Pepi, que tiene 46 años y está sufiendo ya los estragos de la menopausia, necesitaba una nueva ilusión, pues también se quedó “hundida” después de romper con su pareja. Muy descuidada de sí misma, Pepi se escondía detrás de unas gafas de sol y un chándal negro y Natalia le ha inflado la autoestima cambiando por completo su look.