La realidad formateada

telecinco.es 22/09/2008 07:03

La telerrealidad, ese género iniciado por Gran Hermano, puede haber pasado de considerarse un ejemplo de para terminar siendo definido como . La gala de presentación de anoche nos ofrece una buena muestra de ello. A los espectadores se nos hace creer que los concursantes son simples aspirantes, y a estos se les introduce en una especie de máquina del tiempo, para hacerles creer que están en la casa de GH I, la primera de las habidas. Cuenta como una cierta cadena de cafeterías originaria de Seattle, y presente en medio planeta, rocían con un spray sus locales para que todos huelan igual, algo parecido al caso de ese modelo de Rolls-Royce llamado Silver Crown (ni está coronado ni es de plata) que comenzó a caer en ventas porque su olor había cambiado, momento en el que el fabricante decidió reconstruir artificialmente el aroma del modelo clásico. En nuestro caso, el equipo del programa ha reconstruido aquella primera casa y la ha envejecido artificialmente, recreando el efecto que el paso del tiempo habría dejado en la misma. Se sirve así a los eventuales concursantes un plato de realidad formateada mucho más sabroso que el de una realidad cruda y desnuda.

Hay que reconocer que el resultado es fantástico y el vídeo en el que una cámara recorre esa casa simulada mezclando las imágenes con las originales de la primera edición, volviendo a ella mientras se escuchan los ecos de palabras que permanecen en nuestra memoria (la "pierna encima", el "jo-de-te"...) me hizo emocionar como hacía tiempo que no lo conseguía una gala de presentación de nuestro programa. El engaño permitirá, además, hacer otros dos homenajes evidentes a aquella primigenia edición. Por un lado, que a la casa nueva se incorporen tan solo , lo cual no solamente coincide con el dígito mágico de esta edición sino que es precisamente el número de habitantes iniciales en GH I. De otro lado, se reproduce la situación inesperada que los propios concursantes propiciaron en aquella ocasión, con de las votaciones para resultar todos nominados, algo repetido en todas las nominaciones menos en una. Ayer, los catorce habitantes que ocupan la casa vieja (dos están ya en la esplendorosa nueva casa) recibieron la noticia de que estaban , lo cual permite que sea el público votante quien tenga todo el poder, igual que pasó entonces. Aquel fue un ejemplo de cómo la realidad supera a la ficción, proporcionando un argumento que no estaba en ningún guión, lo cual demuestra que el formateo de la realidad llega hasta donde le permiten ciertos límites, tras los cuales se esconde la auténtica y siempre impensable realidad.

Que no se empeñen en repetir que en Gran Hermano nada es lo que parece (lema de la anterior edición), o que es imprevisible (de la anterior), o el invento más cercano de que es otra historia (frase con que se ha lanzado la de ahora). Pues claro que no se puede prever lo que suceda, pero no tanto porque se esfuercen en sorprendernos (con éxito, por otra parte) sino porque es la realidad misma la que aporta siempre un que resulta fundamental. Digo que es fundamental porque en caso de no existir esa espontaneidad el programa moriría. Contaba Mercedes Milá, en la comida promovida por esta web con los ganadores de anteriores ediciones, la preocupación del equipo de tras el triunfo arrollador de Pepe Herrero en GH VII. Temieron en aquel momento que alguien hubiera podido encontrar la llave para hacerse con el premio final, además del temor que debió tener el entonces 'súper', , al encontrarse un concursante más astuto e incluso más listo que él, razón por la cual le debió odiar. Pues bien, no existen las claves porque el escenario en el que se han de desenvolver los concursantes es desconocido. Lo es siempre, pero aún más si les preparan una situación como la que conocimos ayer. Solamente la conjunción de una serie de situaciones propicias y la excepcionalidad del concursante facilitaron que pareciera posible ganar GH empleando una fórmula mágica.

en una reconstrucción de la casa de GH I y en la flamante . El argumento es tan brillante como original. No es tan original (aunque puede dar mucho juego) el que los dos concursantes que ya lo son de pleno derecho sean pareja y deban mantenerlo en secreto ante el resto de los que serán sus compañeros, al ser algo que se está realizando en y en el , como comentábamos aquí hace unos días. Pero es igualmente brillante, y nos dejará comprobar si es posible el engaño más allá del muy limitado en el tiempo que debieron mantener las gemelas del pasado año. De la votación abierta anoche saldrá un primer expulsado mañana mismo, así como el segundo concursante que pasará a la casa nueva (la pareja concursa como uno solo). Los concursantes sospechan e imaginan parte de este argumento, ya que Carlos H. escuchó como le llamaban 'Carlos 1', lo cual le hace tener la certeza de que habrá un 'Carlos 2', que no es otro que Carlos F., el concursante que permanece en la casa nueva con la única compañía de su esposa Gema. Si a esto añadimos que alguno de ellos ha oído que iban a entrar quince, tenemos explicadas sus dudas, aunque en este caso el papel de Ismael, penosamente caracterizado como '', podría ser interpretado como el número quince, aunque en realidad lo es el matrimonio que habita la casa de .

Por lo demás, la gala me pareció que mantenía el ritmo a pesar de su extensa duración, por lo cual no me llegué a aburrir en ningún momento. Todo salió a la perfección salvo los problemas de sonido que son tanto un clásico como sería deseable que lograran evitarlos. Milá estuvo genial saliendo del atolladero que provocó la imposibilidad de comunicar con los concursantes a causa del fallo de sonido. Y sus leggings... pues eso, unos leggings. Sobre los concursantes aún es pronto para pronunciarme, y tiempo habrá de hacerlo, que esto es largo. Hay una choni algo pirada, un 'Farinelli' (copyright de Idoru) de dudosa identidad sexual, un presentador de televisión que además fue concursante de (y ganó su exiguo premio, por cierto), una abuela que no para de reír y tiene las hormonas revolucionadas, una china que dice ser "muy china", o dos que fueron plantados casi en el altar (una de ellas por SMS). Como para las primeras impresiones este gato se declara pésimo, no sería capaz de decidir nada de aquí al martes.

De todos los momentos que nos brindó la noche me quedo con el de Carlos H. abriendo los cajones de la cocina antes incluso de los saludos a sus compañeros, como si fuera a encontrar allí un tesoro. De hecho, ni se levantó para saludar a los que entraron tras él, y a esta hora es mi principal candidato para salir de la casa, aunque muy probablemente cambiaré de opinión en cualquier momento. Pero el shock que me produce cada año 'conocer' a tanta gente a la vez me deja siempre algo alelado, parecido a lo que decía Li (la china) cuando declaraba textualmente "me gusta alelarme", aunque me temo que ella se refería a otra cosa.