La maniobra para salvarse le cuesta la expulsión a Candelas

telecinco.es 30/09/2016 10:02

Una Bárbara pletórica brincaba en la soledad de la sala de expulsiones. Meri ya había vuelto a la casa, salvada por la audiencia al tener el porcentaje menor de votos. Candelas no se esperaba ese resultado, aunque empezó a temerlo un momento antes de que Jorge Javier dijera su nombre tras el tradicional “la audiencia ha decidido”. Candelas torció el gesto ante la pregunta a Bárbara sobre qué cara pondrían sus compañeros si volviera a la casa. La suerte estaba echada. No era necesario comprobar si la caja de Bárbara o la de Adara, que se la había dado, contenían una vida extra, puesto que se había consumado el sorpasso.

Desde el domingo, los porcentajes cambiaron espectacularmente. Candelas tenía entonces un 14,6 % de los votos y anoche era expulsada por el 52,7 %. 38 puntos de diferencia, aunque tenemos que considerar que al final se repartían solo entre ella y Bárbara, una vez salvada la tercera en discordia. Gran vuelco en todo caso, obrado a pocos minutos de empezar la gala y que empezó el martes. Apenas dos días para dar la vuelta al marcador. Solo una participación baja explica la facilidad con la que anoche se movían los porcentajes, en varias ocasiones igualados en eso que con poca precisión llamamos empate técnico.

Si es como parece, creo que se ha desaprovechado el momento para cambiar el modo de votar en este reality. Se anunció un cambio de era y tal vez era una ocasión inmejorable para modificar algunas cosas en la dirección que en otros países ya hicieron hace tiempo. Ahora mismo en Italia se emite Grande Fratello VIP, y tanto en esta versión de famosos como en la tradicional, la forma de votar se diversifica y se pone fácil. Puede hacerse gratis utilizando la red social Twitter mediante mensajes privados, por llamada de teléfono o mensaje corto y a través de una aplicación. Facilitando el voto se elimina el obstáculo que para muchos supone pagar una cantidad considerable de dinero para apoyar a su favorito. Limitando el número de votos en una misma semana, el voto gratuito fomenta la participación y lo democratiza.

Candelas comenzó su entrevista en plató dando una muestra de sinceridad cuando intentaba explicar el porcentaje supuestamente alto de su expulsión. Jorge aclaraba que los porcentajes empezaron a cambiar el martes, y ella hacía la siguiente conjetura, una confesión en toda regla: “Cuando me cambié así un poco, ¿no?”. Así un poco bastante diría yo. No es fiel a la cronología porque el cambio de Candelas no fue el martes sino el sábado, pero demuestra con su respuesta ser consciente de lo inoportuno que fue ese repentino movimiento. Es una confesión tímida, un poco de soslayo, pero se me antoja como lo más interesante de la entrevista.

Luego Candelas se fue cerrando y prefirió no decir la verdad en las cosas importantes. La propia explicación de por qué cambió de bando resulta poco creíble. En ese momento hubiera despertado mis simpatías si se sincera y explica con claridad que al cambiarse de grupo perseguía evitar el peligro de la nominación. Prefirió ser cola de león en lugar de cabeza de ratón, sin darse cuenta de que en este programa solemos simpatizar con los ratones (odiosa forma de llamar a los concursantes utilizada desde la primera edición por el crítico de televisión Ferran Monegal), sobre todo si están acorralados y en flagrante minoría.

En lugar de explicar que buscaba facilitar su salvación huyendo del grupo minoritario nos contó una milonga algo moralista que personalmente no creo. Candelas ha sido castigada por esa maniobra tránsfuga. Sobre todo, por la torpeza a la hora de ejecutarla, de un modo tan repentino y evidente. A veces preferimos que nos engañen un poco, por extraño que parezca. Quiero decir que cierto disimulo no está de más. En muchas ocasiones hemos visto cambiar de afinidades poco a poco, de forma gradual. No nos hemos sorprendido de ello. Ahora bien, llamar prepotente a Clara a las tres de la tarde e intentar ser su mejor amiga a las seis es de un descaro excesivo.

Candelas está en su derecho de buscar una estrategia para salvar su pellejo. No ha sido castigada por ello sino por su torpeza. Ese mismo movimiento que ella ejecutó el sábado se puede hacer con inteligencia, y entonces hubiera sido bien distinto. No se censura que el chef de un restaurante de moda intente hacer el mejor plato para complacer a sus clientes, sino que le salga algo intragable. Candelas lo ha hecho muy mal, a lo que se une que su pequeña traición (póngase el término entre todas las comillas posibles) no es contra el pez grande sino contra el chico. Nadie va con el ejército mexicano en El Álamo, la película de John Wayne, sino que todos simpatizamos con los doscientos valientes atrincherados frente a la fuerza mucho más numerosa de los militares.

También ha encontrado Candelas un enemigo en Bárbara, personaje que en la casa ha sido comparado con la madrastra de la Cenicienta, la Cruella de Vil de 101 Dálmatas o Úrsula en La sirenita. Es decir, Bárbara se erige como la gran villana de esta edición, y por una vez la audiencia decide proteger el espectáculo y no prescindir de aquella concursante que puede garantizar nuestro entretenimiento. En realidad, a Candelas se le castiga con rabia por perder a una concursante de gran atractivo, cuando muchos hubiéramos preferido que salieran Rodrigo o Fer. No perdonaremos a Candelas que su torpeza le haya costado tanto en el concurso.

En todo caso, me decepcionó Candelas en la entrevista. No es fácil creer que no le gustase ningún chico en la casa. De acuerdo que Alain es demasiado parado para ella, pero la atracción ha sido más que evidente, especialmente durante las dos primeras semanas. Tal vez aturdida por lo que estaba viviendo anoche no supo leer bien lo que había pasado. Justo lo mismo que le pasó a su amiga Meri en la casa, igual que al resto del grupo dominante, incapaces de interpretar que si Bárbara había vuelto de la sala de expulsión será por algo. La audiencia nunca ha visto con buenos ojos al ejército opresor del pequeño grupo de hombres atrincherados en El Álamo.

Los opresores en este caso cometieron ayer varios errores de bulto. Bea lograba entrar en El Club con ese juego absurdo de las bolas, que siempre beneficia a los poderosos. Se les da más poder dejando que el nuevo habitante de El Club decida a quien sustituye. Bea mandó irse a Bárbara. No cabía otra posibilidad y entiendo que así fuera. Una cosa es mostrarse magnánimo con la minoría y otra darle ventajas sin tener necesidad alguna. A la hora de elegir los cuatro concursantes que harán durante la semana el turno de noche en la prueba los tres integrantes de El Club seleccionaron a Adara, Bárbara, Alain y Montse. Torpeza máxima puesto que si tenían alguna duda de si Alain y Montse están con ellos, anoche no hicieron sino arriesgarse a perderlos.

Después de una semana con el enemigo, cabe la posibilidad de que Montse reniegue aún más, pero también que termine simpatizando con Adara y Bárbara, a las que va a conocer más ahora que en tres semanas. Una especie de síndrome de Estocolmo puede hacer que la mayoría pierda un apoyo. Alain está más perdido para ellos dado su espíritu independiente y poco gregario. Por eso tenían esta semana una ocasión ideal para intentar captarlo, poniéndolo de su lado. En cualquier caso, el castigo a Montse es especialmente sangrante teniendo en cuenta que también fue nominada por El Club.

Ni siquiera se plantean que puedan estar equivocándose y despertando rechazo en la audiencia con su actitud. En la casa no conocieron los porcentajes definitivos, por lo que están convencidos de que el porcentaje mayor, rozando el 70 %, era el de Candelas. Montse no lo cree así, y se lo dijo esta madrugada a Fer, que no paró de hacer círculos en vuelos de reconocimiento para descender a hablar con unos y otros buscando carroña. El resto andan sorprendidos con un castigo tan severo por parte de la audiencia, pero no parecen dispuestos a asumirlo como suyo. “Algo mal habrá hecho Candelas y no nos hemos enterado”, fue el comentario más repetido anoche.

Como digo, la expulsión de Candelas, tan fulminante como su cambio de bando, no ha sido bien leída en la casa. Les costará asumir lo que todo apunta va a suceder en las próximas semanas, en las que probablemente vayan saliendo uno a uno los componentes del grupo mayoritario. Con una expulsión más y un par de abandonos prematuros de ese barco perderán la condición de mayoritarios y empezará otro concurso, probablemente tan apasionante como está resultando este. Al final, que Bárbara no nominase a Fer la semana pasada ha traído esta consecuencia. Pensando en clave de juego puro y duro, no le ha salido mal la maniobra, puesto que Fer no es rival, pero Candelas sí lo era.

Adara sigue teniendo la sartén por el mango. Eso sí, puede perder puntos a chorros con mucha más facilidad que los ha ido sumando. Mostrándose firme ante Pol da muestras de personalidad y férreos principios. Sin embargo, cada milímetro que cede ante él, despierta mayor rechazo. Anoche terminaba buscando la boca de un Pol que le había dejado claro su intención de seguir siendo amigos, manteniendo una relación cordial, pero no de pareja. Cierto que su planteamiento era tramposo y ventajista cuando al final le plantea que sea así durante el día, pero por la noche sigan durmiendo juntos. El rechazo inicial de Adara es matizado cuando instantes después intenta que Pol no la bese en la mejilla sino en la boca. Me temo que ese tira y afloja debilita el vínculo de Adara con la audiencia. Si dura mucho la cuerda puede romperse por el lado más débil, o se puede convertir en la soga que ahorque virtualmente a Adara.

Observatorio de nominaciones

Así fueron las nominaciones anoche:

Clara > Adara (3), Bárbara (2) y Meri (1)

Noelia > Bárbara (3), Alain (2) y Fer (1)

Meri > Adara (3), Bárbara (2) y Fer (1)

Miguel > Bárbara (3), Adara (2) y Alain (1)

Adara > Rodrigo (3), Miguel (2) y Bea (1)

Rodrigo > Bárbara (3), Adara (2) y Montse (1)

Bárbara > Rodrigo (3), Miguel (2) y Bea (1)

Montse > Adara (3), Bárbara (2) y Pol (1)

Alain > Miguel (3), Adara (2) y Noelia (1)

Bea > Montse (3), Alain (2) y Adara (1)

Fer > Montse (3), Bárbara (2) y Noelia (1)

Pol > Bárbara (3), Montse (2) y Noelia (1)

Sorprende el contraste entre las felicitaciones de Adara y Bárbara a Meri por haberse salvado de la expulsión y las nominaciones de esta. Meri nomina a Adara y Bárbara, ahondando en la idea de la traición. Los miembros de El Club podían decidir el tercer nominado, una vez que Bárbara y Adara no podían salvarse, estando Miguel en tercera posición y con la posibilidad matemática de ser salvado. Entre Alain y Montse prefirieron a esta última, que en principio apuntaba como sentenciada. Pero les faltaba a los de El Club elegir directamente a un cuarto nominado. Lo había decidido la audiencia en este caso, en lugar de quitar de la lista a uno de los nominados.

Si la elección hubiera sido salvar a uno de los nominados habrían sacado de la terna de nominados a Miguel, subiendo Rodrigo. Puestos a decidir a quién hacer una nominación directa parecía inevitable que se decantasen por Alain, pero no fue así. Jorge puso la presión lógica, que se ha cuestionado en otras ocasiones. Bea ha dicho en la casa durante esta semana que deseaba medirse con Adara quedando nominadas ambas. Me parece lógico que se le pregunte si lo sigue pensando. Siendo así, tenía la oportunidad de oro prestándose a ser ella la cuarta nominada. La presión hizo su efecto, Bea se envalentonó y es posible que de esta forma haya cavado su propia tumba.

Moleskine del gato

Muy sucio me pareció el juego de Fer anoche. Particularmente por la manera de intentar intoxicar y manipular a Montse y Alain. Es parte de su juego, pero resulta tan burdo que difícilmente puede la audiencia aprobar algo así. Lo peor es que Fer está en una situación de privilegio. Se ha apropiado de la cocina y no parece que nadie le vaya a disputar el puesto. Tiene poder en las nominaciones como miembro de El Club. Y, por si esto fuera poco, no puede escuchar abucheos por parte del público, porque mucho me temo que en su caso serían atronadores.

La única esperanza es que los apoyos de Fer empiecen a debilitarse. De momento, ya hemos visto a Rodrigo dudando de él. Por otra parte, ayer se decidió a descubrir que había sido él quien escondió los dos frascos de crema de cacao que faltaban. Meri, Bea y Noelia fueron las más críticas con este gesto. No creo que falte mucho para que empiece a ser cuestionado, y eso puede ser para él peor pesadilla que el bucle de Meri por aquel punto de las primeras nominaciones.

Bea peligra esta semana. Si es expulsada se arrepentirá de haberse inmolado, pero no creo que muestre arrepentimiento por sus continuas provocaciones. Ayer, antes de que Bárbara volviese eufórica de la sala de expulsiones, Bea revoloteaba alrededor de Adara cantando: “Llora, nena, llora, llora... las que juegan se quedan solas”. No solo ríe mejor quien ríe último. También se puede aplicar al llanto.