La oscura relación entre los efectos del azúcar y la salud mental

Los efectos perniciosos del azúcar en el cuerpo
Los efectos del azúcar en el cuerpo están siendo más estudiados. Getty Images
Compartir

El consumo de azúcar ha sido objeto de numerosas investigaciones debido a sus efectos perjudiciales sobre la salud física, como la obesidad y la diabetes. Sin embargo, en los últimos años, se ha puesto de manifiesto su impacto negativo en la salud mental. Diversos estudios sugieren que una dieta alta en azúcar puede contribuir significativamente a problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el deterioro cognitivo. 

Esta es en realidad una relación de lo más compleja que conviene entender a fondo, junto a los mecanismos subyacentes que explican cómo el azúcar afecta al cerebro y al estado emocional.

PUEDE INTERESARTE

Efectos del azúcar en la función cerebral

El azúcar activa el sistema de recompensa del cerebro de una manera similar a las drogas más adictivas. Este efecto es tan potente que, en estudios con animales, incluso cuando se desactivan los genes responsables de detectar el sabor dulce, estos siguen prefiriendo el agua azucarada en lugar de la endulzada artificialmente, y la culpa es de la estimulación del circuito de recompensa en el cerebro. 

PUEDE INTERESARTE

Este sistema, más allá de nuestra consciencia, está biológicamente diseñado para buscar el azúcar, lo que puede llevarnos fácilmente a tener un consumo excesivo y ponernos de mochila una adicción similar a la de otras sustancias nocivas.

El azúcar y la depresión

Numerosos estudios han encontrado una relación significativa entre una dieta alta en azúcar y un mayor riesgo de depresión. Un estudio destacado encontró que los hombres que consumían más azúcar tenían un 23% más de probabilidades de desarrollar trastornos mentales comunes durante un periodo de cinco años. Esta relación además no se limita a la depresión, sino que también incluye una mayor incidencia de ansiedad. La explicación detrás de este fenómeno incluye varios mecanismos biológicos:

PUEDE INTERESARTE
  • Inflamación: El consumo elevado de azúcar puede aumentar los niveles de inflamación en el cuerpo, lo que está directamente relacionado con la depresión. La inflamación crónica afecta la función del cerebro y puede contribuir a los síntomas depresivos.
  • Neurotransmisores: El azúcar puede alterar los niveles de distintos neurotransmisores como la dopamina y la serotonina y estos son cruciales para la regulación del estado de ánimo. Estos cambios pueden llevarnos a entrar en un ciclo de consumo excesivo de azúcar para tratar de mejorar temporalmente el estado de ánimo, consiguiéndolo durante un corto periodo de tiempo, para continuar con una caída que empeora la depresión a largo plazo.

Efectos del azúcar en la cognición y la memoria

El impacto del azúcar no se limita al estado de ánimo, ya que también puede afectar significativamente a la función cognitiva y a la memoria. Distintas investigaciones han mostrado que una dieta alta en azúcar puede poner en compromiso la memoria y también disminuir la capacidad de aprendizaje. 

Por un lado conviene reseñar que incluso una elevación temporal del azúcar en la sangre puede ralentizar la función cognitiva y provocar déficits en la memoria. Estos efectos pueden ser tan graves como los causados por el estrés durante la infancia. Por el otro, es importante tener en cuenta que el consumo crónico de azúcar puede reducir la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro, una proteína esencial para la formación de nuevos recuerdos y el aprendizaje. Niveles bajos de esta proteína están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar demencia y alzheimer con el tiempo.

Estrategias para reducir el consumo de azúcar

Dadas las crecientes evidencias de los efectos negativos del azúcar en la salud mental, es importante tomar consciencia de su consumo, y adoptar estrategias para cantidad que ingerimos de este. Para ello existen una serie de prácticas que podemos llevar a cabo, y que debemos mantener en el tiempo para que sirvan a su propósito.

  • Leer las etiquetas de los alimentos: Familiarizarse con las diferentes formas en que el azúcar aparece en las etiquetas nutricionales de los productos puede ayudar a evitar los azúcares ocultos.
  • Optar por alimentos naturales: Fomentar el consumo de alimentos no procesados como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros que habitualmente tienen menos azúcar y más nutrientes.
  • Limitar las bebidas azucaradas: Reducir el consumo de refrescos, zumos y tés endulzados puede ayudar a disminuir significativamente la ingesta de azúcar.
  • Cocinar más en casa: Preparar comidas en casa permite un mejor control de los ingredientes y, por lo tanto, del contenido de azúcar que tomamos.
  • Usar edulcorantes naturales: Reemplazar el azúcar por alternativas naturales como frutas, canela o vainilla puede ayudarnos a satisfacer nuestra necesidad de dulce, sin los efectos negativos del azúcar refinado.

Como acabamos de ver, la relación entre el azúcar y la salud mental es compleja y hay muchos factores entrando en juego. Sin embargo, hay que tener presente que la evidencia científica sugiere que una dieta alta en azúcar puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental, incluyendo la depresión y el deterioro cognitivo. 

De esta forma, reducir el consumo de azúcar y adoptar una dieta más equilibrada y rica en nutrientes esenciales puede convertirse en una estrategia eficaz para mejorar tanto nuestra salud física como también la mental. Y es que, con una mayor conciencia y aplicando una serie de cambios dietéticos informados, es posible mitigar los efectos negativos del azúcar y promover un bienestar integral para nosotros y los nuestros.

Suscríbete a la newsletter de Gastro y te contamos las noticias en tu mail.