La confesión más dura de Jesús Calleja a Carlos Franganillo tras ayudar a los afectados de la DANA: "Me he roto"

La confesión más dura de Jesús Calleja a Carlos Franganillo tras ayudar a los afectados de la DANA: "Me he roto"
Jesús Calleja y Carlos Franganillo en el helicóptero de ‘Volando voy, volando vengo’. Informativos Telecinco
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Jesús Calleja vuelve este jueves a Telecinco con su nuevo programa, 'Volando voy, volando vengo'. El aventurero de 60 años promete traer más emoción que nunca. Para el primer episodio ha elegido dirigirse a uno de los lugares más devastados por la DANA en la provincia de Valencia; la localidad de Sot de Chera. Carlos Franganillo se ha subido con él en su nuevo helicóptero.

¿Qué tiene de nuevo esta aventura de Jesús Calleja? El aventurero vuelve sin cohete, pero con helicóptero. Como bien dice el leones: "Siempre estamos en las nubes". "Lo más relevante de todo es que se llama 'Volando voy, volando vengo'. Estamos en Telecinco y son muy ambiciosas las emisiones. O sea, el nivel de ambición es tan tan elevado que os vais a preguntar cómo es posible que hayamos hecho esto. Cambiamos la vida de las personas. Es tan bestia todo lo que va a pasar en este programa que el nivel de emoción nos marca", detalla Calleja.

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El programa de 'Volando voy, volando vengo' trata la tragedia de la DANA en Valencia

El programa de 'Volando voy, volando vengo' tendrá dos capítulos dedicados a la DANA, una tragedia enorme que queda en la historia con muchísimo dolor. El aventurero lo ha palpado de cerca: "Lo hemos palpado de cerca. A veces llegas un momento que te saturas y dices 'ya está', 'yo no puedo recuperar mi vida', 'no puedo recuperar mi negocio', 'estoy hundido', 'no acabo de avanzar'... Y a esas personas, o esa persona, la vamos a dar una sorpresa que ni se imagina. De hecho la sacamos de su lugar con un poco de gancho que tenemos de algún familiar y lo que se va a encontrar es increíble", precisa Calleja.

"Porque ella está bloqueada, de 'no voy a tener mi vida', 'no voy a tener mi casa', 'no voy a tener mi negocio'... Y cuando vea lo que ocurre, no se lo va a esperar. Vas a llegar al límite, o sea, te vas a romper. Yo me he roto. Yo, hablando, ha habido un momento que no he podido ser lo suficientemente profesional para encajar y aguantar. Y no he podido continuar. Y he visto cosas. Pero, además de hacer televisión y ser un programa de entretenimiento, hagamos más, dejemos un legado, dejemos un poso, dejemos una huella. Que la televisión sea constructiva y sea muy poderosa y cambie cosas", añade el aventurero.

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Carlos Franganillo se ha subido a bordo del nuevo helicóptero de Calleja, que lleva 18 años pilotando helicópteros y 37 aviones (avioneta). Sentarse con él allí es casi como el diván del psiquiatra. Cuando alguien se sienta, la entrevista es distinta a si se hace en tierra: "No tiene nada que ver la magia que se produce en helicóptero cuando tú charlas con alguien, que no las llamo entrevistas. Yo llego a un pueblo e imagínate gente o personas que montan aquí, que nunca volaron en su vida e incluso algunos me han contado esa temporada que ni siquiera han ido a una capital de provincia. Tiene la sensación de que nadie lo observa y entonces habla contigo. Habla de verdad. Dicen 'te lo voy a contar porque estoy viendo mi pueblo, estoy alucinando y volando'".

La reflexión tras su viaje al espacio: "Tengo la sensación de que incluso hay más después de la muerte"

El nuevo programa tratará de explotar las emociones, como un niño pequeño que está en una montaña rusa. "Es un plato volador que que hace magia", precisa Calleja, que también ha contado brevemente cómo le ha cambiado su vida desde su experiencia en el espacio exterior.

"Te diría que, sabiendo que existía el efecto perspectiva, ha sido tan poderoso también ese efecto perspectivo que soy más feliz. No porque haya ido al espacio, sino por lo que vi. Que tenemos ese milagro de en ese espacio tan hostil y que tengamos la oportunidad de vivir... Es más, me he ido un poco al lado metafísico. Tengo la sensación de que incluso hay más después de la muerte. Y no hablo de religión", relata el aventurero.

"Tiene que haber algo más, es demasiado perfecto todo. Ahí arriba sientes esa parte desde el ángulo de la física, que somos todo átomos. Y los átomos no se pueden destruir, son eternos desde el día que se produjeron hace 13.800 millones de años. Y de alguna razón no nos vamos a morir. Aquel viaje al espacio fue muy bonito y muy profundo, muy emocional y muy vital", sentencia Calleja.