Capítulo: 'Follas menos que un casado'

telecinco.es 15/09/2009 18:16

¿Recordáis vuestros primeros encuentros sexuales? Fugaces o pausados, salvajes o románticos, torpes o hábiles... Sea como fuere, tener pareja a esas edades tempranas casi siempre era sinónimo de sexo a gogó. Pasan los años, amamos locamente, vivimos desengaños, lloramos por los rincones, rompemos corazones, nos lo rompen a nosotros, y llega el día en que encuentras algo muy parecido a aquello que soñabas. Te emocionas, lo vives intensamente, quieres retenerlo, lo consigues, resguardas vuestro amor entre cuatro paredes y es entonces cuando el sexo a gogó se va reduciendo poco a poco a sexo a secas. ¿Por qué ocurre esto?, ¿por qué si ayer te excitabas solo con verlo, hoy necesitas dos horas de preliminares?, ¿por qué ya no te duermes entre sus pechos como un niño?, ¿¿¿por qué??? Y lo más importante, ¿hay solución a la desidia sexual?, ¿puedo volver a estremecerme con el susurro de su voz?, ¿llegará el día en que no soporte siquiera sus aliento en mi piel? Depende, todo depende.

Depende de si vas a limitarte a ser un mero espectador de tu vida o si vas a tener agallas de tomar partido, cambiando de rumbo cuando el viento azote, achicando el agua cuando os vayáis a pique o esperando pacientemente a que el huracán pase. Si en lugar de eso coges el camino fácil, el de enfrentarte a tu pareja convirtiéndola en tu enemigo, cada día estaréis más lejos el uno del otro. Las barreras levantadas os impedirán desearos y vuestra frustración constante os robará la alegría de los primeros tiempos, esos que ya no lográis recordar ni en sueños. ¿Quieres una buena noticia? Aún estas a tiempo, mientras la llama de tu candela tintinee, siempre estarás a tiempo. ¿Cómo hacerlo?, ¿cómo romper la escarcha acumulada después de tantos inviernos? No hay método infalible, siento desilusionarte. No obstante, me atreveré con algunos consejos que pueden servirte de guía o no, tú decides:Será duro, pero imprescindible para volver a tener sexo auténtico. ¿Cómo vais a comunicaros en la cama si fuera de ella no encontráis nada que deciros? Me da igual si te toca recurrir a Internet en busca de temas comunes, si has de hacerte una lista con las cosas interesantes que te han pasado y mirar la chuleta por debajo de la mesa, si tienes que recurrir a chistes o a contar la vida del vecino. Es hora de hablar, de volver a crear entre vosotros un idioma propio, una razón por la que seguir juntos más allá de la costumbre, los hijos o los amigos comunes. ¿Recuerdas cuando te quedabas estudiando durante horas para sacar una asignatura? Esto es algo parecido, debes ponerle empeño, tesón y constancia. Sí, ya sé que por mucho que hables, lo haces ante una pared donde rebotan tus palabras. Tendrás entonces que ingeniártelas para encontrar temas que despiertes su interés, y no me vengas con que por qué no es el otro quien se preocupa por entretenerte, que eso ya lo hemos hablado. Cuando volváis a pasarlo bien juntos, acabaréis compartiendo algo más que palabras. Enhorabuena, ya nada puede resistirse en esta vida, hacer hablar a los muertos tiene recompensa, gózala.

-Recupera la amistad perdida. Hubo un tempo en el que sus tonterías te hacían reír a carcajadas, en el que te encantaba escucharla durante horas, en el que os hacíais confidencias al oído... Y eso se reflejaba luego en la cama. Se puede echar un polvo con cualquiera sin haber cruzado palabra, sin siquiera saber su nombre, pero el sexo en pareja es otra cosa y tú lo sabes. Cuando dejáis de tener cosas en común, cuando dejáis de ser amigos, algo muere bajo las sábanas. Si quieres recuperarlo, recupera primero vuestras animadas charlas hasta la madrugada. Apaga la tele, pon de fondo la música que antaño compartíais y cuéntale lo que le contarías a tu mejor amiga. Tus inquietudes, los cotilleos de la peluquería los dimes y diretes de vuestros amigos, hazle partícipe de tu vida, cuéntaselo con gracia y veras como el otro empieza a soltarse. Cuando lo haga escúchalo, interésate, pregúntale, implícate. Tal vez en esa velad no pase nada más, no importa, dale tiempo. Ya has dado el paso más difícil, el primero. Sigue por ese camino y sin darte cuenta te verás retozando entre las sabanas disfrutando como antes, sintiendo como ayer.

-Explota tu sex-appeal. No podemos ponernos el chándal y las pantuflas cada vez que atravesamos la puerta. Incluso aunque vivas solo, no debe ser bueno para el coco verse siempre con la misma facha vagando por la casa. ¡¡¡No, no, y mil veces no!!! Seas hombre o mujer, igual me da. Si quieres recuperar lo que un día os hacía jadear de placer, destierra tus pantalones bombacho, tus calcetines agujereados, las camisetas XXL y las zapatillas del lobo feroz. Se trata de ir cómodo pero sexy, mallas o pantalones de algodón, camisetas blancas que marquen tu figura y lo primero y más importante: cambia tu ropa interior al ponerte cómodo o quítatela directamente. Los encajes, tangas y transparencias están demodé. El algodón 100% y los colores básicos (preferiblemente blanco y negro) te harán más joven y sugerente. Debes conseguir que el otro se lance a por ti sin que tú se lo pidas. Cuanto menos explicito seas y más inteligentes sean tus gestos, más excitación irás provocando en el otro. Puede que el primer día ni se inmute (la costumbre es lo que tiene), ni el segundo, ni el tercero, pero antes de una semana lo/la tienes comiéndote la oreja, te lo aseguro. Unas gotitas de tu perfume (he dicho go-ti-tas, que nos conocemos, y ya te veo vaciando en tu escote el frasco entero), un pelín de color en tus mejillas, cualquier truco sutil que se e ocurra te ayudará en tu objetivo. Lo sabía, estás pensando que por qué no es el otro quien hace todo el esfuerzo y se perfuma para ti. Resulta que eres tú, y no él o ella, quien está leyendo este libro, quien se ha dado cuenta de que tenéis un problema y quien ha decidido que si tiene que morir, será luchando. Sin un primer paso nunca habría un camino que recorrer, no te pares ahora.

-Busca momentos de intimidad. Uno de los fallos más comunes en todas las parejas es pasar cada vez menos tiempo a solas. Ampliando el círculo de amistades, haciendo siempre planes con niños (los que son padres), realizando actividades cada uno por su cuenta. Todo esta está bien siempre y cuando mantengáis vuestros momentos íntimos. Sin otra mirada que la des sus ojos, sin otra conversación que la que se os ocurra a ambos, sin nadie que tape el abismo que os separa, solo él y tú. ¿Te atreves a intentarlo?