De Ricky, Sofía no se fía

telecinco.es 24/11/2015 08:52

Sofía le está dando un protagonismo inusitado a Ricky. A estas alturas ni él mismo se debía esperar ser centro de atención, después de semanas en las que no le hemos visto hacer mucho más que levantar pesas y gritar de forma molesta con demasiada frecuencia. Ahora se besa con Sofía y es motivo de conversaciones entre esta y Marta. Ni en sus mejores sueños hubiera imaginado algo así. De ahí vienen las dudas de Sofía. “Me puede dar por pensar que todo lo que hace aquí lo hace por juego”, decía ayer.

Tanto Sofía como Marta tienen la duda de si realmente Ricky tiene una relación fuera. Es bastante insólito besarse con Sofía y al día siguiente aparecer con los brazos tatuados con “Churrasca”. Ni siquiera tiene lógica que haga esto último si se separó de esa supuesta persona de fuera días antes de entrar en la casa, como ha debido de contar en alguna ocasión. Al menos así lo comentaban ayer Marta y Sofía. Parece que Sofía es de esas mujeres que no pueden estar sin un tío al lado. No es malo ni bueno en general. Tampoco para el concurso. En realidad, es bueno y malo a un tiempo, como pasa tantas veces.

En la parte positiva, que demuestra algo bueno de Sofía. Tal vez lo mejor de ella sea que le da igual lo que pueda pensar la audiencia porque ella hace siempre lo que le parece. Igual que le importa bastante poco el juicio que sobre ella hagan sus compañeros, incluyendo aquellos con quienes tiene una buena relación. Entre Marta y ella hay evidente cariño, pero nada de lo que pueda decirle su amiga puede cambiar mucho su forma de proceder.

En la parte negativa, que nos impide ver a una Sofía independiente, haciendo el concurso por libre, sin estar colgada de alguien. Sale de Málaga y se mete en Malagón. Por no hablar del escaso buen gusto que demuestra, aunque esto es ya estrictamente subjetivo. Tampoco beneficia a Sofía que no haya sido capaz de encontrar una persona que la valore. El mismo Ricky con quien ahora se besa y no tiene inconveniente en compartir cama con ella, hace unas pocas semanas la estaba rechazando por no comportarse “como una señorita”. Contrasta mucho el carácter liberal y poco prejuicioso de Sofía con la desactualizada mente de los cavernícolas con los que va a juntarse.

Ayer le decía Marta, con gran acierto: “Tú dices que los tíos nunca pasan de ti, y me lo creo. Pero en este programa se han cebado”. Lo bueno es que Sofía no se molestaba por el comentario hecho por su mejor amiga en la casa. Para Sofía creo que Suso y Ricky restan tanto como Marta suma. Marta es de esas concursantes que mejora a los que están a su lado. No es malo que uno vea con mejores ojos a Han por ser el protegido de Marta. Es inevitable, si acaso. Pero malo no. Lo mismo pasa con Sofía, a la que entiendo mejor cuando habla con Marta. Y empatizo más con ella.

Esto me sirve para enlazar con el asunto que dejé pendiente para hoy. Una tesis que circula por ahí defiende la idea de que los enemigos de Sofía y Marta irán saliendo de la casa hasta que solamente queden ellas dos y un afín, que todo apunta pueda ser Han. Según esto, la recta final de esta edición estaría escrita y no cabría esperar sorpresas. También da por supuesto esa teoría que Sofía es segura ganadora. Supongo que esto agradará más o menos al lector dependiendo de si es esta su favorita o no. Personalmente me da lo mismo, pero me inquieta la propia formulación de esta tesis, de la que discrepo por completo.

No creo que la suerte esté echada. Es casi imposible que esto suceda en un reality. El más mínimo error de un concursante puede dar al traste con sus aspiraciones. De igual manera que en cualquier momento un destello puede hacerlo brillar ante nuestros ojos. Así, de repente. Esto solo es suficiente para no creer en ese fin anunciado de forma precipitada por algunos. Pero hay algo que me interesa más analizar, relativo a este concurso y el tipo de edición que estamos viviendo. Hay dos tipos de ediciones, aquellas en las que buena parte de la audiencia tiene un claro favorito y esas otras en las que el protagonismo se diluye entre varios concursantes. Y esta vez nos ha tocado vivir una edición que responde más a este segundo tipo.

Una edición sin un favorito indiscutible luce menos aunque puede ver incrementado su interés. No deja de ser un poco aburrido tener un favorito claro desde las primeras semanas. A partir de ese momento cada vez se va concentrando todo más en la defensa de ese concursante, al que la audiencia desea conducir por un camino alfombrado hasta el triunfo. Sin embargo, cuando no tenemos tan claro favorito se abre mucho nuestro campo de visión y eso nos puede hacer disfrutar de un concurso más plural y relajado.

Sofía no ha sido nunca una indiscutible ganadora. No como un Pepe Flores, por poner un ejemplo. Por eso no tengo tan claro que vayan a llegar a la final ella y sus más afines. Tampoco es algo que suceda solo cuando hay un favorito indiscutible. Recordemos que Laura Campos llegó junto al malaguita y Yago, uno de los concursantes que más había apoyado a la ganadora de GH 12. ¿Fue Laura una clara favorita? No lo fue en absoluto, aunque nos hizo apreciar el poder creciente del 'carpeterismo' en el concurso.

¿Qué sucede en ediciones en las que llegamos a la recta final sin un claro ganador? Pues pasa que en lugar de llevar a la final al favorito y dos afines termina configurándose una final por eliminación. Digamos que Sofía y Marta no han expulsado a Suso, Amanda y Raquel (a esta última dos veces). Se han expulsado ellos mismos. Sin rival, Amanda creyó que era lo que no era, quedándose en la de, sin llegar a diva. Sin rival, Suso se salvó por los pelos contra Quique prometiendo armarla, engaño que no le perdonó la audiencia. Sin rival, Raquel fue expulsada dos veces, y volveríamos a hacerlo si fuese repescada de nuevo.

Quisiera hacer un breve paréntesis sobre Suso y Raquel, ahora que los tengo a tiro. El domingo Suso se hizo el gracioso mencionando a Quique cuatro o cinco veces sin que nadie le hubiera preguntado por él. Demasiado protagonismo le estaba dando para la escasa consideración que parece tener con el médico, lo cual le sirvió para intentar ridiculizarlo. No basta con la intención, y en este caso era el propio Suso quien quedaba en ridículo con su absurda actitud, de nuevo propia de un niño de primaria.

No se ha dado cuenta Suso de que tira piedras contra su propio tejado. Ese al que menosprecia estuvo a punto de ganarle el duelo en la expulsión. Y eso que tuvo todo en contra, sobre todo la opinión casi unánime en contra dentro del propio programa. Si Quique fuera ese que él pinta, él mismo sería un concursante de segunda, casi vencido por un supuesto don nadie. No conviene nada menospreciar al contrario, menos cuando estuvo a poco de ponerse por delante.

Sobre Raquel, ayer se acordaban de ella en la casa y no eran Marta ni Sofía en este caso. Nied hablaba con Vera de lo flipada que la había dejado Raquel cuando le contó que iba a entrenar al jardín secreto. La respuesta de Vera fue contundente: “¡Qué mentirosa!”. Y añadía: “Venía a entrenar, dice, la falsa. Raquel, eres una mentirosa. ¿Cómo que ibas a entrenar al jardín secreto? ¡Mentira! ¡Mentira! Pero si íbamos con el tiempo del culo. No daba tiempo a nada, tío”. Parece que dentro de la casa se dieron cuenta de lo mismo que aquí fuera. No hay más preguntas, señoría.

Recupero el argumento donde lo dejé. Suso, Raquel y Amanda no fueron expulsados por el poder omnímodo de Marta y Sofía. En absoluto. Salieron por méritos propios. Si acaso se puede decir que Raquel fue repescada porque estaban Sofía y Suso en el juego. Y Suso ganó a Quique y aguantó unas semanas más en el concurso gracias a Sofía. Todo el egocéntrico discurso de Suso está invertido respecto a la realidad. No es que Sofía haya dependido y necesitado de él en el concurso. Más bien ha sido Suso quien ha dependido de Sofía y la ha necesitado para sus fines, que poco o nada tienen que ver con la experiencia de Gran Hermano.

De igual forma que ha pasado con los tres últimos expulsados (que son cuatro expulsiones, en realidad) seguirá en las siguientes. Marina, Carlos, Vera o Ricky (si Sofía no lo impide) irán desfilando hacia el exterior. No lo harán por ser enemigos de Marta y Sofía. Ni siquiera porque no son sus mejores amigos. Saldrán por méritos o deméritos propios. Y al final quedarán los que hayan de quedar. Una final por eliminación, lo cual no está tan mal.

Quiero decir que este programa consiste precisamente en eso. Un juego de exclusión competitiva, como digo siempre. Normal que vaya decantándose la final por eliminación. ¿Por qué nos espanta esta idea? Creo tener la clave que responde a esto. Es un fantasma de GH 11. Una horrible final desmerece mucho una edición y desanima a la afición. Lo mismo pasó en GH 3. En aquella remota edición el 'Álamo' (expulsión sucesiva de todos los miembros de un grupo, terminando con el líder) terminaba con “los buenos”. Por eso llegaban a la final concursantes con escaso o nulo apoyo entre la audiencia. En el otro caso mencionado es todo mucho más sencillo: el ‘indhirazo’ terminó con la ganadora indiscutible de esa edición expulsada. Eso desbarató todo.

No estamos en una situación parecida a las dos ediciones usadas de ejemplo. Cierto que no hemos tenido un Pepe Flores al que defender a muerte desde casi el principio. Por eso estoy convencido de que la final se decidirá por eliminación, lo cual de alguna forma pasa casi siempre. Pero, al contrario de lo que sucedió en los ejemplos puestos, quedará una final interesante. Aunque para eso es preciso proteger a Marta. Después de casi dos meses y medio no me cabe duda de que ella, y solamente ella, hace todo esto más interesante.

Thug Life

El karma tiene estas cosas. Tal vez debería hablar de justicia divina, aunque eso son ya palabras mayores. Resulta que Danielle, de vuelta a México, comentó con sus compañeros que en España los concursantes se pelean por cualquier cosa. También contaba que aquí no hacen ni caso al ‘súper’, a quien respetarían mucho menos que ellos al ‘big’ (su homólogo mexicano). Ellos serían, según esto, mucho más obedientes y respetuosos. Pues bien, ayer algo debió fallar.

Conste que me alegro de lo que dice Danielle sobre el poco caso de los concursantes españoles al ‘súper’. Hace mucho que echo en falta algo más de autoridad. Un sistema de sanciones como el que usan en Argentina no estaría mal. El caso es que ayer hubo en el ‘Big Brother’ mexicano una brutal pelea entre dos chicas, con agresión física incluida. Shira le arreaba a Ana con el cubo de la fregona, y esta contestaba pegando con una prenda húmeda. No sé si habrá sanción o expulsión alguna. De haberlo supongo que será para las dos, aunque la que sangró fue Ana. Pa’ habernos matao.

Moleskine del gato

Marina quema sus últimos cartuchos en la casa. Al final me terminará haciendo gracia la mamá de Juanito. Ayer contó que se había tirado su “primer pedo televisivo”. Lo hizo en respuesta a Vera, que me hizo reír a carcajada cuando respondía: “Afino yo más con mis pedos que Nied con la garganta”. En el mismo tono un poco grueso daba Marina una solución para aquellos que la vean demasiado sosa. “Que me echen sal en el chirri”, decía. Aritz se partía de la risa. Si no fuera por el tipo del sombrero creo que Marina ya se habría hecho imprimir un amigo aprovechando el material de la prueba semanal.

Nied propone algo que hemos dicho aquí por activa y por pasiva. No le gustan las nominaciones a la cara porque así no nominan lo mismo y el último tiene ventaja sobre el resto. Su solución sería que nominasen en el ‘confe’, como es tradición, aunque luego les pongan a todos las nominaciones, provocando el conflicto que parecen perseguir con las nominaciones a la cara. Bien visto, Nied. Si no se hace así, es de temer que Aritz vuelva a librarse. Además, aburre siempre lo mismo. Si no hay sorpresa esto no parece Gran Hermano.