Elettra y Aída unidas por un pie, y Aless rabiando
Gran Hermano decidió ayer que lo sucedido el domingo no es sancionable. Elettra se marcha de rositas esta vez, veremos cuánto tiempo tarda en meterse en líos otra vez. Queda impune su atentado al buen gusto y a la salud con el agua de Aída. Que hayamos visto, metió sus dedos en el agua de un vaso después de haberlos introducido en su boca. Y, aunque no se haya visto, ella misma ha contado que también escupió en el agua. Según contó Ivonne a Irma y Emma, la amenaza de Elettra se había materializado ya. ¿Cuál debe ser la gravedad de lo realizado para que un concursante sea advertido con una sanción?
Elettra ayer contó que había sido llamada al ‘confe’ y la habían sancionado, además de recibir una charla en contra del bullying. Lo que la italiana entiende por sanción debe tratarse de una simple advertencia. Está claro que Gran Hermano decide y lo hace siempre con equidad, pero creo que la advertencia a esta concursante debió realizarse delante de todo el grupo. Si los actos que se consideran reprochables han sido públicos también lo deberían ser las amonestaciones. El resto de concursantes deberían conocer de primera mano la postura del programa. También la audiencia ha de estar informada para que pueda participar con conocimiento.
Dado que el primer intento de conciliación entre Elettra y Aída fue fallido, anoche el sargento Matamoros volvió a intentarlo. Las dos concursantes hubieron de ir unidas atando los cordones de sus zapatos. Si demostraban que pueden convivir tan juntas dejarían que se separasen pronto, como así sucedió. No les costó nada pedirse mutuas disculpas, cerrando en falso el enfrentamiento entre ambas. Antes de eso, por la mañana, Daniela había abogado por el entendimiento, no tanto por estar convencida de ello como por interpretar que eso es lo que quieren “ellos”. Ese “ellos” se supone que se refiere a la organización del programa, aunque puede que también seamos sus espectadores.
El intento de Daniela por reconducir la actitud de sus compañeros sería loable de no ser porque ella prendió la mecha. Es posible que Elettra y Aless no se hubieran enfrentado del modo que vimos el domingo si Daniela se hubiera mostrado tan conciliadora como ayer en días anteriores. Recordemos cuando le reprochaba a Aless que en lugar de criticar a Aída a sus espaldas se enfrentase a ella. “No digáis ‘voy a saltar, voy a saltar’ y luego os quedáis todos callados”, afirmaba Daniela este fin de semana, y añadía: “No digas voy a saltar y luego le sigues el rollo”. Aceptemos que Daniela se ha dado cuenta del propio error e intenta ahora corregirlo. Admirable si fuera por propia convicción; sin embargo, no es lo que vi ayer.
Daniela considera que llamar “perra” a Aída no es un insulto. Además, justifica la actitud de su compañera al considerar que es una reacción lógica a la “agresividad subversiva” de Aída. Es evidente que ignora el significado de “subvertir”, por lo que debo interpretar que se refiere a una agresividad soterrada o no evidente. Está claro que Daniela considera justa la respuesta de sus compañeros. Lo demostró el domingo partiéndose de la risa mientras Elettra ladraba y denigraba a una compañera de encierro.
Aunque no haya sido de forma pública, el programa ha hablado sugiriendo a Elettra que la actitud del grupo con Aída tiene algo de acoso. Daniela no es tonta y ha visto que esto es “lo que opinan ellos”, por lo que deben cambiar. Algo es algo, pero me hubiera gustado que fuera de forma convencida, fruto de un análisis que tuviera en cuenta una cuestión humanitaria. Por mucho que les caiga mal Aída no deja de sorprenderme el agravio. Y me sorprende por mucho que esta concursante sea absurda, ridícula y odiosa muchas veces. Ya lo sabíamos, y está claro que algunos de ellos también porque ya la sentenciaron el mismo jueves, nada más verla.
No es fácil encontrar otra persona que se califique de genio y no pare de repetir que ama su vida. Es posible que tanta exaltación de su propio ser indique una gran inseguridad. Parece claramente innecesario hacer tal ejercicio permanente de autoafirmación. Ahora bien, ¿por eso deben marginar y ridiculizar a esa persona? ¿Tan importantes han sido las provocaciones de Aída? Recordemos que Aless decía esto nada más encontrarse con ella en el salón, antes de que comenzasen a convivir con ella: “Yo lo siento. No me voy a cortar nada con ella porque es una maleducada. Es una persona que hace bullying, insulta, grita, falta al respeto…” No estaba hablando de Elettra y él mismo sino de Aída. Lamento decir que Aless estaba describiendo en realidad su propio comportamiento y el de su amiga italiana la noche del domingo.
Si alguien interpreta que estoy defendiendo a Aída está claro que no tiene capacidad de entendimiento suficiente para ser considerado un ser inteligente (bueno, exagero, pero ya se entiende lo que quiero decir). Sucede que no he visto qué es eso tan grave hecho por Aída, y aunque lo viera no podría justificar lo sucedido. Daniela se ofendió porque alabase lo bien que bailaba en Crónicas marcianas. Ella no baila, mueve el cuerpo. Igual que no canta, lo suyo son viajes sonoros. Respetable que defina como desee lo que hace, pero no tiene lógica que la ofenda lo que otros dicen de ello con todo el respeto del mundo. Incluso si hay algo de sorna, como cuando Aída reía ante lo de los “viajes sonoros”. Está claro que ella es poco open mind, así en general.
Es imposible entender a Aída y su permanente exaltación de lo propio. Pero tampoco comprendo a Daniela cuando el jueves pasado se metía en una conversación entre Aída y Alonso, reclamando que continuasen con ella delante. Es evidente el sentido de la inoportunidad y la mala educación de Daniela metiéndose en la conversación de otras dos personas. No es una regla de Gran Hermano, como dijo, sino algo elemental desde siempre. Si dos están hablando y uno debe interrumpir por alguna razón lo que se hace es pedir perdón. Y si esas dos personas quieren seguir hablando entre ellas uno se debe quitar de en medio sin rechistar. Es decir, las provocaciones han existido por ambas partes.
Del comportamiento de Aída se pueden decir muchas cosas, y pocas positivas. Cuando el sábado no dejaba que Daniela le enseñase a manejar la tableta para la radio tenía un comportamiento absurdo e infantil. Estaba enfadada con Daniela por haber afirmado que intentaría estar en cualquier sitio donde ella no estuviera, por eso reaccionó de esa forma. Imposible defender a Aída, pero tampoco considero equilibrado que Elettra justificase su impresentable comportamiento del domingo como la reacción ante alguien que hace daño a la gente que ella quiere. “Si hacen daño a mi familia o mis caballos reacciono porque no lo puedo tolerar”, decía la heredera del imperio Lamborghini. Me parece una exageración inmensa.
Por lo que sea, Elettra ha logrado la complicidad de la mayoría de sus compañeros, que taparon y suavizaron el domingo su actitud. Ver el ‘confe’ de Emma o Irma diciendo que no había pasado nada es irrisorio. Las imágenes son muy malas. Ya intuía este gato escamado que no habría un plano definitivo en el que se viera el empujón de Elettra, aunque ni siquiera ella misma había negado el contacto físico. Por eso se equivoca Irma minimizando tanto lo sucedido. Todavía se equivoca más Emma cuando después de su actuación magistral en el ‘confe’ advierte a la italiana que esté tranquilla, que ella la ha dejado bien. En lo poco que se aprecia viendo las imágenes, está claro que hubo contacto físico, aunque no se pueda hablar de agresión a Aída. Si acaso fue Irma la principal víctima.
Si se observan las imágenes con atención puede verse como tras el forcejeo Irma mira para atrás, lugar donde se encuentra Elettra. Que mire hacia ese lado y no donde se encontraba Aída dice mucho. Porque el golpe se lo había llevado Irma, que se desplaza hacia adelante en dos tímidos saltitos. Después de volverse y mirar a Elettra, Irma se aparta ligeramente hacia su derecha mientras se lleva las manos a la cara. Se estaba quitando de en medio por si le caía algún mandoble suelto más. Elettra le debe mucho a Irma porque ella sí que podría haberla acusado de agresión. Las imágenes hubieran dado la razón a la presentadora con meridiana claridad.
Alonso no oculta que está encantado con todo lo sucedido en torno a Aída porque lo ve como una manera de desviar la atención. Ya no será el más nominado, si es que no es expulsado este jueves. A río revuelto, ganancia de pescadores, debe pensar este concursante. Aída lo ha calado y charlando en soledad llamó ayer a Alonso “traidor”. Aída ha actualizado la imagen más repetida de su primera participación como concursante de Gran Hermano, cuando hablaba con Dios tumbada, aunque mirando fijamente a la cámara. Curiosa forma de trascender. Entre Alonso y Aída no sé quién es más torpe como concursante. A Alonso se le ve el plumero casi siempre. Anoche el sargento Matamoros decía que él y Alejandro hacían buena pareja, y desde entonces no se ha separado del músico. Justo aquel a quien quería perjudicar utilizando a Tutto y su leve error de escribir en un papel líneas de la estrofa de una canción. Demasiado obvio.
Si algo tiene bueno el acercamiento obligado entre Elettra y Aída es lo mucho que hace rabiar a Aless. Anoche, no les quitaba el ojo durante el poco rato que estuvieron unidas por el pie. Este falso profeta del “siempre smile” ha sido el más refractario a limar asperezas con Aída. Aunque haya vendido lo contrario es un maestro del mal rollo y la escasa convivencia. Mientras Daniela intentaba convencer de que debían corregir su actitud, Aless expresaba su deseo de no hablar ni una palabra a Aída. Dice que hay parejas o compañeros de piso que no se hablan y no le ve problema ninguno.
En realidad, la postura de Aless es más sincera y espontánea que la de Daniela, sujeta a la conveniencia en el juego. El único inconveniente es que no es posible hacer lo que pretende Aless. Nadie dice que este juego deba basarse en la buena convivencia. Bien es cierto que con dificultad, pero es posible jugar planteando una mala convivencia (véase el caso de los naranjas en GH 8). Lo que Gran Hermano no permite nunca es la no convivencia.
Aparte de regresar a la casa el sargento Matamoros, anoche la atención estuvo puesta durante un rato en Ivonne Reyes y el asunto personal de la paternidad de su hijo, atribuida por la justicia a Pepe Navarro. El sábado La Otra Crónica del diario El Mundo publicaba en exclusiva que una prueba de ADN conseguida por un detective privado a petición de una hija de Pepe Navarro había dado como resultado que el hijo de Ivonne no es de Navarro y, por tanto, no es hermano de la demandante. Si la justicia valida esa prueba se encuentra con un caso inédito al tener que revisar el caso de una paternidad atribuida a una persona por no querer someterse a las pruebas correspondientes.
El asunto es actualidad y el programa decidió comunicárselo anoche a Ivonne, que salió del ‘confe’ visiblemente afectada, aunque públicamente decía a sus compañeros que no había estado mejor en mucho tiempo. En algún momento creí que no lo contaría, aunque parece que sí lo hizo anoche en voz baja a alguno de ellos. Supongo que lo contará a Irma y Emma, aunque no parece que vaya a ser muy explícita. Si alguien temía que Ivonne abandonara ya vio anoche que no era así. Como concursante está demostrando ser un mueble, y una de las características de los muebles es su inmovilidad.
Moleskine del gato
Anoche se formaron dos equipos para la prueba semanal ‘Entrena como puedas’. Matamoros escogió a Aly y Marco como jefes de equipo, los mejores de uno de los ejercicios realizados. Aly escogió para su equipo a: Daniela, Alonso, Aless, Irma y Aída. Marco a: Sergio, Elettra, Ivonne y Emma. A Aída no la escogió nadie y recaló por eliminación en su grupo, que tiene un componente más dado que Alejandro es baja en la prueba por su problema de espalda y se encargará esta semana de la intendencia en cocina. Y aquí está el problema porque el equipo que obtenga mejor resultado en la prueba tendrá el privilegio de poder nominar. Solo lo podrá hacer uno de los dos equipos, por lo que no me cabe duda de que Alejandro no puede quedarse sin grupo. No fue explicado, pero veo lógico que a estos efectos forme parte del grupo de Marco.
Ayer no comenté los porcentajes ciegos que conocimos en el debate. Son estos: 61,9 %, 20,2 %, 10,4 % y 7,5 %. No soy capaz de prever quién tiene un porcentaje tan alto, toda vez que mi convicción era que Alonso e Irma podían estar bastante igualadas y la expulsión estaría entre ellos dos.
Dejo cartelera con Alejandro Abad en ‘School of Rock’. Por Montse Juanilla.