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El truco para pelar las castañas asadas en casa sin problema

Cómo quitar fácilmente la piel de las castañas con un truco
Cómo quitar fácilmente la piel de las castañas con un truco. getty images
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Con el frío que hace ya en prácticamente toda España apetecen los platos e ingredientes más populares del otoño y del invierno que, aunque parezca mentira, está a la vuelta de la esquina, lo que significa que queda mucho más frío por llegar. Uno de los ingredientes estrella de esta época son las castañas y ya llevan semanas vendiéndose en los puestos de la calle, pero también muchos se decantan por prepararlas en casa y comerlas recién hechas mientras leen un libro o ven una película. ¿El problema? Que pelarlas puede llegar a ser un verdadero quebradero de cabeza.

Lo bueno de las castañas es que no solo se pueden hacer como siempre, en el horno o en la sartén, sino que también existe la posibilidad de hacerlas más rápido en la freidora de aire si tú también has caído en comprarte este electrodoméstico para tu cocina.

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A la hora de pelarlas, aunque se les haga un corte previo al cocinado, suele haber problemas para retirarles bien la piel y al final pasas más tiempo intentando dejarlas completamente limpias que luego comiéndolas. Por eso mismo es importante conocer algunos trucos que te harán pelarlas con gran facilidad y sin complicación alguna.

El paso previo para pelarlas sin problema

Antes de llevarlas a asar, se les hace una incisión en la piel hasta llegar al fruto y se dejan en remojo alrededor de 30 minutos en agua y un poco de sal. Pasado ese tiempo se escurren bien para secarlas y se llevan al horno o a la freidora de aire para cocinarlas como acostumbras.

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Luego deja que se enfríen un poco y, cuando vayas a comerlas, verás que se la piel se desprende de la castaña con gran facilidad, olvidándote de ese calvario que es en muchas ocasiones pelarlas.

El efecto del remojo

¿Por qué este proceso permite pelarlas con más facilidad? El rato que las castañas pasan en remojo consigue que estas no solo se ablanden por fuera, sino que también en las capas más interiores, permitiendo que la propia castaña y la piel no se peguen, por lo que luego, una vez cocinadas, es mucho más sencillo pelarlas y disfrutarlas al momento sin pasar una eternidad retirando la piel.

Además, al pasarlas por agua también descubrirás si hay alguna que está en mal estado. Esto se debe a que las castañas aptas para comer se hundirán, mientras que las que ya se hayan pasado o incluso estén podridas se mantendrán a flote, pudiendo retirarlas para que no se mezclen con las que te vas a comer.