El otro ángel

EL METRÓNOMO 14/05/2008 04:09

Mucho arte en una gala de altos vuelos

No se puede decir quién puso el arte en la gala no apta para los supersticiosos, la noche del 13 y como siempre en martes. Si acaso podríamos decir quién no lo hizo, y aparte de las finalmente nominadas no se me ocurre nadie más. Este ángel tan imaginario como importante fue anoche generoso en su primera aparición a cara descubierta y cargado de valentía. No escatimo ni un poquito, y eso se lo habremos de agradecer todos.

Hizo este ángel su primera aparición en el número inicial de Mónica Naranjo, la madrina de esta edición, acompañada de todos los alumnos. Menuda forma de empezar la noche, eso sí que es aparecer pronto y por todo lo alto. Como decía el cineasta Cecil B. DeMille "las buenas películas deben empezar con un terremoto y luego ir para arriba", y así fue la película de anoche. Inmensos en ese "Amor y lujo" lleno de intensidad, glamour y arte. Arte es la palabra que mejor definiría la quinta gala, no en vano en el mundo taurino se dice que no hay quinto malo.

Impresionante Anabel

Noelia comenzó las actuaciones de los concursantes y el ángel la rodeo todo el rato, mimándola y meciéndola con su placentera compañía. Después el número cañero de Sandra y Chipper, donde este demostró ser mucho menos versátil de lo que cabía esperar, lo cual probablemente le hace merecedor de una de esas nominaciones preventivas o a modo de aviso. Eso sí, lo de las motos fue espectacular y tal. Pero luego vino Anabel. Estoy tentado de decir que no tengo palabras, pero debo tenerlas. 1

La interpretación de Anabel, cantando el '¿Y ahora quién?' de Marc Anthony, es probablemente una de las más grandes nunca vistas en una gala de este programa. La intención distinta que le supo dar a cada "¿y ahora quién?", su progresión dramática o la desafiante actitud del final, todo ello cantado de una forma muy personal, haciendo suya la canción en todo momento, son los elementos que nos harían decir que fue una buena actuación.

Pero la de Anabel no fue una actuación buena sino un derroche inmenso de arte, una delirante demostración de fuerza y poderío. Con momentos así no solo se erizan los cabellos sino que a más de uno se le caería anoche alguna que otra lágrima de emoción. Puedo asegurar que al metrónomo se le paró el compás, entrando en una suerte de éxtasis que solo son capaces de conseguir los más grandes.

Llegado este punto ya sé que todo lo vivido ha merecido la pena. Los 'castings', las clases, los desvelos de tantos y tantos... Todo vale si en algún momento ve uno la llegada de ese ángel que ayer embargaba a Anabel, llevándola en volandas al olimpo de los artistas, con la "a" mayúscula, como corresponde a la "a" de arte. Ahora ya pueden cerrar la academia, si quieren, o dejarles allí dentro y tirar la llave al mediterráneo. ¿Qué más da? Si ya hemos visto un ángel subido al escenario. Y esto no se ve todos los días.

El lado más débil

Anoche hasta los más débiles, aquellos que se habían mostrado inseguros o poco confiados durante la semana, se contagiaron de tanto arte, dejándose tocar por el ángel. Un Manu amonestado levemente por el jurado junto a una Mimi injustamente nominada. El Reke mediocre pero siempre correcto y resolutivo con la mejor Virginia que hemos visto hasta ahora, si bien lo dura que afortunadamente se está poniendo la competencia la llevó al banquillo de los nominados (una semana más compuesto por cuatro mujeres). Ese Iván tan artista siempre, al tiempo que inseguro y protestón, ayudando a disimular con su voz las incorrecciones de Esther, la otra nominada final junto con Virginia. Y Pablo, claro, el Fred Astaire de la academia. 2

Dejaron su intervención para cerrar la gala y no fue por sorteo ni por casualidad. La expectación creada no fue defraudada por un Pablo que está en la estratosfera siempre. Escucharle al piano es un placer, cantando puede con todo, y bailando... bueno, bailando estuvo gracioso y mucho más que digno. Lo mejor fue en la pirueta final, cuando debía terminar el número encima de varios bailarines y perdió el equilibrio, estando a punto de caer al suelo. Afortunadamente pudo agarrarse a la cabeza de uno de ellos y ahí sí que vimos sonreír a Pablo. Bendito error que le hizo sacar la sonrisa en el momento final, y con él sonreímos todos de forma cómplice.

Las nominadas cerraron la gala, modificando de nuevo la estructura de un programa que ofrece cada vez más una cierta imagen de caos. No hay una gala igual a la otra, y eso ha de despistar a la audiencia. Tania G., la expulsada, estuvo tan regular como hasta ahora pero dejó un considerable buen sabor de boca al firmar su mejor actuación la noche que se despedía. Su tocaya, Tania S., nominada y salvada por sus compañeros (solo Manu, gran compañero de juegos de las Tanias; y Reke, su compañero esta semana, salvaron a Virginia), logró también la mejor de sus actuaciones, y en su caso además fue mucho mejor que aceptable, dejándose acariciar también por el ángel protagonista de la noche.

Sobre mierdas y basuras

Evaristo , ese miembro del jurado que salpica con su caspa a la Galera cada martes, nos llamó ayer coleccionistas de basura a los seguidores de Operación Triunfo. Eso sí, estaba utilizando una metáfora rica en matices, más propia de Góngora y Quevedo que de un maldito diablo televisivo. No quiero poner al Metrónomo al nivel de este sujeto, que en el suelo hay más vibraciones y no me conviene nada. Solamente subrayo lo que le contestó un casi siempre acertado Llàcer, subrayando su incoherencia al abroncar a una concursante por faltar al respeto al jurado, cuando él acababa de llamar "mierda" a Tania G., y por extensión a algunos otros concursantes. 3

De acuerdo que esto es un espectáculo, una especie de moderno circo en el que yo mismo participo. Pero eso es una cosa y otra pasarse de la ralla, y el más famoso de los miembros del jurado anda bastante pasadito. Las 'ristadas' hacen gracia a muchos, entre los que lamento no encontrarme, y es que me da igual que llame "consolador" a Lorena o "yogur pasado de fecha" (juraría que esto ya lo ha dicho) a Virginia, porque las bromas que lleva escritas con letra de imprenta me parecen muy del montón. Es el mediocre que llama a los demás mediocres, como un borracho se lo llama a otro. Anoche le decía a Iván que había tenido una actuación "miserable", propia de un "fantasma, y no precisamente de la ópera" y que por culpa de esta "hoy no me puedo levantar". Muy ingenioso, como puede verse.

Los bebés vibran con OT

Y termino con una sonrisa contando algo con lo que también acababa anoche el 'chat' que sigue a la gala. Antes de esto que voy a contar, una señora había dejado un mensaje de voz a Anabel para decirle que su hijo de siete meses se emociona al escucharla cantar, lo cual es un piropo no por exagerado menos amable. En el último minuto, otro mensaje de voz deja alucinado a Pablo. Primero, Llàcer le había adelantado erróneamente que era de un familiar suyo, y es que además lo que escuchamos fue tan cómico que no sé si llegó a captar el mensaje.

La señora le dice a Pablo que está embarazada de ocho meses (por un momento se me volvieron a parar los pulsos pensando si no le iba a decir que el hijo era suyo), y que su bebé (nasciturus, según denominación legal) se emociona cada vez que lo escucha. Me parto (esto es literal y nada irónico).