Para que el vino esté perfecto es necesario saber cómo conservarlo, pero también servirlo adecuadamente, y con un truco no tendrás problema
El único tinto Ribera del Duero entre los mejores vinos del mundo: "Elegante y fluido"
Las cenas navideñas están a la vuelta de la esquina e igual que hay alguien en tu familia o grupo de amigos que está dándole vueltas al menú que se va a servir, están los que planean qué vinos se van a beber para que maride perfectamente con cada plato y sean al gusto de los comensales. No obstante, de nada vale irte a tu vino de confianza o dejarte un poco más de dinero ante esta cena especial sino se sirve y se trata el vino posteriormente como debe ser. ¿Crees que lo sirves bien? Te ponemos a prueba.

Claves a tener en cuenta
Servir bien el vino es algo esencial para poder disfrutarlo en todo su esplendor y aprovechar cada uno de sus matices. Partiendo de la base, lo mejor es almacenarlas en horizontal para que el corcho mantenga humedad y así se evite la oxidación. Además, hay que saber a qué temperatura conservar cada tipo de vino.
Esto es clave para posteriormente poder detectar sus matices. Por eso un vino blanco lo ideal es que se mantenga entre los 8 y los 10ºC, mientras que los tintos generalmente pueden conservarse entre los 14 y los 18ºC, pudiendo utilizar una funda o una cubitera con hielo para que la botella mantenga el frío durante la cena.

Por su parte, no abras el vino mucho tiempo antes de sentarte a comer, pero tampoco justo cuando va a empezar la velada, sobre todo si necesita respirar un poco para que la potencia de sus matices se pueda percibir. Los vinos blancos y los tintos jóvenes pueden airearse directamente al servirse en la copa, pero un tinto de añadas más antiguas se aconseja abrirlos al menos una hora antes para que puedan airearse bien y a la hora de comer esté en su punto perfecto.
El momento de servir
Por su parte, el experto en vinos Carlos Torrealba señala una clave para que, cuando sirves el vino en la copa, no quede esa gota que cae por la botella y mancha la etiqueta. Para que eso no ocurra y sirvas el vino como un auténtico sumiller da dos claves para sujetar la botella.
La primera es coger la botella por la base o por el cuerpo, pero nunca por el cuello de la botella. En el primer caso, para servir hay que inclinar la botella no desde muy alto, dejando unos centímetros de espacio con la copa, sirviendo el caldo hasta que sea suficiente. Ahí simplemente hay que levantar la botella y ni una bota se habrá salido.

