Las tres copas que se utilizan para servir champán y tienes que conocer
Si queremos tomar el champán como corresponde, tendremos que hacerlo de la manera adecuada
Cada vino se toma en una copa específica porque potencia sus cualidades con su diseño
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Las cosas que merece la pena hacer, merece la pena hacerlas bien, pero para ello es importante informarse bien, hasta los más pequeños detalles son esenciales cuando queremos exprimir una experiencia por completo, por pequeña o sencilla que parezca. Es lo que sucede cuando probamos algo nuevo, hacemos una cata o nos preparamos para disfrutar nuestra bebida preferida. Si queremos tomar el champán como corresponde, tendremos que hacerlo de la manera adecuada.
Esto lo vemos constantemente al cocinar, los alimentos no se pueden mezclar sin criterio porque corremos el riesgo de inventar el plato perfecto y que sea imposible de reproducir o preparar un engrudo que después tengamos que comernos. Sucede cuando preparamos un guiso, pero podemos verlo también al preparar algo tan ‘sencillo’ como una tabla de quesos, acompañándolo con los complementos inadecuados, podríamos llevarnos una decepción en lugar de obtener el bocado perfecto.
Si queremos hacerlo bien con el champán, hay ciertas cosas que conviene tener claras, porque es una buena idea potenciar al máximo la experiencia para que sea satisfactoria. Esto es algo que se enseña habitualmente en las catas, cada una de ellas tiene sus rituales y es importante seguirlos, al fin y al cabo están ahí por algo. No es igual una cata de vino que una de aceite, los pasos son diferentes, la forma de apreciarlo también, así como el utensilio que se emplea para disfrutar de ello.
Hay un vaso ideal para el aceite (de hecho suelen emplear uno de color azul porque, al contrario de lo que sucede con otras bebidas, el color del aceite no es relevante para los profesionales), una copa para cada vino y tres opciones diferentes si queremos tomar champán con estilo y degustarlo de la forma correcta.
Las copas que se utilizan para servir champán
Existen vasos diseñados para tomar agua, copas para vino tinto y otras para vino blanco, también hay copas específicas para algunos tipos de cóctel, no sorprenderá a nadie saber que hay tres tipos de copas que son ideales para tomar champán y cualquier otro vino espumoso, opciones que han ido variando a lo largo del tiempo haciendo que actualmente, cualquiera de estas tres sea aceptable, así como algún modelo extra que se puede usar en caso de necesidad. Lo ideal es que las copas que se usen sean de cristal fino, de color transparente y su exterior esté sin tallar.
- La opción clásica o vintage es la copa Pompadour. Esta copa cumple, como no podía ser de otra manera, con los tres requisitos básicos y está específicamente diseñada para beber champán, son muy abiertas, pero recogidas en los bordes. Recibe ese nombre porque, según cuenta la leyenda, Luis XV ordenó la elaboración de estas copas tomando como medida el pecho izquierdo de la cortesana francesa Renee Poisson, a quien se la conocía como Madame Pompadour. Ya no son las más empleadas para tomar champán, pero se las puede considerar como las clásicas.
- Las más extendidas son las copas flauta. Lo más habitual es que si pedimos champán en algún lugar nos lo sirvan en una copa aflautada, con una forma alargada y estrecha, diseñada para que las burbujas puedan subir a la superficie, lo que además resulta estéticamente agradable. Este diseño más cerrado permite que los aromas se concentren más y el largo de su pie hace que al cogerla no se modifique la temperatura de la bebida.
- La nueva tendencia son las copas tulipa. Tienen una forma ligeramente más ancha en el centro y se van estrechando hacia la parte superior, esto hace que, como en la copa flauta, los aromas estén más concentrados y comparte con ambas anteriores el largo pie que permite cogerla sin calentar el champán. Esta es la preferida de los profesionales, porque permite apreciar la bebida en todas sus facetas, visual, olfativa y gustativa.
Existe una opción alternativa si no se tiene acceso a ninguna de estas tres opciones, las copas de vino blanco pueden usarse, por su diseño ligeramente más cerrado en su parte superior. No obstante, teniendo tres opciones perfectamente válidas, estéticamente agradables y elegantes, parece que lo mejor es optar por alguna de ellas a la hora de servir el champán en nuestras noches más especiales.
Si además quieres que todo lo demás también sea perfecto, es importante saber que el champán debería servirse a una temperatura que esté entre los 8 y los 10 grados centígrados. Para ello podemos meterla unas tres o cuatro horas en el congelador y, si usamos una cubitera para ello, sumergirla completamente para que enfríe de forma homogénea. El tapón hay que quitarlo con cuidado, por mucho que disfrutemos el espectáculo de verlo saltar, y las copas se llenan tan solo a dos tercios de su capacidad. Sabiendo todos estos detalles, es imposible que la noche sea otra cosa que perfecta.