La deslealtad de Alejandro hace que Fran desconfíe de él

telecinco.es 21/01/2016 09:34

Da la impresión de que estuvieran compitiendo por ver quién es más desleal. Si quieren que la próxima semana superen la prueba igual sería una garantía ponerles algo así. De momento, en los puestos de cabeza están Laura y Alejandro. Lo tiene difícil Laura, aunque no está mal posicionada. Pero es que lo de Alejandro es casi imposible de superar. Se pasó al lado de Laura la otra noche, pero es que antes le había dicho a esta: “Yo no quiero que te vayas. Si hasta prefiero que se vaya Fran o Julián". Ahí es nada. Anoche hubo unas palabras más altas que otras entre Fran y Alejandro. Fran dijo que le iba a nominar con un punto y al rato veíamos a Alejandro esforzándose por evitarlo.

Si Fran hubiera sabido que después de hablar con él iría a contar la conversación a los demás posiblemente ni siquiera hubiera querido hablar con él. Lo hizo con poca gana, no obstante. Me hizo especial gracia como, llevando un rato solos en el dormitorio, iba haciendo gestos de que quería dormir. Poco a poco, Fran se iba metiendo en la cama, quitándose el micrófono y subiendo cada vez más el embozo. El mensaje terminó llegando a Alejandro, que en un alarde de intuición le preguntó si se iba a dormir. ¡Anda que no!

Reticente a hablar, casi fue obligado por el míster, que presionaba preguntando si tenía prisa y le reprochaba no haber podido mantener esa conversación antes. “Venga, dime lo que quieras”, decía Fran. Lo que quería Alejandro era evitar su punto en las nominaciones. No se puede decir que no se esforzase en ello. Torpe pero esforzado. Me gustó Fran en esta conversación. No se puede ser más franco y coherente. Estoy empezando a hartarme de todos aquellos que le acusan de ser inteligente. Sí, sí, le acusan de ello. En este caso demostró integridad, toda la que le falta a su contertulio.

“Lo único que te puedo decir es que me generas dudas. Dudo de ti y tengo que dejar pasar un poco de tiempo. Tengo que pensar en todo esto y ver si en algún momento dejo de dudar de ti”, decía Fran. Cuando un concursante va con la verdad por delante frente a otro que no para de dar pruebas de su deslealtad se dice y punto. La falta de lealtad de Alejandro es algo casi enfermizo. Fran iba a la almendra de la situación: “La pregunta era muy clara. ¿Quién prefieres que se quede? Tú elegiste a otra persona. Yo ahora te pregunto: ¿quién prefieres?”. Entonces Alejandro respondía sin pudor alguno: “Quiero que te quedes tú”. Comparto la conclusión de Fran: “Las palabras se las lleva el viento y lo que queda son los gestos”. Mucho más en un programa de televisión. Alejandro ha demostrado que su palabra carece de valor. Su gesto es lo que cuenta. En directo se puso del lado de Laura. Era un mensaje bien claro a la audiencia.

De forma que en dos días ha ido girando como una veleta, diciendo que prefiere una expulsión u otra, dependiendo de con quien está. Sin darse cuenta de que el espectador tiene cierto don de la ubicuidad y puede haber visto su maniobra. Lo cual confirma que es rematadamente torpe. Y lo digo así por no resultar demasiado ofensivo. Llama la atención que alguien tan joven, que tiene posibilidades en la vida, como se encargó de repetir anoche en la conversación con Fran, pierda tanto la dignidad por evitar quedar nominado. Con ello puede terminar consiguiendo lo contrario. Basta con que se enteren unos de lo que va contando a los otros. Pero, sobre todo, conseguirá que la audiencia lo expulse del tirón cuando quede nominado.

Alejandro juega a tantas bandas que al final terminará siendo derribado de un derechazo propinado por él mismo. Posiblemente lo haga cerca de la fosa que él mismo va cavando con premura y poco esfuerzo. Eso sí, se llevará el premio al más desleal. Algo podrá poner en su vitrina, aunque tampoco es para presumir. Y eso que es una competición bien dura. Laura, por ejemplo, asoma la cabeza y se cuela en las primeras posiciones. Otra que cuando sea descubierta, si es que hay ocasión para ello, se va a ganar unos cuantos enemigos.

No creo que Laura vaya de colega entre Liz y Alejandro por puro divertimento. Su maniobra responde a la vieja estrategia política del divide y vencerás. Es el "divide et impera" de Julio César. En Gran Hermano el objetivo no es el poder sino la permanencia. Es un juego de exclusión competitiva donde tan solo hay que acabar con otros diez para ponerse en la final y esperar la decisión de la audiencia. Para ello, nada mejor que enfrentar a los demás. Laura ha conseguido que Liz en su relación con Alejandro pase de insinuarse a detestarlo. Lo de que se insinuó no lo he visto, lo cuenta Alejandro. La secuencia al completo es digna de ser narrada. Dice Alejandro que en el jacuzzi ella estaba un poco bebida, o algo, y le dijo cuatro cosas. Se lo está contando a Sema y Laura, entonces esta última pregunta si le tiró los trastos. Alejandro no lo niega, incluso afirma que por respeto a su hijo no quiere tener nada ahí dentro.

Alejandro no dice estrictamente que Liz se le haya insinuado, pero Laura y Sema despiertan a Liz para ir con el chisme y esa es la expresión usada por Sema. “Dice que se salió del jacuzzi porque tenía un hijo que respetar”, añadía Laura, rematando la faena. “Me he quedado a cuadros”, es la respuesta de Liz. Ni corta ni perezosa, Laura lleva de vuelta el chisme a Alejandro y en el vestidor le dice que han sacado a Liz el tema de conversación que habían tenido con él. “Se ha quedado pillada”, dice Laura.

Pongámonos en el supuesto de que la intención de Laura no es enfrentar a sus dos compañeros sino que simplemente considera entretenido ese juego del chismorreo. Consideremos que en la casa hay muchos ratos para aburrirse, y cada uno solventa ese problema como puede. En este caso, mi sorpresa viene por la falta de freno de Laura, que alegremente va llevando el chisme de uno a otro sin considerar que está siendo desleal a aquella persona que le cuenta algo en confianza, sin poder prever que irá de inmediato a decírselo al otro. Y todavía más pasmado me deja que a Alejandro no le llame la atención que le haya ido a contar a Liz lo que un rato antes ha dicho él. Tal vez porque son tal para cual.

La consecuencia de todo este episodio es que la madrugada del martes Liz soltaba pestes por la boca sobre Alejandro. Contó más cosas aparte de que él le había entrado por redes sociales, y que ella al principio habló con él porque estaba saliendo con un chico modelo y pensaba que podía venirle bien conocerle. En todo caso, no le dejaba en buen lugar, lo cual se explica viendo las maniobras de Laura y Sema.

El gran juego de chismorreos y deslealtades también ha afectado a la relación entre Julián y Belén, aunque en este caso de forma relativa. Otra cosa sería si Julián se enterase de que Belén ha contado que estuvo tres años intentando liarse con ella, pero no pasó nada. Lo que sí ha llegado ya a sus oídos es que Lucía tiene una mala opinión de que haya hablado mal de su familia en la televisión. Lo inexplicable es que le extrañe el comentario. Me inquieta la percepción de la realidad que tiene Julián. Recordemos que España le quiere mucho, según él.

Lo que plantea Julián a Belén es un chantaje en toda regla. “No me gustan tus amistades”, lo cual es justificación de las repetidas cobras que le ha hecho a Belén. Su excusa es que si está con Lucía o Fran él no va a estar con ella. Dice Belén que fuera se comprometió a cuidarla y no lo está haciendo. Hombre, igual era parte del cortejo. Belén no sabía lo que había dicho Lucía sobre Julián, y espero que ahora sabiéndolo no cambie de actitud por hacer una concesión a Julián. Entre otras cosas porque creo que lo de las amistades es una excusa, como apunté antes. Me da la impresión de que sufre miedo escénico y ahora que tiene a Belén cerca todo el día se bate en retirada.

Volviendo a Fran, cuando salga y vea las imágenes del fantástico resumen diario de ayer en Divinity, pensará que no estaba equivocado con Alejandro. Acierta al no confiar en él. A Laura le fue contando que Fran le había dicho que no se fiase de ella. Con Sema le puso fino: “Es un chaval que está siempre maquinando. Piensa que lo tiene todo controlado siempre, y se está equivocando porque aquí gana el que lo hace pasar mejor a la gente”. Haría mejor Alejandro en pensar no en quién gana sino, al contrario, quién no gana este concurso. No ganan los mentirosos, ni los falsos, ni los aprovechados, ni los desleales, ni los traidores. Tampoco conviene ser muy chismoso ni muy miedica. Sabiendo esto, Alejandro podría analizar con facilidad por qué no va a ganar él. No faltan razones. O, como dice el gran Sabina: sobran los motivos.

Observatorio de nominaciones

Segundas nominaciones y gran interés por ver cómo queda la cosa. Podría ser mayor el interés si fueran a nominar todos, pero por desgracia no será así. Lo harán solo los componentes del equipo negro. A saber: Fran, Javier, Alejandro, Raquel, Julius, Laura y Carlos. Hasta ayer podíamos pensar en la fuerza del trío de antiguos mosqueteros, grupo hoy disuelto. Pepe, Hugo y Alessandro seguirán siendo los únicos mosqueteros que han pasado por esa casa.

Ante la posibilidad de que Fran y Alejandro se den puntos mutuamente, lo cual no descarto, la masacre puede ser menor. Si los tres volviesen a sindicar sus nominaciones, podríamos tener a Julius y Julián asaeteados a puntos. Entre siete y ocho podrían tener cada uno en ese caso. Ahora está más en duda que vaya a ser así. Tengo claro que Julius y Laura están en el mismo equipo, aunque puede que esta última pierda su opción de nominar, con lo cual se consumaría el hecho de que un concursante fuera expulsado sin haber podido nominar nunca.

Aparte de la incógnita que es ahora mismo Alejandro, tengo interés por ver las nominaciones de Raquel y Carlos. Los dos andan un poco desmarcados. Raquel algo desaparecida, aunque por lo menos no ha traicionado a nadie y cuando se deja ver aporta siempre su sonrisa y buen rollo. En cuanto a Carlos, sigue cerca del grupo de poder, aunque con un poco de suerte será quien más guerra pueda plantear a Julius para que acabe su dictadura en la cocina. Démosle tiempo al tiempo.

Moleskine del gato

Esta noche tenemos primera gala con expulsión y segundas nominaciones, con Jordi González al frente. Se prevé que haya más calambrazos. El movimiento de los porcentajes durante el programa del martes hace pensar que pueden haber variado en cualquier dirección. Incluso pueden hacerlo durante la gala de esta noche. Está en nuestras manos la decisión. Podemos perder a un concursante valioso, porque creo que los tres nominados lo son, o directamente asesinar la edición poniendo en la calle a Fran Little Nico.

Ni siquiera me vale que se cumpla su deseo de salir y volver a entrar repescado. Me parece innegable que Fran es un concursante inteligente. Por eso me interesa medir hasta qué punto se dejará llevar por la cabeza o por el corazón, si es capaz de gestionar sus emociones y mantener la frialdad en el análisis. No sé si leerá bien el concurso cuando pasen un par de semanas más y las referencias estén cada vez más lejanas y difusas.

En definitiva, se me antoja que Fran es de los concursantes más interesantes en mucho tiempo. Tanto que temo por él. Últimamente la tendencia es acabar con cualquier indicio de vida inteligente dentro de esa casa. Esta noche veremos si hay o no un indulto a la inteligencia.

Y dejo cartelera, primera del VIP, con Fran en 'Qué TIA la CIA'.