Ruldof Mayer y su afición a los best seller

BELINDA CEA (SANKT PÖLTEN) 17/03/2009 08:05

"Mi trabajo es mostrar el lado más humano de mis defendidos". Y en ese empeño anda metido en la corte del palacio de justicia de Sank Polten. Para ello, cuenta, desconecta la parte racional de su cerebro, se deja llevar por un instinto que, se jacta, no le falla y se concentra en los ojos de la persona. Los que le revelan el 90 por ciento de la mente del que tiene enfrente.En la mirada de Josef Fritzl ha visto mucho de buena persona. Le recuerda al personaje de una de sus novelas favoritas, Misery, de Stephen King. Josef Fritzl sería esa enfermera corpulenta, de carácter extraño que muele a palos al escritor Paul Sheldon para que retome la escritura.

Tras más de tres décadas de experiencia lo tiene claro. "Siempre hay una explicación para cada acto criminal". En este caso, el maltrato sufrido durante la infancia de Josef Fritzl por parte de su madre que le tildaba de "satán, inútil y criminal" y le prohibía practicar deportes y tener amigos. Esa será la columna sobre la que vertebra su defensa. Pura ciencia ficción.

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