Christian Gálvez: Estás más flaco y más rubio. Matías: El agua de mar y el sol. Los surfistas nos ponemos rubísimos.
C.G: Seguro que Pepa te hace algo más que una paella para felicitarte...
M: Eso espero. El hambre es fortísimo. Las tripas se te retuercen. Me busqué la vida, pero pensé que era más fácil. El tema del hambre es durísimo.
C.G: Has hecho una fuerte amistad con Álvaro, ¿no?
M: Sí. ¡Gordito! Me puse muy triste cuando se fue. La segunda semana estuve con él y mi máxima ilusión era que estuviese conmigo en la final. Me daba igual que ganase él. Era un luchador nato que le demostró a todos que era el más fuerte. Me sorprendió con la fuerza que tiene. Es un guerrero. Se tendría que haber llevado todas las pruebas de líder el mamonazo.
C. G: ¿Y qué me dices de los pactos?
M: No hay mucho que decir. Nos unimos por algo natural. Somos de la misma franja de edad. Cada uno se unió a las personas más afines. Ir a Playa Uva con él nos unió mucho. Nos reímos a más no poder. Una unión hasta el final. Tuve bien claro que no le iba a nominar.
C. G: ¿Y te molestó que fuese siempre el líder?
M: No me molestó que ganase todas las de lider. Para mí era bueno porque no me iba a nominar. Si se hubiese quedado hubiésemos competido de hombre a hombre.
C. G: ¿Y sobre el robo del pan?
M: Soy la pieza que falta en el puzzle. Fue cosa de Ivonne. Yo realmente creo que lo tiró. O no sé si se mezcló con el pan que teníamos de días antes, que lo estábamos administrando. Y después siguieron cayendo más panes de una marca hondureña. Muy rico. Aunque tenía corteza.
C.G: ¿Siempre tienes buen humor?
M: Sí, bueno. Intento sacar las cosas positivas de todas las situaciones. Lo que crea la gente, no entro. Cada uno es libre. La gente que me conoce realmente sabe cómo soy. Yo lo respeto.
C.G: Aquí tienes un aplauso de todos.