La gran noche de Carlos

telecinco.es 28/01/2016 09:44

Es bastante habitual que cuando un grupo numeroso de concursantes tiene intención de nominar al mismo compañero provoca días antes un conflicto, o una discusión, para justificar de algún modo la decisión. No es necesario que sea una decisión pactada, también se puede tratar de una coincidencia conocida por algunos componentes del grupo con anterioridad a la jornada de nominaciones. No puedo explicar este fenómeno, tan solo constato que es así. Después de muchos años observando detalladamente este programa hay comportamientos que ni entiendo ni juzgo, pero veo repetirse con cierta frecuencia.

Esto que cuento pasó ayer en la casa de los VIP. La víctima, por así decirlo, fue Carlos, al que fueron buscando sucesivamente Raquel y Laura. Diría que la primera parecía actuar en su nombre y en el de Rosa, mientras que la segunda descubrió a Julius como un correveidile, aunque no estoy seguro de si fue él o Julián. En esto se parecen ‘Los Julis’, que cada vez parecen más almas gemelas. Lucía llama ‘Austin Powers’ a Julián, aunque lo veo más como el ‘miniyo’. El origen de las polémicas con Carlos es completamente distinto en ambos casos, por lo que podría tratarse de una casualidad. Pero, amigos, cada vez creo menos en la casualidad.

La discusión con Raquel en el dormitorio clásico tuvo a Lucía y Belén como testigos, incorporándose un poco más tarde Javier. El grupo cada vez está más consolidado, y sospecho que aún más desde anoche. Como en un agotador déjà vu, Raquel volvió a reproducir prácticamente la misma discusión que tuvo con Carlos casi una semana antes. En mi opinión no tiene completamente la razón ninguno de los dos, lo cual viene a ser lo mismo que ambos tienen razón en parte. En todo caso, ya se veía que reproducir la conversación no iba a servir para llegar a ningún acuerdo, tampoco para convencer de nada a uno u otro.

Sí sirvió la discusión de Carlos con Raquel para aburrir a la audiencia. También para que Carlos se empezase a calentar, sintiéndose juzgado y condenado. Y lo que es peor, por una tontería que no conduce a nada. Ya nos enteramos el jueves pasado de que Raquel no había participado de ningún pacto para nominarse mutuamente con Carlos. También que Raquel le considera un falso por proponer esa mutua nominación porque no tenía a quien dar sus puntos, pero luego los justificó diciendo que la convivencia con ella y con Rosa era complicada para él, aparte de alguna otra explicación. En buena hora les dijo nada de eso. Con los calambrazos saben que han sido nominados y por quién, pero ni tienen seguridad de los puntos ni escuchan las razones. Hoy será inevitable que las conozcan porque nominarán, por primera vez en esta edición VIP, a la cara.

Una semana desaparecida y ayer Raquel vuelve a sacar la cabeza un poco repitiendo una canción ya conocida. Tal vez piense que con eso basta y pretenda recordarle a Carlos cada semana que no pactó la nominación con ella. Lo cierto es que Raquel se mantuvo callada todo el rato, como suele hacer en esa casa, cuando Carlos planteó nominar a Rosa y que ella hiciera lo mismo si no sabía a quién endosar sus puntos. Amplió la oferta a Raquel, pero mientras Rosa le llegó a decir incluso que no le diera tres puntos, su compañera de programa no despegó los labios. Hasta aquí la historia. Ni Carlos podía decir que contase con la aquiescencia de Raquel, ni esta puede hablar de pacto alguno. Carlos hizo un ofrecimiento, no planteó un pacto.

La pregunta es por qué volver a este tema precisamente la víspera de unas nuevas nominaciones. Precisamente las primeras en las que ya saben que van a nominar todos. Llámenme mal pensado, pero creo que algo tiene que ver una cosa con la otra. Como dije al principio, Raquel parecía estar justificando los puntos que le vaya a dar hoy a Carlos, lo cual es completamente innecesario. Lo señalaba más tarde Carlos: es evidente que no se llevan bien. Diría que no se tragan, lo cual hace que la justificación sea todavía más prescindible.

Siempre me ha parecido un error avisar previamente a los nominados, igual que contarlo después, si no ha sido público. Va en contra del propio concepto del juego. Nadie enseña sus cartas al contrario, salvo en ciertas modalidades de juego con las cartas vistas. Tampoco es deseable que un contrincante explique al otro los movimientos que ha ejecutado en el tablero de ajedrez. Mejor evitarse las clases y que el contrario aprenda solo. Revelar una nominación no pública y explicar las razones de la misma está en el mismo plano de negación del juego que dar buenos consejos al contrario, y es tan poco recomendable como humillarlo por sus errores.

Algo de intento de humillación hubo en la discusión de Carlos con Laura, justo antes de la cena. Creo que estuvo motivada por la rabia, pero esta concursante aprovechó para intentar la humillación delante del resto de compañeros. El papel de Julius como correveidile fue fundamental. Ya vimos que lo era cuando escuchó decir a Belén que muchos le comían el culo a Rosa. No era textual, sino que se referían a hacer la pelota, expresión mucho menos fea, y además inequívoca. De inmediato fue a contárselo a Rosa, con los fallos señalados en su momento, que fueron básicamente exagerar lo dicho sin llegar a especificarlo y no dar nombres. Todo ello llevó a Rosa a dudar de todos sin saber quién estaba maquinando en su contra, que fue lo dicho por Julius.

Ayer Carlos le contaba a Julius que tenía decidida su nominación de tres puntos. No vi ese momento, pero según Carlos solo dijo esto, sin contar para quién irían. Según contó luego Laura dijo que era una mujer, y preguntado por Julius excluyó a Rosa y Raquel. Dado que Carlos tiene un relación especialmente buena con Lucía y Belén, solo quedan Liz y ella, por lo que llegó a la conclusión de que se llevaría esos tres puntos. Se lo echó en cara a Carlos, lo cual manda narices también. Como si no nominasen todos, y con la misma libertad para elegir a quién dan sus puntos. Julius sufría así los daños colaterales de la discusión que Laura provocó con Carlos. Laura estaba revelando que Julius le había ido con el cuento de la nominación de Carlos. Corrió, fue y le dijo, o sea, lo que viene a ser un correveidile.

Le hizo un favor Laura a Carlos porque ahora ya sabe mejor cómo es Julius y si no es expulsado hoy supongo que no volverá a tener la misma relación con él. Carlos se vio obligado a explicar sus razones para darle los tres puntos a Laura, otra vez el mismo error. Dice que la semana pasada, Laura le dijo que al haberse metido con Raquel y Rosa, ella le iba a nominar porque por sus amigas “ma-ta”. Original, original, no es. Si Belén Esteban cobrase royalties cada vez que alguien dice esa bobada ahora estaría forrada. Carlos le afeó anoche las formas a Laura, y esta ironizó con que fuera precisamente él quien fuera a hablar de formas. Así que Laura reprocha a Carlos que vaya a nominarla, y aprovecha para intentar humillarlo delante de todos. El tono de la Matamoros es a menudo amenazante y macarra. ¿Acaso ella no nomina? Como si no supiéramos todos que Carlos iba a ser uno de sus nominados.

Ahora Laura puede repartir su odio profundo entre Javier y Carlos. Teniendo en cuenta que Lucía también se lleva su parte, terminará teniendo excedente de odio. Me hizo gracia verla anoche pendiente de lo que decía su hermanastro en la radio. Si no le agrada Javier lo normal habría sido hacer zapping, que en este caso consiste en levantarse e ir a otro lugar. Todo lo contrario. No solo permaneció en el salón, sino que estaba prestando atención con todos los sentidos, poniendo muecas todo el rato. Es de suponer que no quiso perdérselo para tener más munición en el aquelarre nocturno habitual en el dormitorio de los pájaros.

Aparte de hacer un favor a Carlos mostrándole al verdadero Julius, chismoso y meticón como el que más, también se lo hizo en general provocando esa tensa discusión. Laura y Raquel pusieron a Carlos en el disparadero, lo cual nos proporcionó su mejor momento en lo que llevamos de concurso. Me atrevo a decir que el mejor momento en general. Lucía y Belén estaban en el baño. Lucía decía que veía a Carlos de bajón y Belén le sugería que lo llamase. Allí que fue Carlos y empezó a darle vueltas a los lavabos sin parar de hablar. Y ahí descubrimos al mejor Carlos, un concursante pata negra. Pocos lo son, lo cual le otorga especial valor.

Decía Carlos: “Si la gente quiere echarme pues que me echen de aquí. Esto es retraso en mi vida y mental. Porque esto es un retraso mental. Que se queden en la casa de la pradera en la que viven, donde todo es maravilloso. Pero si quieren que me quede, me quedaré. Y entonces voy a por todas. Iré a por todos estos pelotas y correveidiles. Van a tener guerra. Intentaré sacarlos uno a uno de aquí”. Cuánto me recordó Carlos anoche al príncipe, mi querido Pepe Flores. Llevaba tres años esperando el momento de encontrar en esa casa un concursante con raza y gracia. Un auténtico pata negra, como digo. Pues bien, con emoción lo vi aparecer anoche de repente. Para romperse las manos aplaudiendo. La distancia entre concursantes con pedigrí, como Carlos o Lucía, y casi todos los demás es abismal. Anoche fue la gran noche de Carlos. No nos puede decepcionar ahora que ha pasado a formar parte del exclusivo club de los elegidos, y no quiero que salga de ahí. Necesitamos concursantes como él.

Me resulta llamativo que Julián exprese su fascinación por Laura después de conocer su reacción cuando Alejandro le hizo llegar los comentarios sobre que a él le gustaba. Fueron Lucía y Liz quienes lo afirmaron. Es más, el lunes Liz le preguntaba a Alejandro de nuevo si le gustaba Laura, mientras que esta le decía lo mismo sobre Liz. “Laura me dice si me gusta Liz, y Liz si me gusta Laura. Y resulta que no me gusta ninguna de las dos, quillo”, le decía Alejandro a Javier. Laura salió como un cohete a pedir que no hicieran ese tipo de comentarios porque tiene pareja. ¿Qué pasaría si se entera de lo que va diciendo Julián?

Por otra parte, pensar en una posible relación entre Julián y Laura seguramente hace palidecer de deseo a algún editor de prensa del corazón. Supondría la unión de ambas familias. Recordemos que Kiko Matamoros era uno de los representantes de Carmina Ordoñez. Ahora los vástagos de ambos duermen a un par de metros de distancia. Y anoche Julián no vio inconveniente en decirle a Laura que se pone celoso cuando Alejandro le hace cosquillitas. Ella en este caso no protestó porque tiene pareja. Ni nada.

Moleskine del gato

Poderosa estampa la de Raquel y Rosa fregando los cacharros sin perder ripio de lo que estaba pasando en el salón. Les puede su alma cotilla.

Ayer se editó en la casa de Guadalix una novela crossover llamada ‘El flautista de Amélie’, por Laura Killmoors, más conocida por ser hija de Kiko Matamoros y hermanastra de Javier, hijo de Makoke. Próximas reseñas en el suplemento cultural.

Se pregunta Laura cómo será la próxima prueba y Sema traspasa las líneas del buen gusto, diría más bien que las revienta. “De hacer pajas a minusválidos. Esa la gano seguro”. Curioso que los vigilantes de la moral del dormitorio de los pájaros no dijeran nada. El comentario lo hace Sema abrazado a “su marido” Julián. Estoy seguro de que si eso lo dicen Javi o Carlos no habrían terminado de criticarle a estas horas.

Esta noche hay gala. Estaba deseando que llegase este día. De la mano de Jordi González volveremos a asistir a una jornada de expulsión y nominaciones. Estamos en la tercera semana solo, pero ya se me antoja importante la expulsión. También las nominaciones. Si sale Julius se equilibrarían las fuerzas en la casa, y además disfrutaríamos al ver algunas caras de sorpresa, tal vez de pánico. Me relamo.