Después de 24 años, gran parte de la dramática historia de Elisabeth Fritzl ha salido a la luz. Cuando tenía 19 años fue drogada, atada con unas esposas y encerrada por su padre biológico, Josef Fritzl, en el sótano de su edificio. Bajo tierra, la joven dio a luz a siete niños, fruto de las violaciones a la que las sometía su progenitor. Sin embargo, aquí no termina la terrible historia.
Tres de los hijos de Elisabeth vivían en la parte de arriba de la casa con su padre y la actual pareja del mismo. Por otro lado, los otros tres pequeños, de 19, 18 y 5 años, vivían encerrados en el zulo de 60 metros cuadrados con su madre. Josef había contado a todos sus vecinos que se había encontrado a los bebés en el jardín de su casa con una nota. La carta estaba escrita de puño y letra por Elisabeth, su hija desaparecida y metida en una secta (una mentira que todo el vecindario creyó).
Así, tres de los pequeños se criaron en circunstancias normales mientras que los otros no estaban escolarizados y jamás habían visto la luz del sol sin que las autoridades sospecharan nada. Algo tan básico como el lloro de un niño fue lo que le hizo a Frizl salvar a tres de sus hijos-nietos del zulo. Éstos lloraban más que los otros.
El reencuentro Ante todo, extraño. Así fue el reencuentro entre los que vivían en la parte de arriba de la casa y los de abajo. Los psicólogos advierten que es normal que se rechacen entre ellos; sin embargo, parece que ha ido bastante mejor de lo esperado.
Los tres niños que habían estado encerrados junto a su madre tienen problemas en la piel y en la vista. Además, los psicólogos aseguran que están en un estado de coma psicológico. "Uno de los niños se perdió en el pasillo del Hospital" comentaba Nacho Abbad, uno de los colaboradores en el 'programa de Ana Rosa'. No está acostumbrado a espacios tan amplios. Otro de los hijos encerrados ha dicho que quiere ir al colegio. De momento, están siendo atendidos todos en el hospital.
Josef Fritzl, ¿actuó en solitario?
Josef fue detenido el pasado domingo por la policía austríaca. Al principio se negó a declarar pero más tarde reveló el código electrónico que permitía abrir el "calabozo" subterráneo, donde encerró a su hija y a sus supuestos hijos-nietos, según informes del jefe de la Oficina contra el Crimen de Baja Austria, Franz Polzer.
Ahora, la policía está investigando a la pareja de Josef para descubrir si actuó en solitario y no sabía que en la parte de debajo de la casa vivían encerradas cuatro personas o , si ella, estaba también implicada. De momento, toda la familia está bajo sospecha.