Un joven acusado de violar a una menor en un crucero sale en libertad porque el suceso fue en aguas internacionales

Todo tuvo lugar a bordo del crucero MSC Divina en un viaje por el Mediterráneo occidental. Concretamente, cuando el buque, de bandera panameña, navegaba a medio camino entre Mallorca y Valencia; es decir, en aguas internacionales, una matización imprescindible para intentar entender, –pese a lo incomprensible–, por qué un joven italiano de 18 años acusado de violar a una británica de 17 ha quedado en libertad mientras continúa una investigación en curso para incriminarle por tales hechos.

Le arrestaron el pasado jueves, después de que el crucero tomase tierra en Valencia y tras avisar el capitán del barco, en aplicación de todos los protocolos, a las autoridades portuarias, que a su vez dieron el aviso a la Policía Nacional y al juzgado de guardia, tal como informa el diario Levante-EVM.

Nada más llegar a tierra, la adolescente, que viajaba junto a sus padres, fue trasladada al Hospital La Fe. Tanto su relato como la comprobación de los médicos sostienen que hubo violencia e intimidación. El presunto violador, contó la joven, la introdujo por la fuerza en su camarote, donde presuntamente tuvo lugar la agresión sexual.

Con la investigación ya abierta, y tras la autorización del capitán del barco, las autoridades recogieron pruebas biológicas y ropa de la chica del interior del camarote.

Después, una vez el acusado, ajeno a las pesquisas policiales, volvió al crucero tras haber salido como el resto de los viajeros a conocer Valencia, procedieron a su arresto.

Como resultado de la derogación de la ley española de Justicia Universal y ante el hecho de que los crímenes internacionales solo puedan ser perseguidos si involucran a víctimas o sospechosos viviendo en España, tal como indica el diario británico Independent, el detenido era poco después puesto en libertad.

El hecho de que el suceso tuviese lugar en aguas internacionales, ante un delito cometido por un extranjero y sobre otro extranjero, solo dejaba jurisprudencia al juez si la víctima era menor y se cumplía un segundo requisito: que el agresor tuviese residencia en España. Sin embargo, los agentes comprobaron que, como la víctima, no tenía ninguna vinculación de este tipo con el territorio español, razón por la cual hubo de ser puesto en libertad, como recoge Levante-EVM.

Aunque aún se seguirán cotejando las pruebas obtenidas, el caso no puede ser juzgado en Valencia. Ahora la jurisdicción depende de Panamá (bandera del crucero); Italia y Reino Unido, que serán los que deban investigar y enjuiciar esta causa.

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