Golpe de mano
La audiencia dio ayer un golpe de mano en el concurso. La esperada corrección a la ventaja de la mayoría llegó después de semanas esperándola, y lo hizo dejando el poder en manos de los espectadores. El concursante 17 hizo el trabajo que se le encomendó con pasmosa eficacia. Se trataba de echar a los habitantes de El Club y sustituirlos por otros tres, teniendo representación el grupo minoritario. Y ya lo creo que la tiene ahora, porque Adara y Bárbara fueron las dos más votadas para tener todos esos privilegios. La tercera fue Bea, que se había adelantado a abandonar el barco, cosa que veremos hacer masivamente a partir de ahora. El poder debía cambiar de manos, lo cual vino a ser un test sobre los favoritos de la audiencia.
Me hace gracia cuando leo que se niega la existencia de grupos en la casa. Si ellos mismos lo saben y así lo tienen en consideración. Lo mismo me pasa cuando alguien dice que no hacía falta comprobar los favoritos de la audiencia porque ya se sabe. Entre los de dentro de la casa no hay tanta certeza. Es más, a pesar de las salidas de Candelas y Bea, aunque esta última fue un breve metisaca, hasta anoche no se habían dado cuenta de que Bárbara y Adara cuentan con el favor de la audiencia a día de hoy. Ahora parecen empezar a asumirlo, y por eso pienso que quitando algunas excepciones abandonarán en masa el grupo mayoritario. No sé si los que se van a quedar son sus capitanes o la orquesta, como en el Titanic.
El golpe de timón tenía que comenzar con la expulsión. Como estaba previsto, Montse salió con un 73 % de votos, dejando a una de las otras nominadas con un ridículo porcentaje en torno al 5 %. Bárbara y Adara tienen un apoyo importante, y de eso ya no queda duda ni fuera ni dentro de esa casa. La primera reacción de Clara hacía ver que por fin están entendiendo lo errónea que es la estrategia seguida hasta ahora por el grupo dominante. Clara proponía subir solo a una de las dos, Bárbara o Adara. Según lo visto, quien se siente junto a ellas en la sala de expulsiones está condenado a una más que segura expulsión. Llegado el momento no hizo lo dicho. Aceptaron el riesgo y de no ser por la intervención de la audiencia habríamos vuelto a sufrir un resultado controlado por la mayoría. Gracias a las nuevas habitantes de El Club eso fue corregido.
Montse no tuvo entrevista en plató, ni siquiera un mísero vídeo de su paso por la casa. Tuvo más protagonismo su hermana y esas extrañas teorías sobre el apoyo que tendría esta concursante en Barcelona, a diferencia del cosechado en Madrid. Como si solo se votase en la capital. Cuando Jorge Javier le recordó que es de Badalona, la hermana de Montse contestó: “Pues eso, no eres de Barcelona”. Pero resulta que ellas son de Molins de Rey. Es previsible que Montse esté el domingo en el debate más cabreada que una mona por el ninguneo de anoche. Razón no le faltará, aunque egoístamente agradezco que fuera así porque escucharla quita un poco las ganas de vivir.
Antes de salir de la casa Montse anunció que la iba a liar fuera y al despedirse de sus compañeros quiso dar un consejo, pero Jorge se lo impidió. Ya puede ir sacudiéndose las ganas porque no veo gran interés ni en sus consejos ni en ese lío que pretende montar hablando bien de sus amigos y mal de las que ahora sabemos que son favoritas de la audiencia. Espero que aprenda la sencilla lección dada por la audiencia anoche. El grupo mayoritario cae gordo. No hay más. No es que la audiencia le tenga ganas a Fer, sino que ni siquiera eligió a Clara como la tercera integrante de El Club. El correctivo es importante. No se da un golpe de mano para nada.
Tras la visita de Bisbal se produjo ell relevo en El Club. Bisbal saludó a los chicos apretando su mano y con un abrazo posterior, mientras que a las chicas les daba dos besos. A Clara le dio la mano y el beso, un poco de todo. Adara decía que le temblaban las piernas cuando se marchó. Esa emoción solo iba a ser la primera de la noche. Con más alborozo recibieron la decisión del concursante 17 las que ya eran nuevas habitantes de El Club. Se subieron a las camas, saltaron y corearon: “Chocolate, chocolate”. Pronto estaban haciendo planes para una compra que aún tendrán que esperar seis días para hacer. Chocolate, decoloración, tinte rosa, crema de cacao de dos colores y bollos estaban entre sus planes iniciales. Más tarde añadían refresco de cola de dos litros, una tableta de chocolate para cada uno, mucha pasta y, por supuesto, nada de arroz. Para partirse.
Mucho más acertados me parecieron los planes de Bárbara para el reparto de las tareas, que deben hacer hoy, según les avisó el ‘súper’. El golpe de mano se vuelve a consumar echando de la cocina a Fer y Clara. Los que fueron cocineros las primeras semanas irán a fregar los platos. En la cocina quieren poner a Alain, ayudado por Rebeca. Si las dos están de acuerdo en ello Bea tendrá que aceptarlo. Su única venganza será contarlo al resto de la casa, como hizo anoche con todo lo sucedido a la hora de nominar. Las tres nuevas habitantes de El Club hicieron un pacto para no contar nada, pero a Bea le faltó tiempo para dar todo tipo de detalles, primero a Rodri y luego a Clara. Contó hasta a quién había nominado Adara. Está visto que Bea desconoce el sentido del concepto lealtad. Quien incumple lo pactado no es digno de confianza.
Por fin había llegado el “todo cambia” del lema de esta edición. El cambio que la audiencia reclamaba era echar a los habitantes de El Club, ya que no parece posible su derribo. Era necesario para equilibrar un poder que iba camino de fagocitar no solo la voluntad de la minoría sino el interés de esta edición. Anoche algunos espectadores no se explicaban cómo la misma audiencia hacía miembro de El Club a Adara y decidía que fuesen al apartamento Pol y Miguel. La respuesta está clara. Aparte de ser una palabra de ocho letras (obviedad), en realidad responde a otra bastante más larga: entretenimiento. La audiencia quiere diversión, y esta edición que tantos denostan (probablemente dejándose arrastrar por una opinión masiva en redes sociales) nos está dando mucha y de la buena (diversión).
La del apartamento fue otra de las decisiones del concursante 17, que en la casa ya suponen que se trata de la audiencia. No van a estar dos días sino tres. El domingo Pol y Miguel conocerán la terna de nominados y regresarán a la casa. Lo que podría parecer un castigo para Adara es en realidad un favor. Primero porque le permitirá disfrutar más de El Club con Bárbara, durmiendo allí sin estar pendiente del chico que se queda fuera. Además, porque hacía falta que algo victimizara un poquito a quien ahora ostenta un poder que bien gestionado puede imponerse a la mayoría. Otra decisión nuestra (y van) fue el privilegio de El Club a la hora de nominar. Se debía elegir entre vetar o salvar. Es decir, que uno de los concursantes no pudiese nominar o quitar de la terna a uno de los nominados provisionales. Ganó vetar.
Me pareció más útil salvar, sobre todo considerando que Clara y el resto cumpliesen con lo anunciado y pactasen subir solo a Bárbara o Adara, dejando a la otra sin nominar. De esa forma, en El Club habrían podido salvar a la nominada. Finalmente, no lo hicieron así, y el privilegio de vetar fue un castigo más para Fernando, que tuvo su noche horríbilis. Fue vetado, nominado, a punto de quedar fuera de la cocina y fregando platos. El remate final puede ser su expulsión el próximo jueves. Esto culminaría el éxito del golpe de mano obrado por la audiencia anoche, con la colaboración necesaria del propio programa que dejaba en nuestras manos una cuota importante de poder. Simplificando un poco diría que es el poder de la venganza.
Observatorio de nominaciones
Las votaciones quedaron así anoche, incluyendo las de las nuevas integrantes de El Club:
Clara > Adara (3), Pol (2) y Bárbara (1)
Rodri > Rebeca (3), Bárbara (2) y Alain (1)
Meri > Adara (3), Fer (2) y Bárbara (1)
Rebeca > Bea (3), Bárbara (2) y Adara (1)
Noelia > Bárbara (3), Alain (2) y Pol (1)
Alain > Noelia (3), Miguel (2) y Bea (1)
Miguel > Alain (3), Bárbara (2) y Noelia (1)
Pol > Clara (3), Noelia (2) y Bárbara (1)
Bea > Fer (3), Rebeca (2) y Meri (1)
Bárbara > Fer (3), Noelia (2) y Rebeca (1)
Adara > Fer (3), Clara (2) y Meri (1)
Los nominados provisionales fueron estos: Bárbara, Adara, Alain y Noelia. A destacar las nominaciones de Alain, claramente desmarcado de la mayoría. Los tres puntos de las habitantes de El Club a Fer le pusieron en segundo puesto de la tabla de nominados, cuando antes solo tenía 2 puntos. El resto de las nominaciones desde El Club fueron intrascendentes, excepto los dos puntos que Bárbara le dio a Noelia. Esta concursante superaba así los 7 puntos de Adara, que se salvaba de esta forma. También quedaba salvado Alain, que tenía 6 puntos. Adara fue la última en nominar, al haber sido la más votada para entrar a El Club. Tuvo varias jugadas posibles, ni siquiera necesitaba dar puntos a Fer, que ya estaba nominado con 8 puntos. Con sus votos podía haber puesto en la palestra a Rebeca o Clara, excluyendo la posibilidad de que metiera en la terna a Pol o a Bea. Sin embargo, Adara nominó a los que quiso, Fer y Clara, dando el solitario punto a Meri, sabiendo que solo tenía otro punto de Bea.
A la pregunta de por qué no salvó a Noelia dando sus dos puntos a Rebeca, quien llevaba ya 6, respondería que muy posiblemente no tuvo tiempo para hacer esos cálculos. En todo caso, es un error pensar que Noelia sea su amiga y tenga obligación alguna de salvarla. He de recordar que la propia Noelia confesó que de no haber tenido la semana pasada el poder de otorgar sus 6 puntos a un solo compañero pensaba haberle dado un punto a Adara. Además, no sé por qué habría de salvar a esa falsa amiga que anoche le metía 3 puntos a Bárbara, auténtica amiga de Adara y su principal apoyo en la casa.
Esta semana tenemos otro duelo. Bárbara o Fer, enfrentados a muerte y midiéndose ya ante la audiencia. Fer debe caer ante una rival fuerte, su némesis en el concurso. Dejará en la casa un legado de 24 latas de atún y varias docenas de huevos, si es que aguantan toda una semana. El último responso en su honor habrá de tener lugar en el almacén, donde todavía puede verse la obra de la que se siente más satisfecho.
Moleskine del gato
Una gala grandiosa, como la de anoche, tenía que ir seguida de una madrugada igual de enorme en la casa, y así fue. A punto de explotar, Clara y Fer mostraban su cara más siniestra. Disparando a diestro y siniestro, viendo fantasmas detrás de cada gesto, equivocándose una vez más, daban la imagen más viva de concursantes reventados. Curiosa la incapacidad para asumir situaciones que les afectan a ellos después de haber provocado otras idénticas que afectaban a otros. Clara lloraba por la expulsión de Montse, pero no debe ignorar que quedó nominada al salvarse Fer. Anoche estaban convencidos de que se había salvado Adara, lo cual les pareció fatal. Pero vamos a ver, si Fer lleva salvándose dos semanas.
Fer comparaba la actitud de las nuevas habitantes de El Club con los salientes. “Nosotros lo contábamos todo y ellas han salido diciendo que no iban a decir nada”, decía Fer. Claro, por eso le contaron a Montse que estaba nominada porque lo habían decidido ellos. Además de ser rotundamente falso que lo contasen todo. Quien contó todo anoche fue Bea, como ya dije antes, aunque no sé si fue consciente de que la mitad era falso. Me extraña que hubiera olvidado tan pronto que no fue la segunda en nominar en El Club, como le dijo a Clara, sino la primera. Esa fue solo una de las trolas que le soltó. Bien pensado apruebo que Bea se soltase porque no hizo otra cosa que despistar enormemente a una Clara que presumía tener en la cabeza las posibles nominaciones de todos.
Lo peor de Fer y Clara no es que pretendan decirle a los demás lo que deben hacer, cómo deben nominar, la leche que deben beber y hasta cuándo deben respirar. Lo más gracioso es su ojoviguismo extremo, así como lo ridículas que resultan sus hagiografías a algunos concursantes. Clara dice que Noelia es un “ser de bondad”. También la llamó “ser inerte”. Lo primero no estoy seguro que sea un piropo, y sobre lo segundo no hay dudas de que amable no es. En el apartado de incoherencias vimos anoche a Clara muy enfadada porque nadie le dio puntos a Rebeca. Curioso reproche, porque basta con que la propia Clara le hubiera dado sus 3 puntos a la última en llegar a la casa para que hubiese tenido muchas posibilidades de estar nominada. Si ni siquiera le dio un miserable punto, ¿por qué critica a los demás por lo mismo que hizo ella?
Vimos anoche un vídeo donde Fer afirmaba que Rebeca es de “pezoncitos chiquititos”. Luego, en plató, el hermano de Pol decía que este concursante debía tener “los huevos como zepelines”. Entre pezones y zepelines, la noche superó todo lo imaginable. Puestos a ponerle un título, “Pezones y zepelines” no está nada mal, pero yo elegiría mejor el de aquella película maravillosa de James L. Brooks con Jack Nicholson y Helen Hunt: “Mejor… imposible”. Esto es así.