Catas, arte, vino de volcán: 10 bodegas con magia para pasar un otoño entre viñedos

Hay pocos lugares en España que sean tan lujosos como el Hotel Abadía Retuerta Le Domaine en Sardón de Duero (Valladolid). Además de tener tu propio spa y disfrutar de una exquisita cata, podrás sobrevolar los viñedos con helicóptero o hacer tu propio paseo a caballo. Aunque lo que más destaca es el mayordomo personal que el hotel te adjudica nada más enterar por la recepción y que te atenderá en cada una de tus peticiones durante tu estancia. No dejes de probar su excelente restaurante, coronado con una estrella michelín.

"Somos alquimistas. Pones tu corazón y su cabeza para saber interpretar la uva y dar al vino lo que necesita en cada momento y vaya por el camino que quieres. Son muchas generaciones de experiencia en cada sorbo", explica Jose Luis Ruíz, enólogo jefe de Bodegas Otazu, el señorío cerca de Pamplona que abre sus puertas a visitantes y les da una tijera y una caja blanca para recoger racimos. Entre los viñedos pueden verse obras cumbre del arte contemporáneo, como un Ai Weiwei, Chirrida o Anish Kapoor. Su historia cruza dos veces el Atlántico: un pamplonés emigró a Venezuela hace décadas y su hijo, Guillermo Penso, decidió volver a la tierra de sus ancestros para retomar sus raíces.

¿A qué museo os recuerda el edificio de esta bodega? Exacto, al Guggenheim de Bilbao. Frank O. Gehry es el autor de estas dos obra, un arquitecto canadiense que ha puesto a las bodegas de Marqués de Riscal en todas las guías turísticas. Su diseño fue inspirado en una botella del año 1929 y mezcla colores como el rosa del vino tinto, el oro de la malla de las botellas de Riscal o el plata, como la cápsula de la botella. Además, podrás relajarte en el Spa Vinothérapie Caudalie con tratamientos totalmente innovadores y probar las exquisiteces de sus tres restaurantes.

Las esculturas de Anthony Caro, uno de los artistas británicos más importantes del siglo X, te acompañan en tu recorrido por las Bodegas CVNE en Haro, uno de los pueblos más bonitos de La Rioja. Fundada en 1879, esta bodega familiar es en sí un reflejo mismo de la historia vitícola del país, de cómo se producía antes al fino a los métodos más actuales.

Borja era conocido por sus excelentes vinos pero con la ‘reconstrucción’ del Ecce Homo por parte de Cecilia Giménez su turismo ha crecido de forma exponencial. No es de extrañar con rincones tan bonitos como La Cabaña del Tío Pepe situada a a 500 m. del centro de Ainzón, muy cerca de Borja. La garnacha de las laderas del Moncayo son la base del vino de las Bodegas Bordejé, donde descubrirás otra forma de hacer vino.

Las erupciones volcánicas que sepultaron gran parte de Lanzarote en el siglo XVIII crearon paisajes increíbles , entre ellos La Geria, una de las zonas de viñedos más sorprendentes del mundo. Los campesinos canarios descubrieron que la tierra volcánica ayudaba a conservar la escasa humedad de los campos de la isla y crearon esta zona de 5.255 hectáreas, un paisaje protegido por el Gobierno de Canarias. De entre todas las bodegas destaca El Grifo, fundada en 1775 apenas unos 30 años después de la erupción volcánica y con un museo en el que puede verse la evolución histórica del cultivo de la vid en Canarias y su transformación en vino a través de auténticas reliquias de los siglos XVIII y XIX.

El espíritu mediterráneo se deja ver en cada rincón de la Bodega Mastinell, a una hora de Barcelona, una de las grandes productoras de cava con denominación de origen Penedès. Aquí podrás descubrir la historia, la tradición, el espíritu del vino y el cava con visitas tanto para grupos como para particulares.

El enoturismo no está reservado sólo a los más mayores, los pequeños de la familia pueden aprender mucho sobre el proceso de creación del vino en bodegas como Emina Rueda, en Medina del Campo (Valladolid). Mientras los papás hacen su particular ruta de 3 horas por la bodega y catan 3 de los mejores vinos de la zona, los niños se divertirán en un taller donde elaborarán su propio pan y ricas galletas para luego degustarlo en una cata de vino sin alcohol.

A unos 40 minutos de Madrid, en la localidad de Tarancón se encuentra la Finca La Estacada, un lugar con historia. Esta una antigua finca de labor, propiedad de los descendientes de la reina Mº Cristina, viuda del Rey Fernando VII, que fue adquirida por los actuales propietarios a mediados del siglo XX. Un hotel de cuatro estrellas con 25 habitaciones y una amplia piscina para pegarte un refrescante chapuzón después de un duro día de vendimia, ya que aquí la experiencia enoturística comienza en el campo.

Será parte de la leyenda o de la historia, lo cierto es que en la Hacienda Zorita (Zorita de Valverdón, Salamanca) cuentan que en sus estancias durmió Cristobal Colón. A orillas del río Tormes, no sería de extrañar que aquí dudará si ponerse en marcha rumbo a América porque éste es un retiro de lo más indicado para pasar unos días de pura desconexión gracias a su spa. Su restaurante, el Zorita´s Kitchen, ha obtenido la distinción Kilómetro Cero por su cultura ‘farm to table’ (de la granja a la mesa), cocina como la de antes para sentirte todo un conquistador de tu tiempo.

No nos olvidamos del sur y sus bodegas de vino, aunque en este caso hablamos del vino más dulce. En Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), están las Bodegas Barbadillo y el Museo de la Manzanilla. Una historia de amor por la viticultura que comenzó en 1821 y que podrás descubrir en sus numerosas visitas guiadas con cata. Te recomendamos que hagas la que incluye degustación de aperitivos ibéricos, es lo que mejor combina con la manzanilla.