La audiencia expulsa inevitablemente a una Maite amenazada de sanción

telecinco.es 25/09/2015 09:39

Complicado para Maite evitar la expulsión una vez sabido que pendía sobre ella la amenaza de una sanción disciplinaria. La cosa podía haber llegado a la expulsión sin votos de por medio. De alguna manera, la audiencia votante hizo ayer el trabajo sucio y evitó que el programa decidiera intervenir y tomar medidas en contra de esta concursante, según pudimos saber anoche. Maite ha sido la protagonista absoluta de los primeros diez días de edición, que han sido diez días de emoción. Su presencia en la casa ha sido proverbial para el programa, logrando una atención mediática de la que este no disfrutaba desde hace muchos años. Como espectador no tengo más que agradecimiento hacia ella, e imagino que algo parecido les debe pasar a los responsables de Gran Hermano.

Es todo muy contradictorio. E incómodo. Empezando porque se pueda celebrar la salida de Maite pues su presencia animará aquellos platós por donde pase. Como seguidor del programa no me importa lo que ahora haga Maite. Yo solo veo Gran Hermano. Ni siquiera me compensa su presencia en galas y debates, porque la verdad de este programa está en el directo. Una verdad intermitente a veces, con muchos más obstáculos de los que debiera, pero verdad en todo caso. Maite es carne de reality, además de haber sido su esencia y razón de ser durante casi dos semanas. Fuera se convertirá en un esperpento, muy posiblemente.

La audiencia ejecutó una sentencia de muerte virtual inevitable. Su presencia embarazosa e inconveniente dará paso a otras tramas más manejables. La incorrección de Maite ha tenido un castigo que hubiera sido previsible de no ser por la abrumadora unanimidad vista en la opinión de quienes seguimos este programa con pasión, diría que como auténticos enfermos. Pocas veces antes he visto tanta coincidencia. Eso me llegó a convencer de que Maite se salvaría, también de que todo habría de ponerse a su favor.

Pero, en esta ocasión, de la nave tiraba la tripulación y los grumetes hacia un lado mientras un potente motor la impulsaba hacia el otro. No mandamos nuestras naves a luchar contra los elementos, que dijera Felipe II. Además, Maite es un toro bravo y libre, muy difícil de lidiar, pero tampoco es la Armada Invencible. Está visto.

“Si me tiran una piedra devuelvo dos piedras. Si me dan un beso devuelvo cinco”, le decía Maite anoche a Mercedes Milá, más elegante que nunca en las galas de esta edición. Sospecho que esta frase debió descolocar a Milá, aunque creo que define muy bien al personaje. Muchos esperarían a una Maite desbocada en plató, convirtiendo la entrevista tras su expulsión en algo más parecido a la consulta de un manicomio. Este gato impertinente también la llamó loca más de una vez. Pero he visto en esa loca maravillosa mucho más cariño que en muchos de sus compañeros juntos. Esto también lo tengo dicho.

Cometemos un error pensando que los demás deben seguir nuestros mismos códigos y costumbres. Siempre he tratado a mi madre como madre y a mis amigos como amigos. Lo prefiero así y me viene mejor no confundir ambos papeles en la misma persona. Pero también pienso que no soy nadie para decir que deba ser de esa manera. Si Maite es amiga íntima de su hija y se cuentan sus aventuras con el nivel de detalle que lo harían dos amigas, es cosa que solo les importa a ellas. Tampoco me agrada hablar con mi mejor amigo de lo que hago en la cama con nadie, y me consta que es algo habitual para mucha gente.

No hemos valorado que el concurso ha sido más complicado para Maite que para nadie. Si acaso para su hija Sofía, aunque sin las mismas consecuencias. Nadie más ha tenido que ocultar dos secretos. Me quedo sin saber las consecuencias que habría tenido para Maite que anoche descubrieran que es madre de Sofía estando ella dentro todavía. ¿Le habrían quitado otros tres puntos en las nominaciones? Ergo, no hubiera podido nominar. Y no me diga nadie que este era el secreto de Sofía, porque Maite se ha visto obligada a mantenerlo con igual celo que el engaño de su supuesto hijo.

Si los concursantes de esta edición tienen una presión extra derivada de sus secretos, Maite ha estado doblemente presionada. Las circunstancias la han obligado a mantener un doble engaño, lo cual le puso las cosas más complicadas que a los demás. Si a esto añadimos que dobla en edad a la mayoría y lo suyo de la cabeza, aún tiene mérito que haya logrado permanecer cinco días calmada, sin armar follón, como si se hubiera metido una sobredosis de Trankimazin.

Me parece una exageración acusar a Maite de haber hecho la vida imposible a todos sus compañeros de encierro, como he escuchado decir a Amanda y a otros concursantes. Esta madrugada empezaban muchos a suavizar tan severo juicio, y no me cabe duda de que terminarán echándola de menos. La defensa que hacía Sofía de su madre tras ser expulsada fue para quitarse el sombrero. Hablaba con enorme cariño de una mujer con reacciones imposibles de entender, pero que va siempre de frente. Hubiera sido imposible ver a Maite abrazando efusivamente a Raquel tras salvarse de la expulsión, como vimos hacer anoche a Carolina minutos antes de darle sus tres puntos en la nominación. De acuerdo que es solo una nominación, pero no era necesaria tanta falsedad.

Al final, Maite no es tan diferente. Anoche aplaudía solo en mi salón cuando Milá les preguntaba a los concursantes si eran completamente lerdos. Algo parecido a lo que hice escuchando a Maite llamándoles ovejas. Nadie piense que estoy haciendo comparación alguna, solo digo que un poco tienen de ambas cosas. Anoche no solamente algunos de los que habían acertado su apuesta de esta semana sobre los secretos lo celebraban delante del resto, sino que contaban luego a todos la potestad que habían tenido de salvar a uno de los nominados. Lerdos por ello. Y ovejas por aceptar que se salvase a Suso.

Enseguida volveré al tema de las nominaciones y lo que sucedió después, pero antes quiero decir alguna cosa más sobre Maite, de la que espero sigamos teniendo razones para hablar en un futuro bien cercano. Y no estoy pensando solo en una posible repesca, que no existió en la edición anterior. Anoche en el Twitter de Big Brother México, con el que estamos más hermanados que nunca, preguntaban por los concursantes ideales para un posible intercambio. Aprovechaban para ello que tanto México como España celebraban la tercera gala de la temporada.

Recordemos que el primer intercambio en la historia de este programa entre concursantes de distintos países fue entre México y España. Ellos nos mandaron a Eduardo ‘El Doc’ y nosotros a Ness, en GH 3. Luego mandamos a Aída, aunque en México hacían entonces una edición de famosos y nos vino el huracán Madow, cuyo hábitat natural era el jacuzzi. Sería fantástico que se repitiera la historia tantos años después, ahora que Big Brother ha vuelto a México después de una ausencia prolongada durante diez largos años. Ya sé que Ivy es mexicana, pero sería mucho más interesante mandar a Maite. Y ¿por qué no seguir soñando? También podría ser repescada Maite y luego irse de intercambio.

Volvamos a la realidad, que anoche fue bien jugosa. La salida de Maite y el hecho de que Amanda nominase de forma directa a Sofía porque había encontrado su propia medalla de campeona de salto de longitud, secreto aún no revelado oficialmente, pusieron las espadas en alto en la segunda jornada de nominaciones. El banquillo hubo de moverse al no poder nominar el resto de concursantes a las dos en las que recayeron la semana pasada dos tercios de los votos en juego.

Ivy no nominó a Suso, y tuvimos confirmación de que este se había inventado el día anterior eso de que alguien le dijo que la mexicana pensaba nominarle. Una burda mentira que muchos intuimos, dentro y fuera de esa casa. Es posible que si Suso no se llega a inventar algo así no lo habrían nominado. Se hubiera evitado entonces el aplauso cerrado del público en plató, que Suso ha interpretado en relación con Sofía. La poca personalidad de este concursante se demuestra cuando el martes vuelve a juntarse con Sofía tras conocer los porcentajes ciegos y suponer que el menor era de ella, mientras que tras el abucheo de anoche le volvía a decir que solo pueden ser amigos.

Justo antes de irse las tres nominadas a la sala de expulsión había quedado al descubierto el secreto a voces de que Sofía es hija de Maite. Fue tras la expulsión que se conoció el segundo acierto de esta semana. Parece hecho aposta porque van a una media de dos aciertos por semana. Juanito Reborn fue presentado en sociedad y las reacciones fueron bien dispares. Mientras que unos parecían embelesados ante un muñeco de plástico, otros no le echaban cuentas. Vera, por ejemplo, decía: “Marina, deja a Juan en la basura”. Mucho me temo que se ha ganado la nominación vitalicia de la falsa mamá.

Luego vi a Marina pidiendo a todos en conjunto y casi uno a uno que tratasen a Juan con mucho cuidado. No sé si pesaba en ello más el instinto maternal o los mil euros que, al parecer, le ha costado la criatura. Me vino a la cabeza entonces Hans (no Han), en GH 11, ahogando a la muñeca Rosita. No tengo nada en contra de los bebés reborn, aunque me da un poco de escalofrío pensar en tocar esa piel fría, como de un niño muerto. Ahora bien, que Marina desee tener dos o tres más me parece singular, por decir algo suave.

Y tuvimos la revelación de un nuevo secreto, aunque sin saber a quién corresponde. Hay un concursante que lo sabe todo de Gran Hermano, incluso más que Mercedes Milá, como ella misma se encargó de puntualizar. No tengo ni idea de quién se trata, pero quedan pocos libres de secreto. He de decir que el primero en venir a mi mente fue Quique. Una vez confirmado que el enfermero (como le llama Suso) sí que es médico, creo que este puede ser su secreto.

Observatorio de nominaciones

Así fueron las nominaciones de esta semana:

Quique > Suso (3), Muti (2), Nied (1)

Carolina > Raquel (3), Muti (2), Han (1)

Muti > Ivy (3), Nied (2), Quique (1)

Vera > Muti (3), Raquel (2), Marina (1)

Nied > Muti (3), Raquel (2), Carlos (1)

Marta > Raquel (3), Muti (2), Carlos (1)

Amanda > Sofía > Nominación directa a Sofía

Ivy > Raquel (3), Muti (2), Marina (1)

Suso > Quique (2), Ivy (1)

Carlos > Raquel (3), Quique (2), Marina (1)

Sofía > Ivy (2), Raquel (1)

Marina > Muti (2), Suso (1)

Han > Muti (2), Suso (1)

Raquel > Marta (3), Aritz (2), Suso (1)

Aritz > Raquel (3), Muti (2), Carlos (1)

Sonrojante que Suso nomine a Ivy y esta no haga lo propio con aquel que la puso en solfa, poco menos que forzándola a confesar si le iba a dar puntos, simplemente porque se le cruzó la idea por la cabeza. Incluso diría que preocupante la reacción de Suso que cuando tuvo esa sospecha la emprendió a puntapiés con un puf del jardín. No quiero pensar lo que es capaz de hacer cuando se entere de que ayer cuatro compañeros pronunciaron su nombre en el ‘confe’ a la hora de nominar. Aunque quien más puede tener que temer es Quique, porque si no es por él habría evitado salir a la palestra, dado que los demás le dieron tan solo un punto cada uno. Quique le metió sus tres puntazos.

Inesperado que Raquel siga despertando tanta aversión entre sus compañeros. Anoche se llevó 20 puntos de 8 compañeros. Creo que Raquel puede pasar de anulada tras haber quedado nominada a combativa y con ganas de venganza, especialmente si logra averiguar que tantos se decantaron ayer por ella. Lo de Muti, que también reunió 20 puntos (en este caso de 9 compañeros), lo entiendo bastante mejor. Sus dos primeras nominaciones fueron para Ivy y Nied, precisamente quienes más se han resistido a ese rijoso juego que ha pretendido con todas las mujeres de la casa.

Sorprendente que Vera dijera anoche que alguien le había confesado haberle nominado. Más que nada porque recibió cero puntos (zero point, zéro pointés). Esto es tema para Iker Jiménez, sin duda alguna.

Los siete que acertaron secretos (Suso, Amanda, Aritz, Raquel, Carlos, Sofía y Muti) pudieron salvar a uno de los nominados y eligieron a Suso por iniciativa de Muti, a quien Quique considera acertadamente perrito faldero de aquel. Cuesta entender que Amanda no dijese esta boca es mía defendiendo a Raquel. Luego explicó que no lo había pensado. Pues menuda amiga. Mucho más increíble es que Carlos no dijese nada de Ivy. No cuela que quisiera evitar desvelar su secreto, que si yo habría intentado dejar al descubierto hace tiempo, evitando que Vera continuase en modo pulpo con ella.

Nominados finales: Raquel, Muti, Sofía e Ivy.

Moleskine del gato

Los aplausos del público en plató volvieron a afectar a los nominados. Con Sofía hubo aplausos cuando fue nominada directamente por Amanda, pero no en la ronda final, cuando Milá comunica uno a uno si lo están. No hubo aplausos para Muti, del que no se vio en la gala casi nada. Sin embargo, fueron atronadores para Ivy, Raquel y Suso. Este último andaba anoche en estado de shock, repitiendo no sé qué tonterías sobre su madre que no vienen a cuento. Parece como si no existiese nadie más para él en esa casa. Su egocentrismo es tan patético como básicas todas sus reacciones. La consecuencia ya la he comentado antes: Sofía vuelve a ser tan solo una amiga para él. Por supuesto, lo hace por el bien de ella. Claro, claro.

La llave que adornaba estos últimos días el sombrero de Aritz anoche estaba serigrafiada en el dorso de su mano izquierda. Empiezo a estar convencido de que eso tiene que ver con el secreto del tipo del sombrero, ese que en principio no tiene secreto.