Los mandamás de Montepinar: los 7 que han solucionado todas las crisis… o no

telecinco.es 20/04/2017 09:00

Javi Maroto tuvo el honor de ser el primer presidente de Montepinar. Algo que parecía fácil, pero le causó más de un quebradero de cabeza con los montepinarianos. Él no pensaba que lidiar con sus vecinos fuera tan complicado y se le empezaron a amontonar tantas crisis hasta que decidió dimitir.

Después le llegó el turno a Amador, el Cuqui ocupó el trono que dejó el Pelocho y durante la segunda temporada de ‘La que se avecina’ fue el todopoderoso de Montepinar. Este cargo le trajo más de un problema, pero siempre contó con la ayuda inestimable de su amigo Leo. La traición de Maite fue el punto de inflexión en su carrera presidencial, cometió un fraude con la antena de telefonía móvil, este escándalo le costó su puesto.

Tras el Cuqui, llegó una época muy turbulenta en la presidencia de Montepinar. Tanto Antonio como Enrique comenzaron a opositar para ser un todopoderoso y empezaron a turnarse en el trono. Y en ningún momento perdieron las ansias de poder. El concejal fue riguroso y pulcro durante su gobierno mientras que el pescadero solucionó los problemas de una manera más oscura: “Otra crisis solucionada por la administración Recio, ¡qué bueno soy y qué culito tengo!”, aseguraba.

Judith fue nombrada presidenta porque nadie quería serlo y la ‘comecocos’ intentó hacer lo que pudo con los montepinarianos. Fue elegida a dedo y fue algo que la marcó para siempre. Un año entero tuvo que esperar para el relevo en la presidencia, en el primer capítulo de la sexta temporada Una maruja, un entrecejo y un pionero del aire’, le pasó los marrones a otro.

Como tampoco quería nadie ser presidente, tuvieron que sortearlo y le tocó el gordo al Bajo B. Sí, sí… a Enrique Pastor. El concejal estaba emocionadísimo con este resultado pero tuvo movida con la Cuchufleta. Pero de repente apareció Araceli y la cosa cambió. Papuchi le pidió a su ex ser la presidenta y él la ayudaría en la sombra.

Y por último, le tocó el turno al ‘hombre cojín’. El ‘Presidente Vicente’ dijo que no iba a hacer ni el huevo tras su elección y así fue. Y Fermín se autoproclamó su Richeliu, el espetero-playero tenía un claro objetivo, quería timarle unos eurillos a la comunidad.