El fruto seco que más protege tu corazón

El consumo regular de nueces puede mejorar la circulación sanguínea y equilibrar los niveles de colesterol
La cantidad recomendada, por su alto valor calórico, se sitúa en torno a una ración de 30 gramos al día
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Los frutos secos han sido considerados durante siglos como una fuente inagotable de nutrientes y beneficios para la salud. Sin embargo, dentro de este grupo, las nueces se han ganado un lugar privilegiado por su impacto positivo en la salud cardiovascular. Estudios recientes han confirmado que el consumo regular de nueces puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, mejorar la circulación sanguínea y equilibrar los niveles de colesterol. Pero, ¿qué hace exactamente que las nueces sean tan beneficiosas?
Un perfil nutricional único: ¿qué contienen las nueces?
Las nueces son una excelente fuente de grasas saludables, proteínas, fibra y antioxidantes, lo que las convierte en un alimento clave para la salud cardiovascular. Entre sus principales componentes destacan en primer lugar los ácidos grasos omega-3. Además, se da el caso de que las nueces son el único fruto seco con una cantidad significativa de omega-3 de origen vegetal (ácido alfa-linolénico, ALA), siendo este un tipo de grasa esencial que contribuye a reducir la inflamación y mejora la función de los vasos sanguíneos.

También aportan polifenoles y antioxidantes, que son compuestos que combaten el daño celular causado por los radicales libres y protegen las arterias del envejecimiento prematuro. A esto se añade la proteína vegetal y la fibra, que favorecen la saciedad y el control del peso, un factor clave en la prevención de enfermedades del corazón. Para cerrar la ecuación las nueces también contribuyen al aporte de minerales esenciales, ya que contienen magnesio, fósforo y potasio, fundamentales para regular la presión arterial.
Beneficios científicamente probados de las nueces para el corazón
Múltiples investigaciones han demostrado que el consumo de nueces puede tener un impacto directo en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Estos son algunos de los efectos positivos respaldados por la ciencia:
- Disminuyen el colesterol LDL ("malo") y aumentan el colesterol HDL ("bueno"): Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition concluyó que el consumo regular de nueces reduce el colesterol LDL en un 9% y aumenta el HDL en un 6%. Esta mejora en el perfil lipídico ayuda a prevenir la acumulación de placas en las arterias y reduce el riesgo de infarto.
- Mejoran la salud de los vasos sanguíneos: El omega-3 presente en las nueces favorece la elasticidad arterial y mejora la función del endotelio, la capa de células que recubre los vasos sanguíneos. Esto contribuye a una mejor circulación y a una menor probabilidad de sufrir hipertensión arterial.
- Reducen la inflamación y el estrés oxidativo: Las nueces son ricas en polifenoles y vitamina E, dos potentes antioxidantes que previenen el daño celular y reducen la inflamación crónica, un factor de riesgo en enfermedades cardíacas.
- Ayudan a regular la presión arterial: El magnesio y potasio presentes en las nueces contribuyen a mantener una presión arterial estable, reduciendo el riesgo de hipertensión. Un estudio de la Fundación Española del Corazón sugiere que consumir una ración de nueces al día puede disminuir la presión arterial sistólica en personas con hipertensión leve.
Cómo incorporar las nueces a tu dieta diaria
Los beneficios de las nueces se pueden aprovechar al máximo si se incluyen regularmente en la alimentación. La cantidad recomendada se sitúa en torno a una ración de 30 gramos al día, lo que sería el equivalente a unas 7-8 nueces enteras.
Además se trata de un alimento muy fácil de incorporar a nuestras distintas comidas, e incluso como snack entre horas (aunque evitando las versiones con sal añadida). Por ejemplo podemos añadirlas a yogures, avena o los batidos que tomemos al desayunar. También se puede introducir en nuestras ensaladas, por ejemplo combinándolas con hojas verdes, queso fresco y frutas.

Su versatilidad es tal que incluso pueden formar parte de nuestras recetas para platos más contundentes, al incorporarlas en salsas, como el pesto de nueces, o en guisos.
El gran miedo que puede aparecer es que engorden, ya que se trata de uno de los mitos más extendidos, por aquello de que al ser ricas en grasas, pueden favorecer el aumento de peso. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que su consumo moderado no solo no engorda, sino que ayuda a regular el metabolismo y el apetito. De hecho un reciente estudio publicado en la revista Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases concluyó que las personas que incluyen nueces en su dieta tienden a tener un peso más estable y una menor acumulación de grasa abdominal.
Un fruto seco imprescindible para la salud del corazón
Las nueces han demostrado ser uno de los mejores aliados naturales para la salud cardiovascular, gracias a su riqueza en omega-3, polifenoles, fibra y minerales esenciales. Su capacidad para reducir el colesterol, mejorar la circulación, combatir la inflamación y regular la presión arterial las convierte en un alimento clave en cualquier dieta equilibrada. En definitiva, que si hay un fruto seco que deberíamos consumir regularmente para proteger nuestro corazón, son las nueces.
