Holanda se aprovecha de la depresión de Brasil (0-3) y queda tercera en el Mundial

Daniel Muñoz 12/07/2014 22:37

Brasil y Holanda tenían una buena papeleta con el partido por el tercer y cuarto puesto. Un encuentro que ninguna selección quiere jugar pero en el que hay que rendir al máximo para poder desquitarse de las derrotas de semifinales. Por eso, Neymar quiso estar con sus compañeros en un trago nada fácil. El delantero del Barcelona se vistió de corto, y ayudado por Dani Alves, bajó las escaleras al terreno de juego para sentarse en el banquillo con la selección 'canarinha'.

Si se puede llamar 'trámite' a un partido en un Mundial, el Brasil-Holanda era lo más parecido. La 'Oranje' salió con más ganas que Brasil y Robben hizo el lío a la defensa brasileña en el segundo minuto de juego. El extremo se coló entre la defensa y Thiago Silva agarró al jugador del Bayern fuera del área. El árbitro se equivocó en todo lo que decidió: señaló penalti y no expulsó a Thiago Silva pese a ser el último defensor.

Van Persie no perdonó desde los 11 metros y el delantero holandés marcó por la escuadra el primero del partido. Brasil seguía sufriendo la resaca de la derrota de las semifinales ante Alemania y se llevó el primero a los tres minutos, sin tiempo para asentarse sobre el terreno de juego.

Holanda estaba más metida en el partido y Blind aprovechó un error en defensa de Brasil para hacer el segundo. Blind cazó un rechace en el área y superó a Julio César con un disparo desde el punto de penalti. El equipo de Van Gaal dominaba en el terreno de juego y en el marcador y Brasil veía como su depresión tras la goleada de Alemania iba en aumento.

La selección 'Oranje' jugaba a sus anchas ante Brasil, que tuvo alguna ocasión para acortar diferencias pero falló en los metros finales. David Luiz estuvo muy cerca de empujar un balón en el área pequeña pero los de Scolari no tenían la puntería afinada. La imagen de la primera parte la dejó Kuyt, que se hizo una brecha en la cabeza y tuvieron que darle grapas para cortar la hemorragia.

A Brasil no le salía nada y el equipo de Scolari estaba deseando que se acabara el Mundial. Los minutos pasaron muy lentamente para la afición 'canarinha'. Scolari movió el banquillo en el descanso y sentó a Luiz Gustavo por Fernandinho en el centro del campo, uno de los fijos durante todo el torneo.

La reanudación no cambió la sensación que transmitía Brasil. Holanda caminaba con el viento a favor y la anfitriona estaba con un bajón anímico muy grande. La selección de Van Gaal le entregó el balón a su rival y esperó atrás para hacer lo que más le gusta: salir a la contra con la velocidad de Robben.

Brasil era un despropósito en defensa y Holanda cada vez que se acercaba a la portería de Julio César rozaba el gol. El partido se convirtió en una agonía infinita para Brasil, que en la segunda parte deambuló sobre el césped. Los jugadores brasileños reclamaron penalti en una mano de Vlaar pero el árbitro miró para otro lado y dejó seguir.

Todo iba en contra de Brasil. Tanto que Oscar vio una tarjeta amarilla por 'simular' penalti en una entrada de Blind. El jugador de Brasil buscó el penalti y consiguió el contacto con el holandés pero también se empezó a dejar caer antes de que se tocaran. Blind se tuvo que retirar en camilla porque se lesionó la rodilla en la jugada.

Brasil sufrió en su Mundial hasta el descuento del último partido. Holanda estaba muy cómoda sobre el terreno de juego y en otra contra llegó el tercero para cerrar el partido. Wijnaldum se aprovechó un centro desde la derecha para hacer el tercero y hurgar un poco más en la herida de Brasil.

La 'Oranje' dijo adiós al Mundial sin perder ningún partido en el tiempo reglamentario, sólo los penaltis ante Argentina. La selección brasileña no se pudo recuperar de la derrota ante Alemania y el partido fue muy duro para los jugadores. La anfitriona acaba su Mundial con dos derrotas seguidas y con el orgullo muy tocado. Lo peor de todo es que hasta dentro de cuatro años no podrá resarcirse.