A las familias gitanas, como a la mayoría de las familias, se les conquista por el estómago. Mariola, una paya que llegó al clan Carmona y que, aunque costó un poco, es adorada por todos, nos ha contado los platos que hay que saber cocinar para ser un Carmona de verdad. Os desvelamos, al menos, dos: el arroz de la mamá Luisa y las pelotas de Navidad.