El diseño de ambos modelos se aleja totalmente de las trasmitidas por sus homónimos de la factoría Fiat. El logo de la marca está impreso en las zonas vitales de la carrocería, mientras que el doble tubo de escape y los discos de freno esmaltados en color rojo completan una imagen puramente deportiva.
Además, y como ocurre con el 500 básico, tanto el modelo Cabrio como el punto Evo recibirán en pocos meses el paquete opcional SSE. Este kit tiene un sobreprecio de 2500 y el margen de incrementar la potencia del coche, introduce otros elementos como un filtro de aire y llantas de aleación más contundentes. El 500 convertible estará disponible en menos de dos semanas con un precio de 21 mil euros. 3 mil más que el Punto Evo.
Ambos montan un propulsor de 1.4 litros de cilindrada, aunque su planteamiento dinámico es bien distinto. Lógicamente esta disparidad bajo el capó se ha materializado en unas prestaciones y en un consumo diferente.
El Evo es un automóvil mucho más rápido que el Cabrio , especialmente en la faceta de la aceleración. Eso si, lo mas sorprendente es que su gasto de carburante a los 100 es inferior, seis litros frente a los 6.5 de su compañero descapotable. Tratándose de dos vehículos que supera con falicidad la barrera de los 200 Km. /hora, este consumo se antoja demasiado ajustado.
Ambos automóviles incluyen de serie un indicador de marcha que la marca ha denominado GSI . Mientras que el sustituto del grande Punto además incorpora el ya famoso Start/stop. Este último monta una caja de cambio manual de seis relaciones, y junta a ella se encuentra el botón Sport. Cuando se pulsa, esta función puede cambiar la curva de potencia, la precisión del turbo y la asistencia de la dirección.
El 500 Cabrio también cuenta con este elemento, aunque su transmisión es automática de cinco velocidades. Ha sido bautizada como Abarth Competición y su novedad reside en que la relación de marchas se realiza mediante botones y no a través de la clásica palanca.
Son técnicamente insuperables. Disfrutan de una imagen muy genuina y en un circuito podían batir sin despeinarse a otros deportivos preparados estrictamente para la competición.