La realidad en la que vive Yoko Ono: en una granja y afrontando una misteriosa enfermedad

Yoko Ono
Yoko Ono, en una imagen de archivo.. Cordon Press
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Quizá a sus 91 años de edad, la relevancia de Yoko Ono haya menguado y las nuevas generaciones ni siquiera sepan de su existencia. De hecho, es más que probable que ni siquiera sepan quién fue John Lennon o quiénes fueron Los Beatles. Pero lo cierto es que la artista multidisciplinar, hoy recluida en una granja debido a su enfermedad (nunca ha querido concretar cuál padece), marcó gran parte de la historia de la cultura pop del siglo XX. Y ya no solo por su matrimonio con el músico, sino porque fue una de las primeras mujeres de dicha cultura pop en ser vilipendiada y reducida a 'mujer de' simplemente por el hecho de tener ideas propias. Este domingo 8 de diciembre se cumplen 44 años del asesinato de John Lennon y queremos aprovechar para recordar la vida de la mujer que siempre estuvo a su sombra. 

Yoko Ono en una imagen de archivo.
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Ono no necesitaba a Lennon para hacerse famosa, ni mucho menos. Cuando conoció al integrante de Los Beatles, ella ya tenía una carrera a sus espaldas, y de hecho, muy interesante. Formaba parte activa del movimiento Fluxus (en latín significa 'flujo') que surgió a comienzos de los 60 en Estados Unidos casi como respuesta al Dadaísmo. Era una de sus miembros más reconocidos, y también de las primeras en experimentar con dicho movimiento, en el que se buscaba desproveer al arte de su carácter de 'mercancía'. Buscaban cambiar el mundo, luchar contra el capitalismo, y explorar nuevas vertientes artísticas. No todo el mundo fue capaz de entender lo que querían, pero sentaron las bases para nuevas ramas del arte que llegarían en los 70 y 80. Aunque realmente ella nunca se sintió parte del movimiento, porque quería seguir siendo una artista independiente.  

Yoko Ono en una de sus primeras performances.
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Nacida en Tokio en 1933, vivió de primera mano los bombardeos de la II Guerra Mundial, llegando a vivir en un búnker y a mendigar por comida debido a los estragos de la guerra. Su familia se trasladó a Nueva York poco después y Ono, tras estudiar en la escuela Gakushūin (una de las más exclusivas de Tokio) y licenciarse en Filosofía, decidió unirse a principios de los 50 a su familia en la ciudad estadounidense. Si quería poder crecer como artista, era su primer paso. Allí conoció a artistas como John Cage o George Maciunas, el fundador del movimiento Fluxus y quien le consiguió su primera exposición individual en su Galería AG de Nueva York en 1961. Año en el que también participó con su primera performance pública en el Carnegie Hall. 

El encuentro con John Lennon 

Pero lo que marcó su vida y su imagen pública fue su relación con John Lennon, al que conoció en 1966 durante una de sus obras artísticas, en las que invitaba a la gente a clavar un clavo en un tablón de madera. Lennon quiso clavar uno, pero Ono se lo impidió en un principio, hasta que acabó aceptando si le daba cinco chelines a cambio. "Te daré cinco chelines imaginarios y clavaré un clavo imaginario", le respondió Lennon. Su sinergia creativa fue arrolladora. Pocas veces se ha visto un matrimonio de artistas tan compenetrado como lo estuvo el formando por Lennon y Ono. La influencia de la artista fue tal en el compositor y cantante, que se vio reflejado en la propia obra de Los Beatles, como por ejemplo en los cortes experimentales del revolucionario 'The White Album'.  

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El interés mediático jugó un papel clave en su relación

Pero el público solo veía a una mujer que absorbía demasiado a Lennon, ya que estaba presente en todas las grabaciones del grupo, e incluso en todas sus apariciones en público. Tras el famoso viaje a la India de los cuatro artistas, Lennon se volvió mucho más radical con su pensamiento político, levantándose activamente contra la Guerra de Vietnam, y experimentando cada vez más con su sonido, creando su propio proyecto en solitario, bautizado como 'The Plastic Ono Band', con el single 'Give Peace a Chance' que fue un auténtico éxito.

Los rumores de separación de Los Beatles cada vez eran más fuertes y, cuando llegó el inevitable momento, hubo una culpable a la que acusaron todas las miradas: Yoko Ono. Aunque también el odio de los fans se centrara en Paul McCartney, cuando era el único que había luchado por mantener a la banda unida.

Yoko Ono y John Lennon revolucionaron el mundo con esta histórica portada.

Tras idas y venidas en su matrimonio (con una infidelidad por parte de John Lennon entre medias), la pareja se consolidó como una de las duplas musicales más interesantes de los 70. Su sencillo 'Happy Xmas (War Is Over)' es un himno antibélico y navideño a partes iguales. Además de la considerada mejor portada de la historia: la fotografía que unía a Yoko con un John Lennon desnudo abrazándola, inmortalizado por Annie Leibovitz para la revista Rolling Stone. Pero en 1980 tendría lugar la tragedia.

Mark David Chapman, un fan confeso de Lennon, le asesinó a tiros junto al edificio Dakota, mientras llevaba una copia del libro 'El guardián entre el centeno'. La muerte de Lennon conmocionó al mundo, y marcó a Yoko Ono de por vida. Publicó el disco 'Season of Glass' un año después de su muerte, y no ha dejado la música en todo este tiempo. Aunque su estrella fue desvaneciéndose con el paso de los años, ha conseguido mantenerse en el mundo del arte haciendo lo que le gusta, nunca renunciando a lo que la hacía auténtica.  

La suya sigue siendo una de las parejas más icónicas de la historia del pop

Por el camino, se reconcilió con Paul McCartney (ambos nunca se llevaron bien) para el proyecto 'The Beatles Anthology' lanzado a mediados de la década de los 90. Y, en los últimos años, muchas de las actuaciones de Ono se hicieron virales en redes. Como, por ejemplo, cuando cantó su propia versión de 'Firework' de Katy Perry en 2012. Actualmente vive en una granja que compró con Lennon, debido a sus problemas de salud. Incluso tuvo que ceder sus millonarios negocios a Sean, el hijo en común con John, al no estar ya en condiciones de llevarlos ella. Lo cierto es que el mundo le debe una disculpa a la artista, al haberla mantenido siempre a la sombra del cantante de Los Beatles, y siempre poniéndola en la diana. Por suerte, el tiempo la ha puesto en su lugar, y ya nadie la culpa de la separación del grupo más famoso de la historia. De hecho, cada vez se reconoce más su influencia en el salto experimental del cuarteto de Liverpool. 

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