Los investigadores barajan el móvil sexual en el crimen del descuartizador de Majadahonda

telecinco.es 28/04/2015 11:32

Los mensajes que llegan a la familia de Adriana Gioiosa hacen saltar todas las alarmas. Su hermano se traslada a España y pone la denuncia. La última persona en verla con vida es Bruno, su casero, al que le piden que les muestre la vivienda de forma voluntaria. Una vez allí, los investigadores encuentran su documentación, su maleta, su ropa... Cosas que no se hubiera dejado si se hubiera marchado, tal y como dijo, supuestamente, en su mensaje.

La policía baraja el móvil sexual

Tras este primer hallazgo, los investigadores descienden al sótano. Allí localizan productos de limpieza y un maletín con un auténtico arsenal de armas blancas: "un cuchilo, un machete de carnicero, un cuchillo de caza y las piezas de una máquina de picar carne." En ese momento, los investigadores solicitan una autorización al juez para hacer un segundo registro con agentes de policía científica. Es en ese segundo registro cuando encuentran dos preservativos, uno abierto y otro sin abrir. Los investigadores comienzan a barajar el móvil sexual y continúan recabando indicios. Las paredes de garaje parecen haber sido pintadas recientemente y limpiado a prisa. "Se encuentran bolsas con material de limpieza con ticket de compra reciente."

Perfil genético coincidente

Además, en la picadora, los investigadores localizan restos biológicos que son analizados. "La máquina de picar ha ofrecido resultado positivo al test de presencia de sangre humana, de dichos restos se ha obtenido perifl genético de mujer." Este perfil genético es comparado con el hallado en la ropa de trabajo de la víctima y el resultado es coincidente.

Tras este hallazgo, la policía registra el piso de Móstoles en el que residía el presunto descuartizador. "Se halla el pasaporte en vigor de la desaparecida, documentación de su vehículo y sus joyas con manchas de sangre metidas en un guante de látex", explica el juez. Después de esto, la policía se dirige a la finca que el detenido tiene en Toledo, donde se hallan 22 restos biológicos.