Enrique de Luxemburgo abdica en favor de su hijo Guillermo, nuevo gran duque: los detalles de la ceremonia
El relevo de padre a hijo se ha desarrollado en una serie de actos solemnes en la capital ante los miembros de algunas casas reales europeas
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Luxemburgo ya tiene nuevo gran duque. El país vive este viernes 3 de octubre una jornada histórica. Enrique de Luxemburgo, que ocupaba el trono desde hace 25 años, ha abdicado en favor de su hijo mayor, Guillermo. El relevo se ha desarrollado en una serie de ceremonias solemnes y actos públicos desarrollados en la capital.
La abdicación había sido anunciada en el discurso de Nochebuena de 2024, cuando Enrique confirmó que dejaría el trono en el mes de octubre del año siguiente. Desde octubre del año pasado, Guillermo ya ejercía como 'Lieutenant-Représentant', una figura cercana a la regencia, lo que le permitió asumir muchas de las funciones cotidianas del soberano.
Y ahora, tras casi un cuarto de siglo de reinado, Enrique ha decidido seguir el ejemplo de su padre, el gran duque Juan, y transmitir el gran ducado a la siguiente generación.
Ceremonia de abdicación y de juramento
La ceremonia ha comenzado a las diez de la mañana en el Palacio Gran Ducal con la firma del Acto de Abdicación, en la que Enrique ha cedido formalmente sus poderes a su hijo, quienes han intercambiado besos y abrazos.
A las once en punto, Guillermo ha acudido a la Cámara de Diputados para prestar juramento ante los parlamentarios.
En presencia del presidente de la Cámara, Claude Wiseler, y del primer ministro, Luc Frieden, ha pronunciado unas palabras que lo consagran como nuevo gran duque de Luxemburgo.
Tanto María Teresa, la esposa de Enrique, como su nuera y nueva gran duquesa, Stephanie de Lannoy, han elegido vestidos largos para la ocasión, en color vino y azul respectivamente.
A partir de ahora, el hijo mayor de Guillermo, el pequeño Charles, de tan solo cinco años, se convierte en el heredero más joven de Europa.
Invitados
Hasta allí se han desplazado algunas casas reales españolas, entre otras, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda junto a la princesa Amalia, así como los reyes Felipe y Matilde de Bélgica y su hija Elisabeth.
También han acudido autoridades europeas, como la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, así como antiguos primeros ministros del país como Jean-Claude Juncker y Jacques Santer.
En nuestro caso, ni el rey Felipe ni la reina Letizia han estado presentes, ya que solo han sido invitadas las monarquías más cercanas al gran ducado.
El programa
Tras la ceremonia de juramento de Guillermo e izarse la bandera con su monograma, los festejos adquieren un tono más popular. Hacia las 12:15, la familia gran ducal aparece en el balcón del Palacio Gran Ducal, saludando a los ciudadanos congregados en el centro de la capital.
Se trata de la primera imagen oficial de Guillermo como gran duque, acompañado por su esposa y por los miembros más cercanos de la familia.
Pasado el mediodía, las autoridades se trasladarán al Ayuntamiento de Luxemburgo, donde en torno a las 13:00 horas tendrá lugar una recepción oficial. La alcaldesa de la ciudad, Lydie Polfer, ofrecerá un mensaje de bienvenida al nuevo gran duque, subrayando la continuidad institucional y el vínculo entre la Corona y la capital.
Veinte minutos más tarde, Guillermo saldrá a la Place Guillaume II, donde mantendrá un breve encuentro con los ciudadanos que quieran acercarse a saludarle.
La jornada institucional proseguirá con una recepción organizada por el Gobierno en el Cercle Cité, un espacio histórico de la capital. Allí, el nuevo gran duque charlará con representantes políticos, diplomáticos y sociales del país.
La celebración culminará por la noche con una cena de gala en el Palacio Gran Ducal, a la que están invitados jefes de Estado y representantes de distintas casas reales europeas.
El traspaso de poderes no se limita a un solo día. Durante el fin de semana, Guillermo y Stephanie participarán en varios actos públicos en diferentes localidades, con el objetivo de acercar la celebración a toda la ciudadanía.
Habrá visitas a municipios, misas solemnes y encuentros con representantes de la sociedad civil. El Gobierno luxemburgués ha querido que esta transición tenga un carácter participativo y festivo, más allá del protocolo institucional.
De este modo, la abdicación de Enrique marca el final de un ciclo que comenzó el 7 de octubre de 2000, cuando sucedió a su padre. Ahora, el país abre una nueva página con Guillermo, de 43 años, como jefe de Estado.
El nuevo gran duque, formado en Historia y Relaciones Internacionales, está llamado a reforzar la imagen de un ducado moderno y cercano a la sociedad.