El control de la mafia sobre las familias que intentan cruzar el río Bravo para llegar a Estados Unidos: "Si regresamos a nuestro país, nos matan a todos"

  • Miles de personas intentan cruzar cada día los 70 metros del río Bravo para llegar a Estados : "Tenemos que pagar más de mil dólares"

  • La mafia controla las personas que cruzan el río y el resto vive en un campamento en el que cobran alquiler a las familias desesperadas

  • Renata, desde Honduras: "Si regresamos a mi país, nos matan a todos... a mi hijo lo mataron porque no se quiso meter en los Maras"

El reportero de 'El programa de Ana Rosa' se desplaza hasta Reynosa, en la frontera entre México y Estados Unidos, para mostrar el drama que están viviendo miles de personas que intentan cruzar de forma desesperada el río Bravo en busca de un futuro mejor.

El periodista acude hasta el punto donde los migrantes saltan al río sin temer por su vida o por salvar la de sus hijos: "Aquí cada día se lanzan cientos de migrantes para intentar cruzar los 70 metros de ancho del río y poder alcanza así el sueño americano". Tras esto, se muestran unas duras imágenes en las que se palpa la desesperación de las familias, bebés metidos en maletas flotando por el agua o niños nadando sin parar en busca de un futuro lejos de los cárteles, las drogas y su propia muerte.

A escasos metros del río, las propias mafias mexicanas son las que han construidoun campamento con casas prefabricadas o hechas por lonas. Ahí viven familias completas, venidos de todos los lugares de centro américa y que estén esperando su momento para saltar. "Llevamos viviendo aquí cinco meses, en infraviviendas alquiladas a las mafia, esperando la oportunidad para cruar", decía una señora. Tras esto, confirmaban al reportero que para cruzar el río deben "pagar más de 1.000 dólares" a la mafia porque ellos controlan el paso del río.

La historia de Renata y su familia: "Si regresamos a nuestro país, nos matan a todos"

Renata accede a hablar con el reportero y le explica la historia de toda su familia que se encuentra al completo en el campamento creado por las mafias mexicanas. "Me encuentro un poco bien y un poco mal. He venido con mis dos hijas, tres nietos, un bisnieto de dos años...", comenta con la voz rota.

"Nostoros vinimos de Honduras porque tuvimos problemas, a mí me mataron a un hijo porque no se quito meter a las Maras", explica con el gessto serio. Tras esto, deja claro cual es el futuro de la familia: "Regresar a nuestro país no podemos, porque si regresamos nos van a matar a todos...".

La hija de Renata no puede contener las lágrimas mientras explica el sufrimiento que están viviendo y la entrevistada comenta: "Hemos llorado lo que te imaginas, estoy en manos del Señor". Por último, el reportero se sorprende al ver la cantidad de niños malviviendo en el campamento y luchando por un futuro mejor. Una madre, con dos niños en brazos, confiesa: "Hago esto para buscar un vida mejor para mis hijos".