La historia de una madre coraje

TELECINCO.ES 22/10/2008 12:03

Los brazos de Dolores son un claro reflejo de la lucha que mantuvo en el barranco para poder salvar la vida de sus tres hijos.

"Mal, porque se ha especulado mucho, se han dicho cosas que no son verdad. Y yo luché por mis hijos, no elegí, el destino quiso que fuera así. Tenía dos opciones la mala o la peor. Elegí la mala y mi hijo ya estaba muerto, la riada nos había arrastrado más de un kilómetro para abajo. Llevaba a mi hijo mediano en un brazo, a mi bebé en el otro pero, mi bebé no sacaba la cabeza del agua y después de tantos golpes, tumbos y riadas para abajo y todo, mi bebé estaba muerto".

"Quienes de verdad me rescataron fue la Guardía Civil que me empezaron a hacer luces, luces y yo pedí socorro que estoy aquí, que mi niño está allí, que mi otro niño dónde está. Mi hijo Eric se portó como un machote porque dijo que le cogieran a él pero que su mamita estaba por ahí, que me buscaran y a su hermano también. Y en todo momento, la Guardía Civil de Benicarló, se portó estupendamente. Buscaron más dispositivos, vinieron más patrullas, estuvieron buscando. En todo momento estuve allí con la emisora pendiente, fueron a dónde yo les dije, todo perfectamente y ya me dijeron: "Tenemos a su niño". En ese momento supe que más ya no se podía hacer, o sea, hice, de verdad, todo lo que pude".

"Vengo del centro comercial de hacer la compra y nos pilla un charquito pero, un charquito que el agua no cubre, lo que pasa es que llueve muchísimo y el coche hace puf y se para. No le puedo dar al contacto. Salgo por la ventanilla para no abrir el coche y mirar a ver que pasa y el agua me llega al tobillo. Intento empujar el coche por detrás para sacarlo del charquillo porque las ruedas de delante no están encharcadas y en nada, en ese momento que estoy empujando, mis niños gritan: "Socorro, socorro, el agua". Y cuando me doy cuenta el agua ya va por las rodillas subiendo, subiendo, subiendo. Mi hijo mayor, le doy el móvil y le digo llama a la Guardía Civil y empieza a llamar: "Socorro, nos ahogamos, mi madre, mi hermano, Guardía Civil, aquí, carretera de Peñíscola con Cali". Se nos acaba el móvil, se nos corta y ya empiezo a sacar a los niños porque delante mío la carretera seguía asfaltada y seca. Saco a los niños por la ventanilla del coche porque pensaba que si abría la puerta entraba la tromba de agua y los ahogaba. Caminamos y ya pensamos que desde allí hasta dónde vivimos hay mucho trozo. Y en ese momento en un charco pequeño, con agua al tobillo, mi niño mediano tropieza y cae, le digo levántate y cuando quiere levantar nos baja una trombada que nos arrastra pero, en el momento ese yo aguanto, aguanto hasta que se ve que hay un desnivel de tierra y entonces empujo a mi hijo mayor contra el barranco para que se quede allí y la riada me arrastra a mí y a mis dos niños y empieza la odisea. Ya para abajo kilómetro y pico".

"Yo voy por la riada más de un kilómetro, es que seguro, con la cabeza intentando salir, mi niño diciendo: "Qué me ahogo, que me ahogo", en todo momento tragando agua y la sillita todo el rato abajo. Yo lo único que hago es sujetarla porque no la quiero soltar pero, el nene no sale del agua".

"Cuando lo tuve que sacar a él, estaba en la sillita y el agua ya le llegaba al pechito y no podía desengancharla, va muy fijada al coche y como el agua era turbia no se veía. Entonces, la saqué del cinturón de seguridad y estirando, estirando rompí los acoples que lleva y la arranqué. Y dije pues con la silla me lo llevo, pues con la silla. Porque no lo quería dejar allí, no lo podía desabrochar".

Su estado de ánimo

La decisión más dura

"La decisión que tomé, la más dura de mi vida, lo tuve que soltar, que ya estaba muerto por favor, y me despido de mi bebé porque con esa tromba de agua, yo no sabía si podría volver a recuperar su cuerpo para enterrarlo y querría también apuntar que en ningún momento a mí me rescataron. Me rescaté yo. Puse a mi hijo en los zarzales a salvo, me tiré dos veces más al río para ayudarle, caminé como dos horas y pico por naranjos, lodos, barranquillos y todo por allí pidiendo socorro. Aporreé dos granjas pidiendo socorro. Allí no había nadie".1

De camino a casa

El bebé ya estaba muerto

El niño iba en la sillita

"Sí, mi hijo estaba tragando ya agua y decía me ahogo, me ahogo. Y yo subiéndolo, subiéndolo, me solté. Al soltar la silla, ya el agua nos empezó a embestir porque ya pesábamos menos y lo metí en unos zarzales, pero yo no sabía si estaba vivo o no. Volví para atrás llorando la pena. Grité y entonces mi hijo contestó desde los zarzales. "Mamita, mamita, que estoy aquí. Ayúdame". "Por tu madre súbete al arbolito y no vayas para el agua, para el arbolito, por tu madre, y allí hablándole".

"No hables que te cansas"

"Sí, intentando salir de los zarzales como podía pero le decía "tú no hables que te cansas. Ya te habla mamá"; y le iba dando fuerzas para que no se fuera soltando".

"Era Dylan. Yo sabía que estaba delante mío, lo que pasa es que yo sin gafas no veo. Entonces yo veía el zarzal pero a él no le veía y yo le decía: "¿Tú ves a mamita?"; y él decía. "Sí, mamita, yo te veo". Empecé a correr río para abajo y río para abajo, iba llorando, "¡socorro!, qué alguien me ayude. Mi niña, mi Dylan, mi Brian ya no está". Entonces me oye mi hijo mayor y me llama: "¡Mamá, que soy el Eric". Digo: ¿dónde estás"? y dice "en seco". Digo : "no te muevas del seco, ¿hay agua al alrededor?". Dice no. "No te muevas, por tu madre, que voy a por ayuda". Entonces empecé a correr por esos lodos y esos campos pero no había nadie. Río, río, por todos lados ríos".

"Entonces ya al cabo de tanto rato, que supuse que fueron como dos horas, empecé a llorar de pena de que ya no era uno, son los tres, ya los tengo muertos. Se ve que fui dando vueltas porque tampoco me ubicaba donde estaba y mi niño Dylan al oírme llorar otra vez me dijo "Es mi mamá". Y me volvió a llamar. Entonces pues salté al agua, me llevó y cuando salí, me volví a tirar y dije: "Ostias, otra vez ya no, que sino me ahogo"; y al correr río abajo para donde estaba Eric ya me empezaron a hacer luces con la linterna y era la Guardia Civil".

"Vi mi entierro con mis dos niños"

"No, ya llegó un momento cuando me tiré la segunda vez, que el agua me arrastró mucho para abajo y tragué mucha agua que yo vi mi entierro con mis dos niños ahí puestos".

"No quería soltar la sillita"

"Ya, claro, pero la gente tiene que entender que me despedí de él en el sentido de porque como el agua bajaba con tanta intensidad, no quería soltar la sillita, porque pensé no lo encuentro yo a ese niño después, no lo puedo enterrar, me desaparece, se me va, no lo veo nunca más".

"De las dos opciones, de la mala y la peor tuve que coger la mala"

"Cuando ya me dijo el otro que se ahogaba es cuando ya tome la decisión de que como estaba muerto, no iba a dejar que el otro muriera, pues, que lo sentía mucho pero no había más. De las dos opciones, de la mala y la peor tuve que coger la mala. Es que no había más.En ese momento no era pensar, era hacer, no se podía pensar".

"Y yo, ¿cómo voy a escoger, como dicen, escogió a uno de sus hijos? ¿Qué madre escoge a uno de sus hijos, si son todos mis tres niños, mis tres soles? Yo no escogí, yo los quería a todos por igual".

Mi hijo mayor me dice: "Mamá eres la mejor y más valiente"

Están muy mal, no podemos poner la tele porque cuando oye estas cosas mi hijo Dylan se muere de rabia y dice: "Pero mamá, si me salvaste tú". Y en el momento que yo llegué al furgón de la Guardia Civil, que estaba mi hijo mayor y me vio, me dice: "Mamá, eres la mejor y la más valiente.Y cuando me trajeron al pequeño y me abrazó, me dijo: "Mi mamá, la más valiente". Y cada día me lo dicen, que soy la más valiente y la más mejor".

Una madre llena de dolor

"Yo los quería más que otra madre. Todo el mundo lo sabe que yo los adoraba. Los quería por encima de otra madre, más, más de más. Y que ayer todo el mundo se portó muy bien en el entierro, no pude ver a mucha gente porque no estaba como para ir mirando pero se portaron estupendamente, tuve muchas muestras de cariño del pueblo de Vilafranco, del Delta, de San Carlos mucha gente de Calitx también vino. Y agradecerles de verdad que aunque no les viera o no les dijera algo, yo en ese momento sólo veía a mi bebé".

"Hubiera perdido la vida por mis niños. Si yo hubiera estado en un sitio de aquellos que la tierra es rígida y puedo dejar a mis tres niños y yo me muero, yo me muero. Pero por mis niños".

El padre de los niños

"Mi marido está fatal. En ese momento como lo perdí todo yo no sabía ni números de teléfono para llamar ni nada. A él le fue a buscar una patrulla de la guardia civil al trabajo y le dicen: "Vas al hospital que está tu mujer". Él dijo "ha tenido un accidente". Él cuando llega y se lo dicen, a mi no me dejan que se lo diga, se lo dice el médico. Le oigo gritar, yo voy para allí porque a mi me estaban curando y se lo digo que me perdone pero que he hecho todo lo que he podido y que no he podido hacer más. Está mal, la familia también".

Una defensa necesaria

"Por eso lo he hecho, porque lo que se decía por ahí de mi no me gustaba, quería que todo el mundo lo supiera. La gente que me conoce ya saben como soy y que por mis niños vamos pa' adelante pero para la gente que le quedaba alguna duda pues ya está".