcentajes ciegos condiciona su libre albedrío, justo lo que no se ha de desear nunca. También les condiciona saber que alguno de sus compañeros puede conocer en cualquier momento lo que dicen en el confesionario. Cualquier señal del exterior les condiciona. Queremos que sean ellos mismos y se comporten con naturalidad. Pero no ayuda a ello tanta información innecesaria y, a menudo, dañina.

Esto que digo tiene importancia para muchos espectadores. No estoy hablando como purista porque nunca lo he sido ni me agrada que así pueda considerarse. Tan importante es que por esto mismo haría ganadora a Sofía y no a Aritz. Porque ella fue mucho más de verdad, desoyendo buenos consejos de compañeros y no haciendo caso ni a su propia madre. Poco o nada condicionó sus actos. Sin embargo, Aritz estuvo siempre pendiente de algo que le llevó a hacer o no lo que deseaba, mostrándose más o menos cohibido casi siempre. Decía Thomas Henry Huxley: “Las mayores dificultades del hombre empiezan cuando puede hacer lo que quiere”. Libre albedrío, se llama.

El caso es que tras la larga espera y una conexión solo en la que ver los porcentajes habían llegado ya casi las dos de la madrugada. Hora perfecta e ideal para montar una fiesta. El ‘súper’ llamó a un voluntario y fue Aritz. Del ‘confe’ vino con un papelito, lo cual suele ser sinónimo de un impulso, de esas acciones que les proponen a veces, o una fiesta. En esta ocasión se trataba de ambas cosas. Fiesta de la verdad y la mentira. Y con el papelito venían dos varas de mando. El portador de una de ellas debía decir solamente la verdad. El de la otra solo podía mentir. Fue el propio Aritz quien las repartió a su antojo. A Sofía la de la verdad, y para Nied la otra.

Repito: fiesta y actividad a las dos de la madrugada. No entendían nada. Rectifico: no entendíamos nada. Sofía decía entonces que no le apetecía ninguna fiesta y, por sorpresa, rompía a llorar. Como un niño que llora por cansancio, ni ella misma parecía entender su pesaroso llanto. Particularmente la entiendo bien. Más de una vez he tenido ganas de llorar, o he llorado, de cansancio. En este caso es posiblemente un cansancio psicológico. El agotamiento lógico, consecuencia de lo que antes he explicado. Demasiada exigencia, lo cual se hace insoportable tras tres meses de encierro.

Estoy seguro de que mañana las fuerzas serán otras, y posiblemente vayan in crescendo de aquí hasta el final, especialmente el día que sepan la fecha, si es que les avisan con anterioridad. Pero anoche eso era lo que había. Se puede entender o no. Yo sí lo entiendo bien. Mucho más razonable que a estas alturas a uno de ellos no le apetezca fiesta que cuando en las primeras semanas veíamos a Carlos acostarse en medio de una. Diría más, si anoche todos dicen lo que piensan estoy seguro de que Sofía no habría estado sola. Creo que a ninguno le apetecía fiesta.

Sofía, de bajón total, llegó a decir que quería irse. No entendía nada, y en esa situación tampoco apetece compartirlo con nadie. Pronto sería acompañada en su estupor por Nied. Bastaría que el ‘súper’ dijera “cambio” para ello. Con esa voz indicaba que debían pasar las varas de mando de una mano a otra. Ahora las portaban Aritz y Han. Justo ese fue el momento en que fueron llamados al ‘confe’. Y entonces Nied empezó a estar igual de sorprendida que su amiga. Mucho más al comprobar que seguían en el ‘confe’ casi dos horas más tarde.

Curiosa fiesta esa en la que se hace desaparecer a dos de los cuatro habitantes de la casa durante todo el tiempo. Me parece desconsiderado para Nied y Sofía. Bien habrían hecho en acostarse a tiempo, justo cuando les dieron las varas de mando, como propuso Sofía. No lo hicieron por sentido de la responsabilidad o por consideración, justo lo que no tuvieron con ellas al dejarlas solas tanto rato. Fiesta deslucida y absurda en la que se desliza un mensaje a las dos concursantes ajenas a lo que sucedió en el ‘confe’ durante tanto rato. El mensaje vendría a ser que ellas son concursantes de segunda, porque lo sustancial sucedía en el ‘confe’.

He querido empezar por el final del fin de semana porque me parece más interesante analizar este detalle, que no es cosa baladí, que el teatrillo montado por Aritz y Han. Me decían con gran amabilidad algunos seguidores de este blog que esperaban este escrito de hoy para aclarar sus ideas sobre esta trama. Pues bien, no me es nada complicado explicar lo que pienso. Probablemente Aritz necesite un par de meses más para madurar bien su guion, porque ahora mismo es endeble. Lo peor de esta historia es que se cuenta en dos patadas. Creo que no hay peor crítica para un guionista.

El resumen de estos días pasados es que nuestros dos protagonistas se han besado y masturbado. Solo me asalta una duda a partir de ahora. ¿Puede ya Han meter mano a Aritz estando este dormido? ¿A partir de qué momento se deja de considerar esto una cosa fea? Lo digo porque Aritz se pone luego hecho un basilisco por un quítame allá unas pajas. Quiero decir… no me refería a las pajas exactamente… o sea, quiero decir que lo de meter mano nunca se sabe cuándo deja de ser pecado mortal. Y eso.

En la primera página del guion dice lo de los besos (con lengua, según la puntualización de Han, tan oportuna como detallista) y las pajas. En la segunda página habla de la confesión de parte. Es decir, los ‘confes’ de ambos protagonistas de los juegos de manos bajo el edredón. Unas confesiones bien distintas. Descriptiva y realista la de Han, que duda de si Aritz le está utilizando para ganar el concurso. También piensa esto Sofía, aunque a diferencia del relato de Han, el de esta concursante vendría a ser un monumento al sentido común. Sofía hace ahora el papel que desempeñaba Marta con ella. No dejan de ser dos maravillosas 'Pepitos Grillo'. Lo de Han flaquea desde el momento que utiliza lo sucedido como prueba fehaciente de algo que no existe. Él mismo lo demuestra preguntándose las intenciones de Aritz.

Por su parte, los ‘confes’ de Aritz se pueden describir, pero no resumir. Imposible hacer resumen de un discurso cambiante e inconsistente. Haré un esfuerzo con lo que Aritz dice. Resulta que está empezando a sentir algo, pero no siente nada porque sigue pensando en su persona de fuera. Quien lo entienda que lo compre. Si todo esto tuviera una brizna de verdad sería una buena historia. Siempre he defendido que era bonito lo que estábamos presenciando entre Han y Aritz, esa relación de 'zucchinis' que se daban cariño mutuo. Igualmente hubiera sido bonito ver nacer en la casa de Gran Hermano la primera 'homocarpeta', una relación entre personas del mismo sexo por vez primera. Pero el propio Aritz lo dice y repite: esta es una relación tóxica. ¿Qué parte de “relación tóxica” no entienden los defensores de Aritz?

Muy oportunistas los que te miran por encima del hombro y te dicen que no entiendes esa relación porque son del mismo sexo. ¿Usted qué diablos sabe de mi sexualidad? Si Sofía dice que le da asco no se está refiriendo a que sean homosexuales, bisexuales o pansexuales. Hay que ser muy canalla para sugerirlo. Más para utilizarlo como argumento para intentar que no gane este concurso. Hay que poner límites, porque si no se hace lo que parece asquerosa es esta lucha por un premio que particularmente me trae sin cuidado. Como siempre digo, ninguno me dará parte de su premio. Eso no ha pasado nunca.

El juego de Aritz es lícito, incluso aunque esté utilizando los sentimientos de Han. Este no es un ser inocente sino un tipo muy listo, que desde el principio es consciente de lo que todo esto le puede beneficiar en el juego. Escuchando sus reflexiones en el ‘confe’ estoy tranquilo porque demuestra que se da cuenta de todo. Y, en realidad, hace mucho que tiró la toalla, aunque siga participando del juego. Todo tiene su punto de inflexión y el suyo creo que fue cuando Aritz le llamó “enfermo”.

Ahora bien, que sea lícito no quiere decir que yo le deba dar mis bendiciones. Este tipo dejó de engañarme hace mucho tiempo. Siento una especie de mezcla entre ternura y pasmo cuando escucho a gente que se cree el conflicto interno de Aritz, su evolución luchando con sus sentimientos y otras películas baratas. Hace días que no lleva su llave en la boca durante las galas. Han dice que la llegó a romper figuradamente delante de él. Y me lo creo. Todo está calculado al milímetro. Y, en definitiva, no veo gran diferencia entre lo de aquel Ricky que se pintaba “churrasca” en el antebrazo y luego besaba a Sofía bajo el edredón con lo de este Aritz, su llave, sus besos y sus pajas.

Moleskine del gato

En los porcentajes ciegos que conocimos anoche la ventaja del primero se incrementa respecto al segundo. Ya son 16,4 puntos lo que cuando eran todavía seis prefinalistas solo eran 8,6. Estas son las cifras: 43,5 %, 27,1 %, 15,1 % y 14,3 %. Respecto a la última referencia, el más votado sube 6,5 puntos, mientras el segundo solo sube 3. Prefiriendo que gane Sofía tal vez debería decir que el más votado parece Aritz para así animar al voto. Pero he de hacer lo de siempre, o sea, decir lo que pienso. La lógica indica que el reparto de ese 12,2 % de votos que debió tener Marta haya recaído en mayor medida en Sofía.

Otra cosa es el análisis sobre cuál debe ser la final. Haciendo uso de la lógica otra vez diría que si Nied se queda como cuarta las posibilidades de Sofía serían mayores, al dividirse el voto contrario entre Aritz y Han. Pero seré sincero también en esto. Si se sigue votando al mismo ritmo que hasta ahora, o un poco más incluso, creo que la victoria de Sofía está asegurada aunque llegase Nied a la final, cosa que deseo. Nied se merece llegar al último día junto a Sofía como un premio a su fidelidad. Arriesguemos a una final con Sofía, Aritz y Nied. La gala de este jueves lo agradecerá, porque Han tiene muchas cosas que explicar.

Y dejo cartelera con una maravillosa Marta en Marte.