¿Te ha pasado alguna vez que ha cambiado tu opinión de un famoso después de conocerlo personalmente? Me parecía distante y algo arrogante cuando la veía por la tele o leía una entrevista suya en un periódico. La conocí una tarde de verano en una terraza del Parque del Retiro, en Madrid. Antes nos habíamos visto fugazmente, y ya me había sorprendido. Entonces me abrazó fuertemente, como se abraza solo a un ser querido. Noté su cariño y generosidad. Pero fue muy breve y quedé con ganas de más. Había llegado el momento, que disfruté de forma única.
Descubrí una persona diferente a la que habitaba en mi cabeza como personaje del mundo de la fama. Me pareció mucho más sencilla y cercana de lo que hubiera imaginado jamás. Incluso descubrí una parte vulnerable y recelosa que solo en esas circunstancias pude comprender. En el tú a tú se descubre una verdad oculta desde otras perspectivas. El encuentro se prolongó durante unas horas, y al terminar me pareció que había pasado el tiempo muy deprisa. Me había gustado conocer al famoso de otra forma, mirándole a los ojos, deleitándome con sus palabras. Fue mucho mejor de lo que esperaba, y desde entonces, a la admiración le acompaña mi cariño.
Ver a un puñado de famosos en la casa de Guadalix de la Sierra no es lo mismo que encontrarse cara a cara con ellos, pero es a lo que más se puede parecer. Falta poder mirarse a los ojos. Romper la pantalla y pasar al otro lado. Y a veces dan ganas, ya lo creo que sí. En este caso, es lo mismo que se trate de un GH VIP o uno convencional, de concursantes anónimos. Pero lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Así que sigamos conformándonos con aguantar a este lado, que no es poca cosa.
GH VIP nos permite saltarnos el mes, o mes y medio, necesario para ir conociendo poco a poco a los concursantes de una edición convencional. Aquí ya les conocemos, tanto por lo que hemos visto de ellos y el juicio que nos hemos hecho con ello, como por lo que nos han podido contar terceras personas. Ahora bien, ese conocimiento está en liza a partir del momento que podemos observarles todo el día. Eso sucede justo cuando comienza GH VIP. O sea, hoy mismo. ¿Quién me dice a mí que no voy a verles de manera diferente a partir de ahora? El tiempo corre ahora de otra forma. Sin otra preocupación que pasarlo bien. Y, de paso, igual cambiamos nuestra opinión sobre alguno de los personajes que han tenido el valor de entrar en esa casa mágica de nuestros desvelos.
Desde esta noche, la casa (porque esa es merecidamente “la casa”) se llenará de okupas que habitarán las mismas estancias que los concursantes de GH 16. El atrevimiento es máximo, y solo eso ya merece un reconocimiento. ¿Qué hace ese tipo en el rincón preferido de Sofía? ¿Por qué el armario de Aritz tiene ahora la ropa de esa chica? ¿Alguien en el jardín tumbado en el sofá de Suso? Esto pasará. Y tú lo sabes. Tendremos que asumirlo.
Como dije en cierto movido día tal como este de hace un año, ahora mismo solo pienso en que vamos a pasarlo bien. Y de eso no me cabe la más mínima duda. En los días previos a ese GH VIP para el que habíamos tenido que esperar diez años desde el anterior, me preguntaron qué esperaba y siempre contesté que nada. Era la verdad, aunque algo maquillada de discreción. Mi silencio consistía en no aclarar que era, en realidad, menos que nada. No se trataba de algo bueno, como hice entender. Mis expectativas no eran muy halagüeñas, y una vez más me equivocaba.
Nunca pude imaginar que ese grupo de famosos, encabezado por Belén Esteban, Víctor Sandoval, Olvido Hormigos o Ares Teixidó, podían hacerme tan dulces los meses posteriores a un Gran Hermano. Lo dije entonces y no tengo reparo en repetirlo ahora: después de un Gran Hermano, nada mejor como otro Gran Hermano. Por eso hoy no hago previsión alguna. Me evito callar lo que pienso de verdad, porque solo tengo una certeza: vamos a pasarlo bien.
Conocemos ya a once valientes, y todavía faltan otros cuatro. Las cuatro incógnitas que se habrán de desvelar durante la gala de presentación de esta noche, con Jordi González de nuevo como maestro de ceremonias. Rosa Benito, Rappel, Carmen López, Carlos Lozano, Raquel Bollo, Lizfanny Emiliano, Laura Matamoros, Javier Tudela, Sema, Julián Contreras Jr. y Belén Roca son los famosos ya confirmados. Unos más famosos que otros, aunque de todos ya hemos conocido algo. Ahora toca conocerles con un poco más de realidad. En eso consiste este show.
No digo nada de la lista conocida. Benito no es Esteban, ni Rappel es Sandro. Por eso pronostico que no haremos ganadora a la primera ni terminaremos odiando al segundo. O sea, todo será distinto esta vez. Como siempre pasa. Reconozco que tengo curiosidad por conocer la identidad de los cuatro tapados. Sospecho que tendrán cuentas pendientes con algunos de los ya sabidos. Apuesto por Rosa Benito y Carlos Lozano. Tal vez Julián Contreras. No creo que los cuatro estén relacionados con alguien ya confirmado. Se habla de nombres, pero igual hay alguna sorpresa. No sé, bueno… venga, que empiece el espectáculo.
No quiero pensar en ello, pero… ¿podemos ya expulsar a la omnipresente Liz? Me urge. El caso es que dije que no pensaría, pero no puedo evitarlo. Porque claro, una edición VIP es para disfrutar, reír y despreocuparse. Nada de sufrir por los “sorpassos”. Aunque luego llega la Teixidó y perdemos la cabeza. Si es que somos incorregibles. ¿Cómo lo ves? ¿Te subes a este carro?
Moleskine del gato
En 21 países han tenido versión VIP de Gran Hermano. En los cinco continentes, países como Argentina, Australia, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Hungría, India, Israel, México, Holanda, Filipinas, Polonia, Portugal, Serbia, Eslovenia, Sudáfrica, España y Reino Unido. Más de 70 ediciones diferentes en estos quince años. Solo el pasado año se emitió en ocho países, entre los que destacan Israel, Alemania, India y Reino Unido. En todos estos sitios con gran éxito. México ya piensa en una edición de celebrities, y en Italia se estrenarán este mismo año que acaba de comenzar.
Abrumadores datos, ya lo creo. Aunque yo sigo pensando en esos cuatro que quedan por conocer. Sin preocupación mayor, es cierto. Porque esto del VIP es otra cosa. Nada de sobresaltos. Por cierto, ¿está confirmado lo de la madre de Laura?... Incorregibles, ya digo.