Laura Matamoros, ni una oportunidad a la alegría

telecinco.es 11/04/2016 10:07

- Llámame a cualquier hora, gato. Vivo sola

- No tiene gracia.

- Perdón.

Hoy toca daguerrotipo de Laura, y solo quedará uno. La posible ganadora de este VIP, según los porcentajes ciegos conocidos el jueves pasado, será protagonista de estas líneas hoy y también lo ha sido de la polémica del fin de semana. Me refiero a los votos logrados con trampa en anuncios de contacto, no a la quedada del viernes en Puerta del Sol. La de Callao en apoyo a Carlos transcurrió sin más controversia.

Las imágenes que llegaban casi en tiempo real desde allí mostraban lo exitosa que fue la convocatoria. Mónica Hoyos, Javier Tudela y Alejandro Nieto, entre otros, estuvieron allí. También Luna, hija de Carlos. De la quedada en apoyo de Laura, sin embargo, no pude ver imágenes, y nos llegan versiones contradictorias sobre lo que allí sucedió. Que si eran pocos porque no había ido ningún famoso, que si eran tantos que hubieron de ser desalojados y siguieron en Cibeles, que si en lugar de desalojo hubo fin de la convocatoria al no poder controlar los gritos insultantes hacia Makoke. Es increíble que no haya sido posible conocer cuál de estas versiones es la cierta, si es que hay alguna que diga la verdad.

Sobre los votos fraudulentos creo que poco o nada se podrá hacer. Para quien no lo conozca explico la cuestión. Se ha descubierto este fin de semana unos anuncios publicados en cierta página de contactos en Internet en los cuales supuestas señoritas ofrecen sexo invitando a llamar a un teléfono que curiosamente se corresponde con el de Laura Matamoros. Me refiero al teléfono del concurso al que se debe llamar para hacerla ganadora, el acabado en tres. La trampa es ingeniosa al tiempo que lamentable. El hombre que piense estar llamando a una señorita que vive sola y está caliente descubrirá que en lugar de eso ha dado su voto a una concursante de GH VIP. Menudo chasco.

Por lo dicho anoche en el Debate he buscado y reclamado que me fuera facilitado algún caso semejante con el teléfono de Carlos Lozano, pero sin éxito. Ni rastro de que también hayan existido anuncios de contacto ofreciendo sexo poniendo su teléfono, acabado en uno. Incluso en la misma página, haciendo una búsqueda con el teléfono de Laura aparecen dos anuncios y ninguno con el teléfono de Carlos. No niego que exista en otras páginas, pero nadie ha sido capaz hasta esta hora de hacerme llegar captura de caso alguno.

Es de agradecer que desde el programa hayan estado rápidos y atentos para anunciar anoche mismo que han dejado el asunto en manos de abogados. El problema es que no hay manera de valorar cuántos votos ha podido ganar la concursante de esta fraudulenta manera. Primero que ella no tiene la culpa, además de que es imposible saber cuántas llamadas se han producido por gente confundida pensando que encontraría al otro lado la forma de satisfacer sus necesidades sexuales. Difícil restituir el daño causado, porque no es posible anular esos votos erróneos al no saberse cuántos ni cuáles han sido.

A lo sumo, una investigación policial puede averiguar quién puso los anuncios falsos. Ignoro si eso daría una información relevante, pero al menos quitaría las ganas de hacer trastadas de este tipo que no benefician a la larga a nadie. No creo que se hayan conseguido muchos votos de esta forma. No tantos para que sea relevante y haya influido en la abultada ventaja que tenía Laura el jueves. ¿Se habrá producido un vuelco en las votaciones? Es pronto porque la diferencia era mucha entre los dos, pero sigo confiando en que el vuelco es posible.

Daguerrotipo de Laura

Laura ha pasado su concurso entre el resquemor y el odio, sin darle una sola oportunidad a la alegría. Apenas ha sonreído si no era por burlarse de un compañero de encierro. No recuerdo haberla visto dando muestras de ser feliz y estar contenta con la suerte de estar viviendo todo esto. Ella está en un gran momento, que muchos desearían vivir. Es concursante de la edición VIP de Gran Hermano sin ser famosa ni conocida. Su imagen era una sorpresa para prácticamente la totalidad de la audiencia. No habíamos visto nunca a la hija de Kiko Matamoros, a pesar de lo cual era considerada VIP por herencia, gracias a la fama de su padre. Esa suerte merecería un agradecimiento que jamás vi. A su padre y a la suerte que está teniendo.

Parece lamentar en lugar de celebrar esa suerte, que le reportará importantes ingresos económicos sin demostrar habilidad ni capacidad alguna. No es solo que sea concursante, y en su caso obtenga el premio por ganar. Es que al salir le espera un futuro inmediato de exposición pública en televisión mucho más rentable desde el punto de vista económico. Por tanto, si no ganase tiene garantizados ingresos superiores a los del maletín. Y luego están los bolos. Ahora no es fácil que un concursante se gane la vida durante ocho años, como me contó hace un tiempo que había hecho Raquel Morillas. Aun así, es para estar contento.

Sin embargo, Laura Matamoros apenas ha dado muestras de alegría. En lugar de vivir su gran momento ha preferido anclarse en el pasado y desde el principio optó por contar sus penas supuestamente vividas. Dificultades que tal vez para otros sean poca cosa. Me refiero a las de tipo económico, el arroz blanco de las Navidades, que además no cuadra con ciertas cosas que ella misma contó en la casa. Alguien que tiene problemas económicos en la adolescencia no se opera el pecho para aumentar su tamaño sin ni siquiera ser mayor de edad. Pero lo importante es que eso parecía lastrar su vida, taponando la posibilidad de ser feliz.

Muchos vieron una explotación de sus problemas del pasado en el concurso. Es cierto que dar pena funciona, tanto en el entorno personal y familiar como en un concurso televisivo donde las personas y sus vidas son el material sensible que se valora. De todas formas, puedo pecar de inocente, pero no creo que haya sido algo intencionado. Laura ha contado su vida como un drama, seguramente exagerando, porque lo vive así. Así lo siente y no le resulta posible sustraerse a ello. Esto explicaría que haya censurado a compañeros como Alejandro Nieto que “vendieran” pena, mientras ella había estado haciendo eso mismo desde el primer día, de forma mucho más clara e inequívoca que ese otro compañero.

Acusar a otros de lo que uno también hace es algo en lo que caemos todos, pero en Laura es una constante. Su ‘ojoviguismo’ exagerado resulta llamativo y casi una de las características más llamativas de su personalidad. Viéndola criticando a los demás en los aquelarres del cuarto de los pájaros, descargaba en los demás las propias culpas. Si ella colaboraba poco en las tareas de la casa eran otros los que hacían poco. Si ella discutía con asiduidad los días de conexión en directo eso hacía Carlos. Si era apreciable su mal humor y amargura constante para ella eso era cosa de los demás.

Ni siquiera fue capaz de aprovechar la información que le vino de fuera, dando por buena la que le daban a otros concursantes. Por eso lleva semanas diciendo a Carlos que va a ganar. Desde la semana del balneario todos sus comentarios se centraron en aquellas cosas que habían dicho los invitados para hacerle saber a Carlos el gran apoyo que tenía en la audiencia. Sin embargo, Laura no contó que su padre le susurró al oído “vas a ganar”. Tampoco tuvo en cuenta que algo parecido le dijo su hermano Diego, también a media voz.

Otra vez muchos piensan que presentar a Carlos como seguro ganador es una estrategia de Laura, y aquí sí que tengo mis dudas. El propio Carlos lo decía anoche. Después de ver el resultado de las quedadas y el apoyo mediático de ambos finalistas, Laura seguía diciendo que Carlos ganaría. “Ya creo que es una estrategia”, contestaba Carlos. Puede ser, porque a nadie se le escapa que partir como claro favorito puede desalentar el voto y animar a votar de forma compulsiva a los contrarios. Lo que no saben es que la audiencia tiene ahora una información que ellos no conocen, y son los porcentajes tal como estaban el jueves.

Laura se dejó arrastrar por su propia amargura. También por la corriente de odio que fluía de forma abrumadora en su dormitorio. El odio circulaba con tanta fuerza por allí que tal vez a algunos les resultó imposible impedir que les llevase por delante. En esto, Laura ha sido una promotora importante. Pronto se puso a la cabeza de la manifestación, tal vez por su necesidad de ser niño en el bautizo, novia en la boda y muerto en el entierro. Esta concursante ha sido piedra angular de los aquelarres nocturnos, gerente emprendedora con título de fundadora del taller de costura que abrían entre varios cada madrugada. Ningún otro concursante ha sido tan fundamental y constante como ella en ese critiqueo permanente. Con Julius, con Julián, con Rappel, con Sema, con Raquel y Rosa, con todos.

El concurso de Laura Matamoros no solo estuvo marcado por haberse llevado a la casa sus problemas personales, particularmente los de un tiempo pasado. También lo estuvo por necesitar de otros. ¿Qué hubiera sido de Laura durante el primer mes de concurso sin Javier Tudela? ¿Y luego sin Alejandro Nieto? Ella necesitó siempre de otro en quien centrar su odio, haciéndole responsable de todos los males, propios y ajenos. Javier fue su principal herramienta al principio, único motivo por el que supimos de Laura en la casa. Una vez fuera de la casa lo sustituyó por Alejandro. Y siempre tuvo a Carlos para cuando fuera necesario.

Por eso su concurso estuvo en manos de otros, lo cual la convirtió en una concursante fantasma durante mucho tiempo. De no ser por haberse ido salvando de ser nominada o expulsada semana tras semana, Laura habría pasado sin pena ni gloria por este concurso. Llegar hasta el final garantiza una cuota de protagonismo que en este caso no parece haber merecido si tenemos en cuenta que requirió casi siempre de otros para cimentar y apoyar su concurso

Con todo lo dicho, la pregunta es: ¿por qué tanto apoyo? Ver a Laura Matamoros como muy posible ganadora desconcierta a un observador para quien esta concursante tenía en origen una parte buena y una mala. La buena es que, igual que para muchos, para mí era una absoluta desconocida, por lo que podía analizarla sin ningún tipo de contaminación previa. La mala, que su historia personal y familiar me interesa bien poco, entre otras cosas porque siempre la vi como un negocio en común entre enemigos íntimos que además son familia. El hartazgo que me producía ese melodrama familiar de los Matamoros-Makoke no ayudó a que viera con buenos ojos a esta concursante, lo cual se entiende si tenemos en cuenta que tuvo esa historia personal como monotema durante días.

No obstante, Laura es una mujer guapa con un carácter complicado que suele gustar a propios y extraños. Es lo que se dice habitualmente tener carácter, que parece un valor más positivo en la medida que hablamos de un carácter peor. La Laura malhumorada, con cara de permanente frustración, que oxigena mal durante las discusiones y se altera demasiado, puede haber resultado atractiva para parte de la audiencia. No es mi caso.

Sus arranques enérgicos en contra de algunos compañeros me han parecido siempre muestra de un carácter poco reflexivo y demasiado macarra. Así lo aprecié desde que se enfrentó a Lucía muy al principio. Desde entonces, ponerse cabreada el abrigo anunciaba bronca de inspiración barriobajera. Una cosa es tener carácter y otra esto de lo que hemos sido testigos tres meses. No trago tanta negatividad, tanta amargura, tanta mala intención, tanta inquina, tanto odio, tanta frustración, tanta pena, tanto resquemor, tanto arroz blanco en Navidades.

Moleskine del gato

El bonito gesto de la imagen, protagonizado por Nagore Robles, tercera expulsada en GH 11 con récord aún no superado del 95 % de los votos, fue mostrado ayer dos veces (a falta de una) en el Debate. No fue un gesto improvisado, fruto de una animada discusión. No es la calentura del momento, imposible de editar por ocurrir en el directo de un plató. No, amigos, esto era un vídeo de apoyo a Laura Matamoros y el gesto es para los “lozanistas”. Un vídeo que fue repetido dos veces en un programa de dos horas. Una peineta a la hora, por lo menos. Como aquel anuncio de los plátanos, uno al día, pero mejor.

No es porque en mi casa y el colegio me enseñaran que hacer ese gesto denota poca educación y es algo evitable. No se trata de valorar la educación de esa colaboradora del Debate porque no me corresponde. Tampoco es cuestión de ponerse ahora finos y escandalizarse porque el programa no haya evitado, pudiendo hacerlo, esa censurable imagen, ofensiva para la mitad de su audiencia, por lo menos.

No es eso, no. Solo que vista la ordinariez creo que toca decir a la señorita Robles que por mí se puede ir metiendo ese dedo por donde ella y yo sabemos.

Dejo cartelera, con Laura en ‘La novia’ en la boda, niño en el bautizo y tal y tal.