Exclusiva | La confesión del ladrón de Iker Casillas: “El único culpable soy yo, mi mujer no sabe de relojes”
Portero de la finca del exfutbolista, admite haber robado dos relojes valorados en 26.000 euros y exculpa a su esposa
El hermano de uno de los presuntos ladrones de los relojes de Iker Casillas desmiente el robo: "Es todo mentira"
‘El tiempo justo’ ha logrado en exclusiva la confesión del hombre acusado de robar varios relojes de la casa de Iker Casillas. Se trata de Carlos, portero de la finca donde reside el exguardameta, quien ha admitido ante las cámaras haber sustraído dos de las piezas. Según su testimonio, lo hizo agobiado por las deudas y asegura sentirse “arrepentido” de sus actos.
El robo salió a la luz esta misma mañana, cuando la policía detuvo a Carlos y a su esposa, Liliana, empleada del hogar del futbolista, después de que Casillas denunciara la desaparición de cinco relojes de lujo de su domicilio.
Sin embargo, en la declaraciones al reportero de ‘El tiempo justo’, el portero de la finca insiste en que solo él es responsable y que su mujer desconocía por completo lo ocurrido.
Una confesión inesperada ante las cámaras
Álex, reportero del programa, consiguió acceder al domicilio del acusado tras ser invitado por él mismo. “Quería contar su versión”, explicaba el periodista. Lo que nadie esperaba era que la conversación, de más de una hora, acabaría convirtiéndose en una confesión en toda regla.
“Yo lo reconozco, lo digo. Si la verdad hay que decirla, el único culpable soy yo”, admitía Carlos ante la cámara. Según su relato, Liliana bajó los relojes a petición suya, supuestamente para que él los viera, y fue entonces cuando realizó un intercambio con copias falsas sin que ella se diera cuenta. “Ella no entiende de relojes”, insistía, “pensaba que era el mismo”.
“Lo hice por las deudas”
Durante la entrevista, Carlos explicó que vendió los dos relojes en una casa de compraventa por 26.000 euros, y que el dinero lo destinó a saldar deudas acumuladas por créditos y préstamos. “Se me juntó todo, las tarjetas, los préstamos, y no tenía salida”, confesaba visiblemente afectado.
El acusado aseguró que se enfrenta a una posible condena de 18 meses de prisión, y aprovechó para reiterar su arrepentimiento. “Nunca lo hubiera hecho, no por el señor Iker, sino por ella”, dijo, refiriéndose a su mujer.
El ladrón desvela cómo era su relación con Casillas y Sara Carbonero
En un nuevo fragmento emitido por ‘El tiempo justo’, Carlos ha aportado más detalles sobre la estrecha relación que mantenían tanto él como su esposa con Iker Casillas y Sara Carbonero.
Según cuenta, Liliana comenzó a trabajar para la pareja hace siete años, cuando aún vivían en Oporto, y desde entonces continuó ocupándose de las labores domésticas, primero en Portugal y luego en Madrid.
“Ella empezó a trabajar con ellos en Oporto, en su casa. Desde entonces siguió con Iker hasta ahora”, explicaba Carlos, quien asegura que su mujer se ocupaba de dos viviendas, la de Casillas y la de Carbonero, por un sueldo total de 1.500 euros mensuales.
El portero de la finca describió la relación con el exfutbolista como “normal” y “cordial”, aunque reconoció que el trato cambió tras el robo: “Antes la trataba muy bien, pero después de esto empezó a tratarla mal, iba a revisar la casa para ver si había más cosas sustraídas”.
Carlos también quiso enviar un mensaje directo al exportero: “Que no culpe a su chica de servicio. Ella no tenía nada que ver. Yo la utilicé y me arrepiento”.
Carlos planea marcharse de Madrid tras el escándalo
En la entrevista, Carlos también reveló su intención de abandonar Madrid junto a su esposa Liliana, después de haber sido despedidos de sus trabajos tras el robo. Ambos llevan dos años casados y se conocieron precisamente en la finca donde trabajaban para Iker Casillas.
Según explicó, están atravesando una situación límite: la justicia les ha retirado el pasaporte y les solicita una pena de 18 meses de prisión a cada uno.
“No vamos a quedarnos aquí, nos vamos a ir, queremos desaparecer”, confesó el acusado al reportero de ‘El tiempo justo’. A pesar de no tener antecedentes, reconoció sentirse marcado por lo ocurrido: “Ya queda tu nombre manchado”.
