Diez meses después del asesinato de Asunta, la defensa de Alfonso Basterra ha optado por cambiar de estrategia y ha descargado en Rosario Porto los asunto más oscuros y que más implican a su cliente. Según han expuesto los abogados de Basterra en la vista preliminar por el asesinato de la menor, no hay forma de probar que él estuviera en la finca en el momento que maniataron y asesinaron a la niña y dice que la investigación no puede probar que la niña muriera con su colaboración. Además, la defensa asegura que Basterra adquiría el orfidal pero que Rosario Porto lo guardaba e insiste en que aquella tarde no salió de casa, hecho que duda la acusación.
No cruzaron palabra en sala
La relación entre Alfonso Basterra y Rosario Porto ha cambiado mucho respecto a la que mantuvieron en el calabozo tras el asesinato de la menor. En su primer encuentro tras la detención, Porto y Basterra no intercambiaron ni una palabra.
Ajeno a lo que sucedía en sala
La actitud de Alfonso Basterra no pasó inadvertida para los que estuvieron presentes en la vista preliminar. Según ha revelado Cruz Morcillo, el padre de Asunta Basterra se mostró en todo momento ajeno a lo que sucedía en la sala y apoyado de forma relajada en el banco y con los brazos cruzados. Su comportamiento distó mucho del mantenido por Rosario Porto, que lloró durante parte de la vista y apareció muy desmejorada físicamente.