Aurah Ruiz no pierde sus glúteos en 'Supervivientes': la operación por la que no pudo sentarse durante un mes

Los espectadores de 'Supervivientes' se han percatado de que Aurah Ruiz no deja de perder peso, pero mantiene sus glúteos. No se trata de un milagro natural, sino a que la canaria se sometió hace tres años a una operación estética, por la que estuvo sin poder sentarse, y que le ha permitido mantener su impresionante palmito a pesar de los estragos de la hambruna. Ésta es una de las múltiples operaciones estéticas a las que se ha sometido durante los últimos años.

La intervención tuvo lugar hace tres años

La operación de cirugía plástica tuvo lugar en otoño de 2021, tras salir del reality 'La Casa Fuerte', y los usuarios de las webs de Telecinco pudieron vivirla prácticamente en directo gracias a su exitoso canal de Mtmad. El retoque consistió en la extracción de grasa de las cartucheras y el vientre y su posterior reubicación en los glúteos. Gracias al buen hacer de su cirujano la mujer de Jesé Rodríguez luce desde entonces unas nalgas redondeadas y voluminosas a prueba de ayunos.

Un postoperatorio muy complicado

A pesar de que Aurah quedó encantada con el resultado, la operación le conllevó algunos sinsabores. La exparticipante de 'MyHyV' no pudo sentarse durante un mes para evitar que su culo acabase deformado. Esta premisa le obligó a estar durante semanas sin poder salir de casa y no podía ni siquiera lavarse su preciada cabellera. “Tenía que dormir boca abajo porque además dolía muchísimo”, declaraba entonces.

“Estoy comiendo de pie, durmiendo bocabajo, sin poder conducir ni sentarme y sin salir de casa”, lamentaba la canaria ante las cámaras sin perder la sonrisa. “Me quedé muy débil y tuve tomar hierro porque no tenía energía”, añadió. El postoperatorio también le obligó a cancelar su fiesta de cumpleaños porque al no poder sentarse era imposible que tomase un avión para volver a su casa.

Jesé se mantuvo al pie del cañón

Según comentó entonces, su pareja Jesé Rodríguez estuvo a su lado durante el complicado posoperatorio atendiendo los cuidados que necesitaba: masajes, fajas y atenciones. “Lo tengo amargaíto”, declaraba en plena convalecencia. “¡Me tiene loco!”, protestaba él.

Al final el proceso mereció la pena y tanto Aurah como Jesé acabaron encantados con el resultado que tres años después le ha permitido lucir curvas en los Cayos Cochinos.